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Desempleo Honduras


Enviado por   •  6 de Marzo de 2014  •  2.833 Palabras (12 Páginas)  •  722 Visitas

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Año | Tasa de desempleo | Posición | Cambio Porcentual | Fecha de la Información |

2003 | 28,00 % | 29 | | 2002 est. |

2004 | 27,50 % | 30 | -1,79 % | 2003 est. |

2005 | 28,50 % | 165 | 3,64 % | 2004 est. |

2006 | 28,00 % | 172 | -1,75 % | 2005 est. |

2007 | 27,90 % | 174 | -0,36 % | 2006 est. |

2008 | 27,80 % | 171 | -0,36 % | 2007 est. |

Definición: Esta variable incluye el porcentaje de la fuerza laboral que está sin empleo. Sustancial subempleo es a veces indicado.

Aunque la desocupación en Honduras disminuyó un punto porcentual en el 2007, el nivel de desempleo todavía ronda el 40 por ciento, es decir casi la mitad de la PEA. Pero en términos generales el Informe de coyuntura laboral 2007 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) detalla en todos los países de América Latina (incluida Honduras) la desocupación está en los mismos niveles de la primera mitad de la década de los noventa, y la calidad de los puestos es muy baja debido a que la mayoría no cuentan con prestaciones y son inestables.

La crisis producto de la falta de empleos en el país disparó el número de hondureños que emigran a Estados Unidos; sin embargo, así como emigran retornan deportados por la crisis que también golpea a la nación norteamericana. Este fenómeno fue analizado por legisladores de las comisiones de relaciones exteriores de los Congresos y Parlamentos de Centroamérica, República Dominicana y México, las que iniciaron en esta ciudad la tercera reunión de trabajo para el desarrollo del proyecto de gobernabilidad migratoria en la región mesoamericana.

La suma de hondureños deportados sigue aumentando en lo que va de 2009. Autoridades del Centro de Atención al Migrante Retornado. En enero se atendieron más de mil 918 compatriotas y sólo el año pasado unos 58,000 hondureños fueron deportados. El Foro Nacional para las Migraciones, estima que cada año unos 100 mil connacionales abandonan el país, la mayoría con rumbo hacia Estados Unidos. Debido a las duras leyes migratorias de los Estados Unidos, la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras asegura que la cifra de deportados aumentará en 2009 por la crisis financiera internacional, que ya ha comenzado a reducir muchos puestos de trabajo. El cierre de empresas y los despidos masivos en la industria maquiladora obligan a centenares de hondureños a tomar como primer recurso el abandono del país con rumbo a Estados Unidos.

Crisis financiera golpea a Honduras con desempleo

Según los análisis y las conclusiones de expertos económicos, la crisis financiera que estremece al mundo golpeará a Honduras a partir de 2009, con la pérdida de miles de puestos de trabajo, la caída de la inversión extranjera en la industria de la maquila y la disminución de las remesas familiares enviadas por los inmigrantes hondureños desde Estados Unidos.

Los efectos de la crisis internacional se hizo sentir anticipadamente con el cierre de algunas empresas maquiladoras, que al final de 2008 reportaron el recorte de unos 15 mil empleos, según el sector privado.

El presidente del Banco Central de Honduras, Edwin Araque, dijo que lo mejor que pueden hacer los hondureños es ahorrar lo que puedan y utilizar las tarjetas de crédito solamente en casos de necesidades muy urgentes. “La actual crisis financiera ya supera la depresión de los años 30 del siglo pasado”, dijo Araque.

Estamos a las puertas de la etapa más difícil para la economía nacional, según los expertos, a punto de iniciar el segundo semestre del año en el que se sentirán más fuertes los efectos de la crisis económica mundial, y vale la pena analizar lo que está pasando en el campo laboral.

Hasta ahora, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, Cohep, señala que en los últimos ocho meses, 180 mil personas han quedado desempleadas.

