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DESARROLLO SOCIAL Y HUMANO: ¿ES POSIBLE EN AMÉRICA LATINA?


Enviado por   •  18 de Marzo de 2012  •  949 Palabras (4 Páginas)  •  944 Visitas

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Para nadie es un secreto que la situación de desigualdad a lo largo de la historia y actual de América Latina y el Caribe, ha provocado fracturas y heridas muy graves y casi irrevocables, a sus sociedades en general. Además, esta característica de ser la región más desigual del mundo, comprende un gran obstáculo al momento de aspirar y buscar reducir la pobreza, acabar con la injusta redistribución de riquezas, la baja movilidad socioeconómica, la criminalidad y la violencia, la incapacidad de suplir necesidades básicas para la sobrevivencia de la población, exterminar la discriminación de géneros y facultades, la escasa participación de las personas; entre muchas otras falencias producidas por la inequidad, la falta de transparencia en estructuras fiscales y el déficit de conciencia o ambición de la ciudadanía para contribuir en cambios obviamente positivos que den pie de base al avance del desarrollo humano, la ampliación de libertades y oportunidades para el beneficio tanto mutuo como propio.

Muchas veces se entiende como propósito de desarrollo humano y social, la pretensión de los gobiernos por reducir o acabar cabalmente con la pobreza. Esta comprensión es equívoca, pues, si bien este factor contribuye considerablemente a la erradicación de la desigualdad, la cual frustra los anhelos de desarrollo, no es el único que se debe tener en cuenta a la hora de perseguir y alcanzar cierta estabilidad, que garantice el pleno desarrollo potencial humano de cada individuo en una sociedad y su apropiada calidad de vida. De este modo, es posible encontrar una persona no pobre, es decir, que cuente con los servicios necesarios, como salud, educación, alimentación, etc. Y que, a pesar de ello sufra la desigualdad al ser discriminada ya sea en el mercado de trabajo u otro entorno y circunstancias, por ser mujer (aunque tenga calificaciones similares a las de los hombres), de origen afroamericano o indígena. Entonces, la percepción de desigualdad va más allá de si se es pobre o no. En este sentido, varía según los contextos y valoración de las capacidades de las personas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sostiene que la igualdad importa en el espacio de las libertades objetivas, de la ampliación de las opciones de vida realmente disponibles, para que todos podamos elegir con autonomía. Para llegar a ella, es necesario liquidar los mecanismos existentes tanto en los hogares como en el sistema político que fortifican la difusión de la desigualdad. No solo elaborando políticas públicas asistenciales (que lleguen a la gente), con extensión (que considere todas las limitaciones que imponen la pobreza y la desigualdad) y asimilación (que las personas se sientan responsables de engendrar su propio desarrollo); sino llevándolas a la práctica. Cabe despuntar que el origen de dichas políticas públicas debe enmarcarse y basarse en la historia, cultura y necesidades propias del país; en vez de ser duplicados exactos de políticas empleadas con estos mismos fines en países industrializados y adinerados.

El caso de Costa Rica, uno de los países con menor índice de desigualdad de la región, es

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