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Crisis Alimentaria


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2012  •  895 Palabras (4 Páginas)  •  674 Visitas

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La Crisis Alimentaria

El hambre está siendo la gran protagonista del inicio del siglo XXI. Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos asistido a una expansión del hambre de tal magnitud como la vivida en la actualidad, ni en cantidad ni en proporción de población mundial. Al final de la primera década del siglo XXI se estima que 1.020 millones de personas sufren hambre, lo que representa 1 de cada 6 personas o el 16,67% de la población mundial. Lamentablemente las tendencias muestran que el hambre en el mundo va a seguir aumentando a corto plazo tanto en número como en proporción de personas.

Pese a que pueda resultar contradictorio, el hambre se concentra en las áreas rurales productoras de alimentos de los países en vías de desarrollo. Estos territorios albergan al 90,7% de la población rural, estimada globalmente en 3.377 millones de personas y concentrada fundamentalmente en el continente africano y asiático, donde el hambre es mayor en número de personas.

Las políticas de ajuste estructural y liberalización de los mercados agrícolas, han acentuado la crisis permanente de unas vulnerables economías campesinas (pequeños agricultores y ganaderos, pescadores artesanales, recolectores, cazadores) que nutren alimentaria y económicamente al 91% de la población rural del mundo. Frente a esta realidad nos preguntamos ¿Es la soberanía alimentaría la solución o una de las soluciones al problema del hambre en el mundo?

Cada vez son menos los expertos que consideran que el hambre es una cuestión técnica ligada a la productividad. El problema del hambre tiene dimensiones políticas y económicas fundamentales, que deben ser conocidas por la sociedad y abordadas por sus representantes en los foros correspondientes.

La imperiosa necesidad de asegurarse el pan de todos los días constituye uno de los aspectos de la lucha por la vida, en el estricto sentido biológico del concepto. Lucha impuesta al hombre integrante del reino natural como medida imprescindible para lograr la supervivencia de la especie y conservar la vida individual, campos energéticos ambos que sostienen el engranaje biológico del mundo.

A pesar de los impresionantes progresos materiales de la humanidad en todos los órdenes de la civilización moderna, persiste la preocupación por el pan de cada día. La alternativa de periodos de abundancia con otros de miseria no ha desaparecido. Bajo la denominación de “crisis” se desplazó hacia el terreno de la sociología y economía.

El termino crisis, suele asociarse a fenómenos cíclicos de amplío impacto, que generalmente repercuten de manera negativa en el accionar de un sistema. En este sentido, las crisis rompen los equilibrios establecidos, con lo cual inicia un proceso de reacomodo de todos los actores participantes en el sistema vulnerado, y con ello, se sientan las bases de una nueva etapa. De forma sucinta, por crisis alimentaria se entiende como una falla generalizada en el sistema alimentario nacional o global que provoca un deterioro en la accesibilidad de los alimentos por parte de las personas. La crisis pues, se traduce en un aumento en los precios de los principales productos alimenticios (hecho que sin duda reduce su acceso a la población), y en algunos casos, se presenta una mayor escasez de estos.

Al ser un proceso, la crisis alimentaria no es un fenómeno que se presente automáticamente, sino que engloba toda una serie de aspectos que le dan forma y terminan por configurarla.

La atención se ha concentrado en la incapacidad de la mayoría de los países para alimentarse, para establecer intercambios con países extranjeros a través de exportaciones agrícolas para su desarrollo y para otorgar capital para acelerar el curso del desarrollo del sector industrial.

A través de las informaciones sobre situaciones de escasez e infra consumo, en las que están comprendidos los aspectos cualitativos de la nutrición deficiente y desequilibrada, llegamos al punto culminante del presente: la tragedia del hambre. El espanto y horror de las calamidades originadas por la falta extrema de víveres, que ocasionan la mortandad en masa por inanición, pertenecen a la categoría de las grandes calamidades catastróficas.

La sensación fisiológica del hambre en sí, desde el mero deseo de comer hasta los intensos sufrimientos famélicos producidos por la falta de alimento, en el correr de los tiempos no experimentó cambios en cuanto a la simple satisfacción del apetito fisiológico. El hombre no solo satisface con el alimento el apetito y las ganas de comer, sino que también busca agradar al paladar. De esta manera, al no satisfacerse las apetencias humanas, la sensación del hombre se intensifica. Por lo mismo, aumenta el potencial energético involucrado en la reacción instintiva contra el hambre, o sea la defensa de la existencia individual. Es la eterna o incesante “lucha por la vida” en el sentido biológico del concepto. Las migraciones y guerras de las tribus primitivas del género humano constituyen manifestaciones bien expresivas de la reacción colectiva contra la falta extrema de subsistencias.

Sea como fuere, la modalidad de la reacción en conjunto de las multitudes famélicas contra la escases crítica del alimento, para el hombre individual el hambre conserva invariablemente las características de un intenso sufrimiento moral y dolor físico al mismo tiempo. ¡Soportar el hambre! ¡He aquí el fondo del problema humano en sus características que vienen de lo profundo de los siglos! El hambre: ¿Una sensación de tortura, un absurdo del vivir?

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