En un informe preliminar sobre el impacto de la crisis en el sector laboral, la Organización Internacional del Trabajo, OIT, resalta que debido a la situación en Estados Unidos, "se prevé una fuerte desaceleración de las economías centroamericanas para el presente año, lo que significará reducción del PIB per cápita, con consecuencias sobre la pobreza y el desarrollo humano. Por tanto, es de esperarse que la insuficiente generación de trabajo no responderá adecuadamente al crecimiento de la oferta laboral y, por tanto, los niveles de desempleo se elevarán".

En el país, los sectores más afectados han sido la maquila, con 20 mil desempleados a final de 2008 y casi siete mil en 2009. También la construcción resultó afectada, debido al freno en las nuevas inversiones, y las micro, pequeñas y medianas empresas, mipymes, también sufrieron el embate de la crisis.

"La reducción de la actividad económica en Estados Unidos provocó una disminución de las importaciones desde ese país, con impacto tanto en las maquiladoras como en otras empresas exportadoras.

Aunado a ello, la inversión extranjera directa, IED, se reduce y, debido a la contracción de los sectores que empleaban a los emigrantes centroamericanos y dominicanos en EUA, se observa también una reducción en las remesas. Por último, los acontecimientos en el mercado financiero llevan a que los países sufran una contracción en el sistema financiero y, por ende, una disminución del crédito disponible ante la volatilidad de los mercados", agrega la OIT.

Como consecuencia, como muestra el presente estudio, habrá insuficiente generación de empleos para hacer frente al crecimiento de la PEA, resultando en una elevación de los niveles de desempleo, luego de haber mostrado una reducción sistemática en el desempleo y una mejora relativa de la calidad del empleo en el último lustro.

Con una fuerza laboral alrededor de 21 millones de hombres y mujeres trabajadores, Centroamérica enfrenta un déficit de empleo formal de prácticamente la mitad de su fuerza de trabajo, es decir, 10.5 millones de trabajadoras y trabajadores.

Se estima en hasta 460 mil los empleos que se dejarán de generar en Centroamérica -excluyendo a Guatemala- para el 2009. Las tasas de desempleo presentarán variaciones entre 1 -Nicaragua- y hasta 4.5 -Panamá- puntos porcentuales, y de 3 puntos porcentuales para el promedio de la subregión -pasando de una tasa de desempleo estimada en 6% en el 2008 para 9% en el 2009, revirtiendo toda la reducción observada en el lustro anterior-.

La situación es más grave para las mujeres que responderían por casi la mitad del incremento en el desempleo -al paso que representan un 39% de la Población Económicamente Activa total- y una elevación de 3.5 puntos porcentuales en la tasa de desempleo.

La población juvenil -15, 24 años- a su vez, experimentaría un incremento alrededor de 2 puntos porcentuales en la tasa de desempleo, contra un incremento de 3.5 puntos porcentuales para la población adulta -25 años y más-.

El informe de la OIT analiza también las medidas gubernamentales tomadas en la región para generar empleo y advierte que "Gobiernos como el de Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, plantean planes de inversión en infraestructura -salud, educación, vial- para generar empleo, pero hace falta revisar enfoques de mano de obra intensiva y que privilegian los recursos locales.

Además, las economías no cuentan con sistemas de protección social de amplia cobertura y sin mecanismos de protección contra el desempleo. Como consecuencia, es muy probable que se incrementen de forma significativa los empleos precarios, la informalidad, el trabajo infantil, el desempleo juvenil y las brechas de género".

La OIT agrega que países como Panamá, Honduras, El Salvador y Costa Rica, además de enfrentar los problemas propios de la crisis, tienen que manejar procesos de transición política y expectativa, y por ello todo está en un estado de cambio.

Desempleo en Honduras avanza peligrosamente

En sólo un mes el país registró el 25% de desocupados que había tenido, años atrás, a lo largo de doce meses. La última en despedir fue Rusell Coporation que exportaba indumentaria a EE.UU. Quedaron en la calle 1.800 trabajadores.

