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ANÁLISI DE LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DOCENTE


Enviado por   •  5 de Marzo de 2014  •  3.589 Palabras (15 Páginas)  •  347 Visitas

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LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DOCENTE

Sylvia Schmelkes

LAS PREMISAS

Este documento parte de algunas premisas básicas:

• El propósito de toda evaluación es mejorar. El propósito de la evaluación educativa es mejorar la calidad de la educación. El propósito de la evaluación del desempeño docente, en consecuencia, es mejorar la calidad de la práctica docente.

Se ha criticado la evaluación educativa que se hace en México,2 y considero que con razón, pues ésta se ha realizado mucho más con el propósito de exigir cuentas y premiar o incentivar –o castigar, que es lo mismo, porque a quien no se le premia o incentiva se le castiga– que para mejorar. La evaluación educativa en México ha servido, sin duda, para evidenciar que existe un problema de deficiente calidad de la educación, así como para dimensionar ese problema; incluso, para visualizar las desigualdades en cuanto a calidad, en este rubro, entre regiones geográficas, sectores poblacionales y modalidades educativas. Sin embargo, es evidente que no basta con tener esta información para que la calidad de la educación mejore. En México no se ha dado el siguiente paso: utilizar esta información para mejorar la calidad de la educación.

En cuanto a la evaluación del desempeño docente, para que ésta cumpla con el propósito de mejorar la calidad de la educación es necesario diseñar un sistema paralelo de formación permanente de los docentes. Éste deberá utilizar los datos de la evaluación para conocer lo que cada uno requiere para mejorar su práctica docente y de esa manera mejorar los resultados de aprendizaje de sus alumnos. De otra forma, evaluar el desempeño docente carece de sentido e incluso puede ocasionar efectos perversos (no deseados y negativos).

• Los docentes deben ser considerados profesionales de la educación. Como gremio profesional, son ellos quienes deben definir lo que significa ser un maestro profesional y deben tener una participación relevante en las maneras de reconocer a un maestro profesional. Esto lo tienen que hacer en tanto profesionales de la educación y no como sindicalizados, pues las funciones del sindicato son otras, de naturaleza laboral.

• Un profesional de la educación –y, en consecuencia, también los maestros– transita a lo largo de su carrera docente por diferentes niveles de competencia, desde el de novicio, cuando ingresa a la carrera docente, hasta el de maestro, cuando ya puede formar a otros maestros. Un buen sistema de evaluación del desempeño docente debe definir estos niveles y favorecer el tránsito de uno a otro. Este tránsito debe estar estrechamente ligado al quehacer laboral, es decir, a las prácticas docentes. El paso de un nivel a otro debe implicar un reconocimiento social que se traduzca en una mejora salarial significativa.

• Evaluar a un docente por resultados que no sólo dependen de su quehacer profesional resulta injusto y contraproducente. Éste es el caso de los intentos por evaluar al docente a partir de los resultados que obtienen sus alumnos en las pruebas estandarizadas –como en la actualidad se hace en México–, pues en el esquema del Programa Nacional de Carrera Magisterial los resultados de los alumnos en la prueba enlace (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares) tienen un peso del 50% en los requisitos para obtener un ascenso; de estos mismos resultados dependen los estímulos individuales y grupales. El problema inherente a este mecanismo es que los resultados de los alumnos dependen de muchos factores: fuera de la escuela tienen que ver con la familia, el entorno y las clases adicionales que pudieran tomar los alumnos en contraturno; en la escuela misma dependen del liderazgo académico del director y de los docentes anteriores y simultáneos que tengan los alumnos.

Estas medidas se pervierten cuando las evaluaciones tienen consecuencias en el ingreso monetario de los maestros, como ocurre en México. Los resultados perversos ya se hacen evidentes en las escuelas del país: se educa para la prueba enlace mediante la realización de una o varias simulaciones de la propia prueba antes de su aplicación definitiva. En consecuencia, los maestros le dan menos importancia a los contenidos que no se van a incluir en la prueba. Éste es claramente el caso de la escritura, pero no es el único. Los maestros tienden más a rechazar a los alumnos con necesidades educativas especiales, o a aquéllos cuya lengua materna no es el español y muestran dificultades en el manejo de ésta. Más aún, se disuade la asistencia de los alumnos con bajo rendimiento el día de la prueba. Y, en el peor de los casos, se comete fraude. En efecto, ha sido necesario eliminar el 30% de las pruebas enlace porque en ellas resulta evidente que los alumnos se copiaron unos a otros (los alumnos de un grupo responden todos de la misma manera).

LA PROPUESTA

La propuesta que planteo a continuación parte de la convicción de que, si se ha de evaluar el desempeño profesional de los docentes, el énfasis de esa evaluación debe estar en su capacidad para mejorar dicho desempeño y, con ello, la calidad de los aprendizajes de los alumnos. Ahora bien, para mejorar la calidad de los aprendizajes de los alumnos es necesario que se transforme la práctica docente. Y para transformarla es menester conocerla, evaluarla, y modificarla o mejorarla.

El primer paso para lograr lo anterior es definir lo que se entiende por un buen docente. Esto se debe hacer con la participación de los propios docentes. La definición de lo que es un buen docente (o el marco de la buena enseñanza, como se le llama en Chile a partir de una definición elaborada con la activa participación de los docentes) debe centrarse en lo que es común a todo docente, pero tiene que abordar también lo que es propio de los docentes que atienden a cierto tipo de población (los docentes bilingües, por ejemplo, o los que atienden a alumnos con necesidades educativas especiales o a niños jornaleros agrícolas migrantes). También es necesario de- finir lo que se entiende por un buen docente en las diferentes áreas del conocimiento, sobre todo de aquéllas en las que las didácticas específicas están bien establecidas, como es el caso de las matemáticas y de la lectura y la escritura o de las ciencias naturales, aunque no sólo de éstas.

QUÉ EVALUAR

La definición de lo que es la buena enseñanza debe orientar toda la carrera docente: desde la selección de los alumnos que estudiarán para ser maestros, pasando por la selección de los

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