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Arrebatos Carnales


Enviado por   •  20 de Enero de 2013  •  760 Palabras (4 Páginas)  •  735 Visitas

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Personajes

Resulta inadmisible estudiar las biografías de los grandes personajes de nuestra historia con un criterio moralista o religioso que excluya sus inclinaciones sentimentales o ignore los arrebatos carnales en que pudieron haber caído, víctimas de una obnubilación permanente o pasajera. El amor constituye la columna vertebral de las relaciones humanas.

EL GRAN ENTERRADOR DEL LIBERALISMO DEL SIGLO XIX

Porfirio Díaz

…los sentimientos que despertó en él Delfina Ortega Díaz, su sobrina carnal, la hija neutral de su hermana Manuela. ¡Claro que había tenido en sus brazos a la recién nacida con quien después engendraría varios hijos!

“En la balanza de mi corazón no tienes rival […] Éste es mi deseo y lo someto a tu juicio, rogándote que me contestes lo que te parezca con la seguridad de que si es negativamente no por eso bajarás un punto en mi estimación, y en ese caso te adoptaré judicialmente por hija para darte un nuevo carácter que te estreche más a mí, y me abstendré de casarme mientras vivas para poder concentrar en ti todo el amor de un verdadero padre.”

PORFIRIO DÍAZ A SU SOBRINA CARNAL DELFINA

EL VASCONCELOS QUE SIEMPRE OCULTÉ

José Vasconcelos

¿Mujeres? Me sobraban. O las compraba o las seducía con mi verbo encendido, deslumbrándolas con mis conocimientos que les transmitía de acuerdo con sus capacidades, mientras me escuchaban como si estuvieran sepultadas en el fondo de un pozo…

¿No resultaba increíble que una mujer tan rica, al extremo de poder financiar una buena parte de mi compaña electoral, se hubiera quedado en la miseria, y que yo tuviera que poner de mis escasos ahorros para pagar el viaje de París a México? ¿No era irritante el tema? María Antonieta Rivas Mercado, la niña mimada, la poderosa y envidiada heredera, la mujer multimillonaria no tenía ni para invitarme un par de café-crème en el bar más pobre de París.

AMORES Y DESAMORES IMPERIALES

Maximiliano y Carlota

Carlota supo que estaba embarazada en mayo de 1866 y supo también, lo sabía, imposible negarlo, que el hijo no era del emperador y que éste jamás reconocería a un bastardo como su heredero ni lo presentaría como tal ante la corte austriaca.

“A Francisco José le fascinará saber que tiene un hermano sodomita, y además, que en lugar de ocuparse de los delicados problemas del Estado mexicano, prefirió perseguir muchachitos y muchachitas en Cuernavaca, perdido en el alcohol y en las pastillas de opio”.

CARLOTA

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