Más de 60% de los hogares hondureños viven en la pobreza. |

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Honduras se está convirtiendo en el país centroamericano donde el desempleo está registrando la evolución más preocupante.Ayer, la empresa norteamericana Russell Corporation, que tiempos atrás proyectó millonarias inversiones en suelo hondureño, apeló a un despido masivo de trabajadores. Dejó cesantes a unos 1.800 obreros que se dedicaban a elaborar ropa deportiva para algunas universidades de Estados Unidos.Para directivos locales de Cortés, uno de los principales centros industriales del país, se trata de otro hecho más en una vasta cadena de fábricas, incluidas maquilas, en proceso de cierre por la crisis económica mundial. El presidente de la Cámara de Comercio e Industrias del estado de Cortés, Luis Larach, observó que no solo Russell, también otras grandes firmas especializadas en confecciones empezaron el cierre de sus sucursales en varios países.En los últimos 30 días, el país destruyó 10.000 empleos. Estadísticas de la Secretaría del Trabajo indican que en años anteriores la media de despidos anuales era de unos 38.000, lo cual indica que ahora los recortes de personal en un solo mes representan casi un 25 % de este total.El director del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Benjamín Bográn, ya había advertido que aún sin que se elevara el salario mínimo las empresas recortarían personal a causa de la crisis financiera global. Y que por esta razón urgía encontrar un acuerdo entre empresarios, obreros y gobierno para preservar los empleos.El creciente desempleo de Honduras se da en el marco de una economía en la que 63,1 % de los hogares permanece en la pobreza y de ellos el 45,6 % vive en la indigencia, según datos de Cepal. |

Sucesos trascendentales desde el 2008

En Setiembre del 2008, producto de una huelga y de la enorme presión de los empleados públicos, el Gobierno elevó, en promedio, de 3.400 lempiras a 5.000 lempiras mensuales el salario en todo el sector público. El 11 de Diciembre del 2008 se instaló la Comisión Tripartita integrada por miembros del gobierno, la empresa privada y el sector laboral.

Las negociaciones fracasaron porque los empresarios se oponían a un aumento salarial, no se logró ningún acuerdo y por ley la fijación del salario mínimo quedó entonces en manos del presidente Manuel Zelaya, el cual el 24 de diciembre del año pasado definió los nuevos salarios mínimos, según el sector urbano y rural, mediante el Decreto No 374-08, que establece un salario mínimo de 5,500 lempiras(equivalentes a 290 dólares) mensuales para todos los trabajadores del sector urbano y 4,055 lempiras (equivalente a 240 dólares) para los obreros de la zona rural.

Mediante ese Decreto, Mel Zelaya ordenó “a los empleadores elevar un 11,1% en los salarios de sus empleados pagaderos a partir del 1 de enero del presente año, Según este decreto , los patronos tienen hasta el 30 de enero para pagar; lo cual ha provocado una ola de despidos preventivos en las empresas”.

Aunque el aumento fue significativo estudios realizados señalan que el costo de la canasta básica para una familia de cinco miembros alcanza los 6, 400 lempiras, o sea que con el aumento del salario mínimo apenas se puede cubrir un 80% de las necesidades básicas en un país pobre.

En el último año de gobierno, Mel Zelaya intenta ganar base social para su proyecto político de convocar a una Asamblea Constituyente, que permita la reelección presidencial, y la continuidad de su corriente en el poder.

Un estudio de analistas económicos considera que un fuerte incremento en el salario mínimo del 2010, desencadenaría el cierre masivo de empresas y engrosaría el ejército de desempleados.

Miles de hondureños están bajo la amenaza de perder su empleo en el 2010 por un aumento desproporcionado del salario mínimo.

Los expertos consideran que el aparato productivo, comercial y de servicios en Honduras está en crisis y continúa sometido a presiones internas y externas que se constituyen en enormes amenazas a su subsistencia.

Tomando en cuenta que más del 80 por ciento de los puestos de trabajo en Honduras dependen de la continuidad operativa en esos sectores, rápidamente se llega a la conclusión que de seguir atentando contra la situación económica de las empresas, significa atentar contra los fundamentales intereses de la clase trabajadora.

Hasta septiembre del 2009, el déficit comercial fue de 53,225 millones de lempiras, lo que representa una disminución del 37.8 por ciento respecto a la misma fecha del 2008.

Las exportaciones muestran una contracción del 20.6 por ciento, con lo cual la economía de las empresas y del país manifiestan una pérdida neta de más de 1,822 millones de dólares, alrededor de 34,667 millones de lempiras.

