EL VALOR Y LA CREDIBILIDAD HACIA LA GRAN LABOR DOCENTE, VA A DEPENDER DE LA FORMA EN QUE LOS MISMOS SEAMOS PERCIBIDOS

En la actualidad, son numerosas las decadencias que se tienen en el ámbito educativo, sin embargo, vale decir que, resulta muy notorio como comienzan a afectarnos las situaciones vivenciales dentro de las instituciones o en relación con nuestros estudiantes de forma directa, generando en nosotros desmotivación, que a largo plazo termina por hacernos sentir inútiles e incapaces, El estrés laboral, se ha convertido en una de las principales causas, además vale decir, que es triste ver como la mayoría de los maestros se han enfocado en trabajar para otro, mas que para sus estudiantes, el hecho de que tengan que cumplir unas exigencias, ha ocasionado tanta problemática, por lo que, se ha dado un desencanto en la labor, la interrogante es ¿Qué ocurre cuando esto sucede? De allí parte mi ensayo, la respuesta es que así en la misma forma en que nos sentimos, transmitimos a unos “otros”, en este caso a nuestros estudiantes, poco a poco se ha ido perdiendo el valor inherente a esta carrera, también escuchamos decir dentro de las instituciones, a profesores frases como estas: “Muchachos estudien cualquier otra carrera mejor pagada pero lo único es que resulta más difícil como ingeniería” y otras no menos importantes. Ya de antemano nosotros mismos estamos denigrando nuestra profesión, quitándole valor, haciéndola menos ante otras, e incluso colocándola como la más fácil cuando en realidad resulta ser bastante difícil. Educar no es impartir conocimiento de forma especializada solamente, de hecho nosotros somos “facilitadores” ( un medio), quiero decir que nuestra labor es permitirles a nuestros muchachos adquirir patrones culturales, morales, sociales y cognitivos; es que logren adentrarse en la sociedad, conocerla, estudiarla, entenderla, y aportarle cosas buenas, pero para hacerlo hay que tener conocimiento de lo “no bueno”, es mostrarles que hay mucho por estudiar, y valorar, eso también es importante, deben y debemos complementar el mundo externo (contexto) con lo interno (nuestros intereses), eso nos hará participes, críticos, pero sobre todo reflexivos.

Particularmente, observo que ahora los profesores, o aquellos que creen cumplir esa función son rutinarios, no trabajan en función de las necesidades que tenemos como seres humanos, simplemente dan los que a ellos les dieron, no procuran mostrarles a los estudiantes la forma de interesarse por la realidad que se vive, de todos es un deber y un derecho participar y opinar acerca de cualquier tema; como docentes aun siendo especialistas en áreas debemos conocer de todo un poco, asimismo debemos generar en nuestros estudiantes el deseo de involucrarse con todo, es decir, cualquier situación.

Para concluir, en la medida en que trabajemos para lograr todo lo antes descrito, en esa misma forma, nos sentiremos gratificados, complacidos, satisfechos, felices, motivados, en seguir con nuestras gestiones, como verdaderos maestros. Que mejor

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