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Doble Aquí, Doble Allá


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2011  •  1.398 Palabras (6 Páginas)  •  629 Visitas

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Doble aquí, doble allá.

Bertrand Russel dijo alguna vez que la humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica y otra, que practica pero no predica. A mi parecer esto pasa y viene pasando desde tiempos de los romanos, sin embargo, hoy en día parece estar más satanizado. El objetivo principal de este ensayo es dar a conocer al lector mi punto de vista sobre la doble moral romana y persuadirlo de que no es posible juzgarlo con los ojos del siglo XXI.

Pudimos apreciar de alguna manera los valores bajo los que se regía la sociedad romana gracias a los textos de Cicerón, de Ovidio y de Jean-Nöel Robert, y es evidente la doble moral que practicaban. Por un lado, estaban las normas de conducta y ética determinadas (principalmente para la clase Patricia) que de cierta forma querían imitar las normas que seguían los griegos como la lealtad, el honor, la gloria mediante acciones heroicas, y en especial el cultivar el espíritu retomando lo mejor de la cultura griega. Cicerón dice en su Defensa del poeta Arquías:

“¿Quién puede por tanto reprenderme o enojarse en justicia conmigo si el tiempo que los demás dedican a atender sus negocios, a celebrar las fiestas de los juegos, a otros placeres, incluso al descanso del alma y cuerpo, el que otros gastan en prolongados banquetes, en jugar a los dados o a la pelota, yo me lo tomo para cultivar estos estudios?”

Podríamos pensar que Cicerón estaba firmemente parado sobre esta concepción idílica de los valores, sin embargo, también da cuenta del hecho de que no hacía a un lado los placeres, sino que más bien complementaba el enriquecimiento del espíritu con el goce de los placeres. “…nunca ni me ha retraído el estudio, ni me ha alejado el placer, ni siquiera me ha sido un estorbo el sueño…” . Y a través de todo el discurso de Cicerón, vemos que utiliza la retorica (en sentido forense) no sólo para defender al poeta, sino más bien para defender las humanitas, la cultura literaria, concebida no como mera erudición, sino como un saber ennoblecido por un elevado ideal moral. Según Cicerón, las letras constituyen el mejor camino para el hombre que quiere alcanzar la plenitud de su humanidad. Contrariamente a lo que se expresa en este discurso, en la sociedad romana no se llevaban de la misma manera.

En el texto de Ovidio y en el de Jean-Nöel Robert vemos de manera más clara como se daba la doble moral romana a la que me refería anteriormente. La sociedad romana, estaba regida por unas normas de conducta y ética determinadas, pero al mismo tiempo era una sociedad muy promiscua y liberal (es importante que no se entiendan los términos de promiscua, liberal y doble moral con una connotación negativa), donde las relaciones sexuales fuera de la pareja eran consideradas totalmente normales y donde, para los ciudadanos libres, existía una gran libertad sexual. Jean-Nöel Robert dice que la moral romana había evolucionado para los tiempos de Ovidio, y éste se atrevió a dar a los amantes consejos, que a los ojos de mucha gente pero especialmente Catón, hubieran sido considerados como indecentes, y dice también que a un cuando la moral de la antigua República reprobaba este tipo de acciones, los demonios de la carne no perdonaban tampoco a aquellos antiguos defensores de la virtud .

Hablemos por un momento sobre el matrimonio romano. Para empezar, como dice Jean-Nöel Robert, hay que tener en cuenta que los romanos no veían con los mismos ojos a todas las mujeres, por un lado estaban las mujeres nobles, que debían permanecer fieles a sus esposos y ser madres ejemplares; y por otro lado las mujeres que no podían contraer matrimonio (esclavas, libertas y cortesanas) . Una vez considerado esto, podemos decir que la idea de la sexualidad romana giraba alrededor de la idea de control y de alguna manera esto ocasionaba que hubiera una gran promiscuidad fuera del matrimonio . Parece ser que el hecho de ser esposa tenía mas que ver con el status social que con el placer y las costumbres dictaban que los hombres casados podían mantener las relaciones sexuales que quisieran como quisieran. En

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