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ENSAYO SOBRE LA DELINCUENCIA EN VENEZUELA:


Enviado por   •  24 de Junio de 2015  •  1.586 Palabras (7 Páginas)  •  1.394 Visitas

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ENSAYO SOBRE LA DELINCUENCIA EN VENEZUELA:

La Tarea de construir una historia de la inseguridad personal en Venezuela desde las víctimas, se enfrenta a la dificultad de mostrar: tanto la percepción que tiene el ciudadano que padece la delincuencia como las cifras de la criminalidad. Son dos cosas distintas pero relacionados, que muchas veces pueden no estar totalmente sincronizadas, es decir, en algunos casos (zonas, regiones) pueden existir bajos índices de delitos pero las personas se sienten muy inseguras. Otro problema es el de tener que lidiar con dos conjuntos de cifras: las que da el gobierno versus las que ofrece la prensa y los institutos de investigación criminalística. En este intento de historiografía, haremos hincapié en la percepción que nace del día a día (del testimonio de cada víctima), sin olvidar las cifras.

En relación a las cifras podemos leer un extracto del siguiente reportaje (citado en el anterior post):

En los últimos nueve años hemos visto como se ha incrementado la muerte de compatriotas a manos de la delincuencia desbordada. En el año 98 hubo cuatro mil muertos victimas de armas de fuego. En el 99 hubo cinco mil, En el 2000 siete mil, En el 2001 ocho mil, En el 2002 nueve mil, En el 2003 diez mil, En el 2004 doce mil, En 2005 catorce mil, En el 2006 quince mil, Y en lo que ha transcurrido en estos últimos años son cifras exorbitantes.

(Gerónimo Figueroa, “La inseguridad nos impone toque de queda”, Diario Antorcha de Anzoátegui, 27-08-2007).

Estas cifras son corroboradas por la mayor parte de la prensa no gubernamental, y los expertos en la materia; ambos han señalado que usan los datos suministrados por el máximo órgano para el combate de la delincuencia en Venezuela: el CICPC (Cuerpo de Investigación Científica Penal y Criminalística). Son cifras que muestran una historia, es la historia de una criminalidad que no deja de crecer a medida que pasa el tiempo. Las preguntas que nos podemos hacer para comprobar dicha tendencia son los relativas al número de víctimas del crimen que conocíamos hace más de diez años y las que conocemos ahora; las cosas que hemos dejado de hacer (y las vías que no transitamos) por el temor a la inseguridad; la actitud que tenemos en la calle; y tantas otras experiencias que podemos cuestionarnos.

El proceso criminogenetico y criminodinamico culmina con aquello que el sociólogo Alberto Cohen llama las Subculturas negativas; pero debería llamarse “contracultura”. Ellas, si bien logran impedir una neurotizacion aguda general, provocan una marginalidad social colectiva. Motivos como el desempleo se une al problema de la vivienda, de la desintegración familiar, de la promiscuidad, el del incesto, el del alcoholismo, el de la Droga, violencia. Dentro de estas subculturas se mueve las asociaciones delictivas que lanza contra el orden social su poderosa carga agresiva y ahí nace el delito. Sabemos que la delincuencia es una forma de conducta aprendida, que nadie nace delincuente, se hace en una sociedad corrompida y que un delincuente antes de convertirse en victimario es porque primero ha sido víctima, verdadera o supuesta víctima; porque ser delincuente es inventar una conducta diferente, ponerle imaginación al asunto, solucionar el problema de manera distinta a la usual.

El delito surge como señal colectiva de distorsión; porque el control social del Estado se halla en crisis y la norma está deteriorada. El caso es que la agresividad delictiva se alimenta de la anomia y de la desacralización de las instituciones: el Padre, el Maestro, el Estado, la Autoridad, el Líder, la Vida Humana misma, una conducta delictiva es la desvalorización del ámbito circundante natural y cultural que rodea al sujeto portador de esa conducta; quien extermina fríamente y sin motivación personal alguna, a otro ser humano es porque le da a esa vida humana el valor que puede asignar a la vida de un escarabajo.

Otra figura delictiva que nos está consumiendo en los últimos años es el Sicariato:

Según los expertos, el sicariato en Venezuela se adoptó de países como Colombia y México, países cuya historia ha estado marcada por la violencia. Este fenómeno encontró refugio en la ciudad fronteriza, donde su auge dio inicio alrededor del año 2000, teniendo como consecuencias la desconfianza hacia la policía, impunidad en los crímenes, susceptibilidad ante el sistema judicial y el aumento de asesinos a sueldos así como de las muertes violentas.

Como buscar un carro en venta o una casa en alquiler en los periódicos, hay avisos que ofertan ventas ficticias de vehículos de un modelo y un año que nunca salió al mercado y que por un código permiten conseguir a la persona que tiene por “trabajo” asesinarlas por un precio, según comentan miembros de la ONG “una luz por la vida” (asociación civil que se encarga de contabilizar cifras de sicariato y ayudar a los familiares de quien sufre este delito).

Ante este respecto, el artículo 12 de la Ley de Delincuencia Organizada establece:

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