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ARTICULO DE DIVULGACIÓN, A PROPÓSITO DE LA FUNDACION DE LA CIUDAD DE LA PAZ


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  3.034 Palabras (13 Páginas)  •  541 Visitas

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ARTICULO DE DIVULGACIÓN, A PROPÓSITO DE LA FUNDACION DE LA CIUDAD DE LA PAZ

Alguien tendrá que defender el patrimonio histórico

LA FUNDACION DE LA PAZ (*)

Gilberto Piñeda Bañuelos

Por alguna razón en algún momento se considero como oficial al 3 de mayo de 1535 como la fecha de fundación de la ciudad de La Paz y ese es el motivo por el cual, en esta semana se realizan festividades por el 476 aniversario de su fundación.

Lo que paso ese día de 1535 es que Don Hernán Cortés en su calidad de Marqués del Valle de Oaxaca y Capitán General de la Nueva España “llegó a un puerto y bahía de una tierra descubierta en la dicha mar del Sur” así conocido antiguamente el océano pacífico, y “puso por nombre al dicho puerto y bahía, el puerto y bahía de Santa Cruz” acompañado de su escribano Martín de Castro, Juan González de Valdibieso, alcalde mayor, Juan de Jaso, Alonso de Nabarrete, Fernando Arias de Sabedra, Bernardino del Castillo y Francisco de Ulloa entre otros. Todo parece indicar que el lugar de la ocupación no fue en la costa de la ensenada, sino de la bahía frente alguna de las dos islas ahora conocidas como de Cerralvo y Espíritu Santo. Se sabe que Cortés permaneció muy poco tiempo en la California y un poco más sus acompañantes, pero finalmente, el virrey Don Antonio de Mendoza, decidió cancelar la ocupación y no hubo finalmente fundación alguna de algún puerto o ciudad.

En el siglo XVI siguieron las expediciones a la California como la de Francisco de Ulloa, Hernando de Alarcón, Juan Rodríguez Cabrillo, Francisco Gali, Pedro de Unamuno, Sebastián Rodríguez Cermeño y Sebastián Vizcaíno, todas ellas, ocupaciones efímeras; aunque vale la pena destacar la ocupación temporal de Vizcaíno en algún lugar de la costa de la bahía de la Santa Cruz; el propio Vizcaíno relata: “..entré en ésta dicha ensenada que puse por nombre la de La Paz porque en ella me salieron a recibir muchos indios dándonos lo que tenían, como era pescado, muchas frutas de la tierra, caza de conejos, liebres y venados..”. Se trataba de una expedición, la de Vizcaino, financiada por particulares en comun acuerdo con la corona española con el propósito de establecer un campamento duradero que serviría para colonizar la California y explotar los recursos perleros y mineros.

Ante los fracasos de colonización y en consecuencia la continuidad de la cultura indígena cazadora-recolectora-pescadora de la California, en el siglo XVII, específicamente en 1678, la corona española convocó a los interesados en una nueva colonización, asignándola a un ex gobernador de la Provincia de Sinaloa, Isidro Atondo y Antillón quien en 1683 relata: “..en primero de abril dimos fondo en el puerto de Nuestra Señora de La Paz, que es muy seguro y abundante de agua, leña, pescado y sal, y habiendo reconocido paraje a propósito para fortificación, al día siguiente salté con todo la gente en tierra, deliné una media luna dando la espalda a la mar … formé una trinchera de troncos de palma con su foso, a los remates puse los pedreros que Vuestra Excelencia fue servido mandar remitir de esa corte y en el medio un baluarte con un esmeril de bronce…”. Permanecieron en ese lugar alrededor de ocho meses debido a los enfrentamientos con los grupos indígenas que se veían amenazados por la presencia española.

Después de dos siglos de amenazas a la cultura indígena de los Californios, a principios del siglo XVIII hay una nueva ocupación de la California un poco más duradera, ahora por religiosos de la orden Jesuita, que habían fundado el sistema misional en Loreto en 1697. La nueva ocupación española tiene mayor relevancia por tratarse de la fundación de la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Par, por los padres Jaime Bravo y Juan de Ugarte quienes viajaron por mar y Clemente Guillén por tierra, quienes partieron hacia la bahía de La Paz desde la Misión de Nuestra Señora de Loreto, los dos primeros el 1 de noviembre de 1720 a bordo de la balandra “El Triunfo de la Santa Cruz”; y desde la Misión de San Juan Malibat el segundo, el 11 de noviembre de 1720. León-Portilla deduce de los testimonios del padre Jaime Bravo que el mismo día que llegaron a la ensenada de La Paz que fue el 3 de noviembre de 1720 desembarcaron en tierra firme, seguramente en la playa frente a lo que en la actualidad es el primer cuadro de la ciudad, aunque dieron por fundada la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz el día 4.

Ese lugar sin ciudad era la desembocadura de un arroyo (que actualmente ocupa la calle 16 de septiembre) y a sus costados dos grandes lomas y mesetas con un monte de arbustos, matorrales, mezquites y cactáceas, y frente a la playa grandes paredones. Precisamente, el testimonio del padre Bravo dice que “los tres días siguientes se gastaron en despejar el monte, en que poner más barracas, así para vivienda de los padres y iglesia, como para la gente de mar y indios cristianos, lo que se ejecutó con mucha presteza y alegría de todos sin recelo de las víboras, que el primer día se mataron tres, y porción de alacranes y cientos pies, fruta ordinaria y montuosas. Reconociese también, paraje, a propósito de una loma alta, que domina las playas a tiro de escopeta del aguaje y de suelo duro y llano con una mesa muy espaciosa…”, que seguramente se trata de la meseta que abarca el polígono de las actuales calles Zaragoza-Madero, Bravo, Degollado y Serdán, sólo que sin ciudad, que es donde se presume fueron ubicadas las primeras construcciones de la Misión, que el día 16 de diciembre de 1720 se empezaron a construir, pues, como relata de nuevo el padre Bravo, fue cuando “..se echaron los cordeles para la primera casa de esta misión, siendo los maestros el padre visitador Juan de Ugarte y el padre Clemente Guillén, que después de escuadrados y señalados de 12 varas de largo, cinco de ancho y una de grueso de pared, cogiendo las coas y azadones, los padres empezaron a cavar…”.

Por su parte, el padre Guillén, en su carta al virrey Marqués de Valero, fechada el 15 de marzo de 1721, relata que “..se desmontó más de doscientas varas en cuadro y, de los mezquites que se desmontaba, los más gruesos se fue formando una trinchera de veinte varas en cuadro. Y perficionanada, nos mudamos a ella, y se ejecutó en un día, poniendo la puerta adentro de la trinchera, el cuartel de los marineros a un lado, nuestro cuartel al contrapuesto. En los otros ángulos, cuarteles de ocho indios amigos que habíamos llevado. En medio de la trinchera, una casilla de troncos de palma, techada con hoja de lo mismo, para los víveres; las dos campanas a la puerta…”;

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