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Discurso Del General De Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario Del Comité Central Del Partido Comunista De Cuba Y Presidente De Los Consejos De Estado Y De Ministros, En El Acto De Conmemoración Del 60 Aniversario Del Ataque A Los Cuarteles Monca


Enviado por   •  17 de Febrero de 2014  •  2.711 Palabras (11 Páginas)  •  650 Visitas

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(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Queridos amigos y amigas: No se sorprendan de que sobre este uniforme verde olivo y el grado de General de Ejército, teniendo en cuenta que el mismo nació del ejército mambí, me ponga un sombrero mambí (Aplausos) y unos espejuelos oscuros, aunque me gusta mirar con claridad los ojos de mis interlocutores.

Distinguidos invitados;

Santiagueras y Santiagueros;

Orientales;

Pueblo de Cuba:

Hemos escuchado con profunda atención las palabras solidarias y generosas de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, y también del Presidente de Uruguay, quien se encuentra en Cuba de visita una vez más, José Mujica, que estuvo aquí, por allá por el año 1960, cuando esta fortaleza fue convertida en escuela. Era un joven soñador igual que hoy, pero sin reumatismo (Risas y aplausos).

Llegue asimismo nuestra gratitud a las destacadas personalidades de otros países que nos acompañan.

Saludamos al propio tiempo a los integrantes de la vigesimocuarta Caravana de la Amistad Estados Unidos-Cuba (Aplausos), organizada por la agrupación interreligiosa Pastores por la Paz (Aplausos), continuadora del esfuerzo solidario del inolvidable Reverendo Lucius Walker.

La presencia de todos ellos en este acto, en que conmemoramos el 60 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, constituye una manifestación fehaciente de apoyo y solidaridad con la Revolución Cubana y demuestra cuánto ha cambiado Nuestra América desde los días difíciles y oscuros del año 1953.

Ya entonces nosotros, y sobre todo Fidel, habíamos leído sobre las hazañas de Bolívar y otros próceres de la independencia americana y percibíamos la importancia de una región latinoamericana y caribeña independiente y unida.

En el trascendental alegato de autodefensa de Fidel, conocido como La Historia me Absolverá, se anticipaba, cito: "(... ) la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de las sangrientas tiranías que oprimen a las naciones hermanas, encontrarían en la patria de Martí, no persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo", fin de la cita.

La muerte prematura de Martí en combate había frustrado el anhelo que expresó en su carta inconclusa al mexicano Manuel Mercado, "(... ) de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América".

La Revolución Cubana ha sido solidaria y fiel a ese legado, aun en los momentos más difíciles, cuando se pretendió aislarla, rendirla por hambre mediante un bloqueo criminal que ya dura más de medio siglo y destruirla con todo tipo de agresiones.

Nunca olvidaremos que México, tras la prisión, nos dio albergue y después del triunfo fue el único gobierno de América Latina que se negó a dejarnos solos.

Jamás nos ha faltado el respaldo y la solidaridad de los pueblos de todos los continentes, en particular los de esta región, que siempre vieron a Cuba como parte indisoluble de Nuestra América, que unida en su diversidad avanza con determinación hacia su segunda y definitiva independencia.

Veinte años después del triunfo del Primero de Enero, se produjo la victoria de la Revolución Sandinista, que Nicaragua, llena de juventud, celebró hace una semana, con su Comandante Daniel Ortega al frente (Aplausos).

Pasadas otras dos décadas el entrañable hermano Hugo Chávez encarnó los ideales de Bolívar y multiplicado en su pueblo avanza hoy junto a su Revolución, conducida firmemente por el compañero Presidente Nicolás Maduro (Aplausos).

Marchan indetenibles los procesos de la Revolución Democrática y Cultural de Bolivia, encabezada por Evo Morales y que es símbolo de la reivindicación de los pueblos originarios (Aplausos); la triunfante Revolución Ciudadana, que lidera con amplio apoyo popular en Ecuador el Presidente Rafael Correa (Aplausos), representado hoy aquí por el Canciller Ricardo Patiño; los avances sociales como los de Uruguay que conduce el compañero José Mujica (Aplausos), guerrillero tupamaro, encarcelado por catorce años; los que se producen en el Caribe que lucha por el desarrollo sostenible, la justicia y la igualdad soberana, cuyos destacados líderes, los primeros ministros Roosevelt Skerrit, de Dominica; Baldwin Spencer, de Antigua y Barbuda; Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas, y Kenny Anthony, de Santa Lucía, están aquí con nosotros (Aplausos).

Pese a los intentos por dividirnos para seguirnos saqueando, continúa su curso ascendente la integración de nuestros países en el ALBA, CARICOM, MERCOSUR, UNASUR, entre otros.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que Cuba se honra en presidir, prosigue su consolidación.

Aprovecho esta ocasión para, en nombre de los cubanos y en particular de los damnificados por el huracán Sandy en las provincias de Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba, expresar el más profundo agradecimiento a todos los gobiernos y pueblos que generosamente nos apoyaron y apoyan en las labores de reconstrucción (Aplausos).

Hace nueve meses dicho huracán penetró al territorio nacional por esta ciudad. La furia de los vientos alcanzó aproximadamente 200 kilómetros por hora y azotó a las provincias de Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo, por espacio de cinco horas, provocando la muerte de 11 ciudadanos.

Los efectos de este fenómeno meteorológico también se hicieron sentir en las provincias centrales con intensas lluvias e inundaciones.

Las pérdidas económicas totales ascendieron, después de un riguroso estudio, a casi 7 000 millones de pesos. La mayor parte correspondió a las viviendas e inmuebles, aunque se produjeron considerables daños a la agricultura e infraestructuras vitales, como la electricidad, las comunicaciones y los viales.

Considerando la trayectoria del citado huracán, la provincia de Santiago de Cuba y en especial su capital sufrieron el mayor impacto, afectándose el 50% de su fondo habitacional, colapsó el sistema de distribución de la energía eléctrica y el telefónico. Los árboles derribados y todo tipo de escombros obstaculizaron durante días el tránsito en las calles de la segunda ciudad del país, con medio millón de habitantes.

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