Con un déficit de la administración pública central de 10,864 millones de lempiras y una reducción de los ingresos corrientes en más de 4,200 millones, el gobierno vive su peor momento en muchos años.

Bajo ese contexto, el mandato a la indexación de los estatutos gremiales, de manera especial el Estatuto del Docente, representa una nueva obligación que se enfrenta en el peor momento económico y financiero del país.

El gobierno decretó un ajuste para el 2009 alejado de consideraciones fundamentales como los ajustes de los años anteriores, la necesidad de mantener el poder adquisitivo de los salarios, las condiciones económicas del país y competitividad de las empresas.

Ese desmedido aumento perjudicó sobre todo a la micro y pequeña empresa urbana, con un incremento en casi cien por ciento en el costo salarial de la mano de obra.

Mientras que en el resto de las empresas urbanas, el costo salarial aumentó en casi 60 por ciento y en empresas rurales ubicadas en los municipios más pequeños, se sufrieron incrementos que variaron entre el 20 y el 47 por ciento.

Las distorsiones producidas en el costo de la mano de obra, derivó en 180 mil nuevos desempleados, lo que ha perjudicado principalmente en las oportunidades de trabajo para los menos calificados, los jóvenes, mujeres.

Sólo el Seguro Social manifestó la pérdida de 60 mil afiliados y los registros del Régimen Privado de Aportaciones (RAP) evidencian similar comportamiento.

La tasa de crecimiento de las personas con problemas de empleo del 2009 fue en el orden del 30 por ciento y es la más alta de las últimas décadas.

Más de 360 mil personas ingresaron en esta categoría durante el 2009 y como nunca antes, Honduras enfrenta el desafío de la recuperación y la protección de estos puestos de trabajo.

También en las actividades económicas intensivas en la utilización de esa mano de obra, como el comercio, la industria, manufacturera y los servicios, donde la creación de puestos de trabajo había sido favorecida en las escalas anteriores.

Los jóvenes, al igual que las mujeres, tienen un severo problema de desempleo y subempleo invisible que es mucho más alto entre los 15 y 24 años, que el resto de los grupos de edad.

En términos de impacto social, y de acuerdo a lo expresado por estudios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una de cada cuatro personas que perdieron su empleo en el período, cayeron en situación de pobreza.

El salario mínimo muy elevado, además de evitar la creación de nuevos empleos, puede convertirse en una carga onerosa para las empresas que ya operan en el mercado, al elevar repentinamente los costos de la mano de obra muy por encima de la productividad y generar una pérdida de puestos de trabajo e incluso el cierre de establecimientos.

Con el aumento del salario mínimo decretado en Honduras en el 2008 y vigente a partir del 1 de enero del 2009, el país ocupa el tercer lugar de la región con los sueldos más altos, después de las economías de mayor tamaño.

Otro elemento a considerar es que el aumento del salario mínimo se convierte en un referente para los aumentos salariales esperados por el resto de los empleados, de modo que cuando se produce un incremento tan grande, se va comprimiendo la escala salarial.

Asimismo se reduce la distancia entre el menor y el mayor salario, sin considerar razones de orden productivo, de calificaciones requeridas, complejidad de puestos e importancia de la empresa.

La aplicación de un incremento desproporcional en los salarios de la población coloca mayor cantidad de liquidez en manos de familias y con ello se tiende a incrementar la demanda de bienes y servicios.

Lo anterior se manifiesta finalmente en incrementos de precios que repercuten directamente en el nivel de inflación, lo que no se ha dado en Honduras, en primer lugar por mayor desempleo generado y en segundo lugar por la menor actividad económica dada la crisis mundial.

Los aumentos en la masa salarial que van más allá de la inflación tienen efectos negativos en la economía en general, pues generan un exceso de gasto corriente en la estructura del gasto público.

Eso repercute en la disminución de la capacidad de inversión por parte del gobierno que debe dedicar la mayor parte de sus propios recursos, al pago de salarios.

Una evidencia de lo anterior es que la inversión en infraestructura en relación al PIB en el 2009, fue menor al 2 por ciento, la tasa más baja en América Latina, incluyendo Haití.

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