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Desarrollo Social Y Afectivo Del Niño


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2013  •  2.314 Palabras (10 Páginas)  •  410 Visitas

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Desarrollo Social y Afectivo del Niño.

El niño al nacer es esencialmente un ser asocial. No posee aun orientación alguna hacia las demás personas en cuanto tales; no reconoce a su madre y no puede distinguir a una persona de otra.

Los niños no nacen “conociendo” a la gente, excepción hecha de determinados individuos como sus madres. En las primeras semanas no hay indicios de que sean capaces de categorizar su medio en sus componentes animados e inanimados, ni de diferenciar, así, lo social de lo no social. Tal diferenciación, solo se produce como resultado de la experiencia, y tiene origen en un medio que ofrece oportunidades de aprender.

La adaptación al medio, según Piaget, es un equilibrio entre la asimilación y la acomodación, que alcanza un nivel nuevo en cada etapa sucesiva del desarrollo.

Hay ciertas clases de estímulos que emanan primariamente de los objetos sociales, a los cuales el niño presta especial atención. Pero el vinculo entre los padres y los hijos no se basa solo en estímulos emitidos por los primeros a los que el niño responde; se basa también en los estímulos que este ofrece y que ejercen una influencia dominante sobre aquellos. Los niños pequeños utilizan muchos recursos para atraer sobre ellos la atención de los demás: gritan, tienden los brazos, tiran las ropas, trepan al regazo de su madre, dan golpes a las puertas.

El llanto es una pauta expresiva, esto es, suele iniciarse más o menos automáticamente con un conjunto de estímulos. Su función socializadora, aunque biológicamente adaptativa, no es apreciada aun por el niño mismo. La respuesta de sonrisa, la sonrisa aumenta el atractivo del niño, tiende a provocar más respuestas por parte de la madre, y comienza así una cadena de interacción que enlaza al uno con el otro. La sonrisa es una respuesta típicamente social.

Desarrollo Socio Afectivo:

En un primer momento el niño en su debilidad inicial y total dependencia fisiológica hacia su entorno y los adultos, carece de afectos y aunque presenta el llanto, este es polivalente, es decir, denota impaciencia.

Paulatinamente aparecen y desarrollan las emociones de miedo, enojo y amor.

El desarrollo y evolución de dichas emociones se encuentra vinculado con el desarrollo de otras esferas (objeto permanente, control psicomotriz)

En un principio el niño tiene necesidad de ser asistido no sólo para alimentarle sino también para cambiarle de posiciones, para transportarle, mecerle, limpiarle... todo gira en torno al polo de las personas. Aproximadamente a los dos meses cuando es capaz de percibir el rostro humano y reconocer la voz de la madre (con diferentes modulaciones), el llanto que emite adquiere diferentes matices, por ello, es capaz de asociar el rostro humano con el alivio del displacer y es entonces que su propia voz emite vocalizaciones de placer.

De esta manera no sólo se comunica con los otros a través del llanto sino con la respuesta sonriente además de toda una mímica (signos cenestésicos), que representan los primeros lazos afectivos con el medio.

La cercanía física, el ser tocado, el ser manipulado, el afecto que la madre o la sustituta le proporciona, la temperatura, las texturas y las vibraciones , entre otras, son medulares para el desarrollo socioafectivo del niño.

Posteriormente la angustia a los extraños (organizador de la personalidad), implica trabajos cognitivos-visuales que comprometen la maduración del sistema nervioso central. Estas emociones representan un vínculo con la cuestión cognitiva ya que conforta un juego de alternancias entre el niño y el Otro. Las emociones conducen a la CONCIENCIA.

Finalmente la palabra No (tercer organizador de la personalidad), que implica la simultánea aparición de la locomoción, permite al niño expresarse, afirmarse y particularmente expresar sus afectos.

La conciencia del Yo, diferenciado de los otros así como del No son inherentes al psiquismo humano que permite adquirir una identidad psíquica temprana que se va apuntalando a lo largo de la vida. El Yo es la primera forma de afirmarse frente al mundo ya que es la forma de significar límites y diferencias entre él /ella y los demás. A través del No él/ella impone sus límites y su voluntad. El derecho de decir No le otorga y le muestra su poder de decidir lo que se desea contra lo que no se desea: El No impone y fija los límites entre el afuera y el adentro; entre lo íntimo y lo público.

Estos organizadores se relacionan con las emociones y la toma de conciencia, la cual supone un sujeto que siente, conoce, delibera, decide y en función del cual actúan las leyes de sus diversas actividades. El niño cuenta ya con los elementos para establecer relaciones con los objetos y personas circundantes.

En el desarrollo socioafectivo se habla de diferentes estadios como son:

1) Estadio impulsivo emocional o centrípeto (0-1 año).

A su vez se subdivide en el estadio de impulsividad motriz pura (0-3 meses), en él predominan las reacciones puramente fisiológicas, espasmos, crispaciones y gritos. Posteriormente aparece el estadio emocional (3-9 meses) en el cual aparece la mímica y predominan las emociones. Finalmente el estadio de ejercicios sensoriomotores (9-12 meses)

2) Estadio sensorio motor proyectivo o centrífugo (1-3 años).

También se conoce como el estadio del establecimiento de relaciones con el mundo. Se subdivide en periodo sensorio motriz que va de los 12 a 18 meses, en este momento el niño explora el espacio circundante, se orienta e investiga, lo cual se amplía en virtud de lalocmoción. Hay inteligencia de las situaciones. El segundo periodo se le conoce como proyectivo y abarca las edades de 18 mese a los 2 ó 3 años; el niño imita, simula apareciendo una inteligencia representativa discursiva.

3) Estadio del personalismo (3-6 años o centrípeto)

Es muy importante para la formación del carácter. A los 3 años se observa la crisis de oposición. Con ella el niño toma conciencia de sí e intenta una primera afirmación personal; su percepción y acción son primordialmente afectivas, no obstante se va haciendo el aprendizaje de conductas sociales elementales adecuadas a la edad. Su independencia progresiva del yo (empleo del "Yo") y su actitud de rechazo le permite conquistar y salvaguardar su autonomía.

A los 4 años es un niño narcisista, seduce a los otros. Se le conoce como "edad de la gracia". A los 5-6 años representa personajes

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