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Educacion Fiscal


Enviado por   •  17 de Julio de 2014  •  1.592 Palabras (7 Páginas)  •  297 Visitas

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¿Es la Capacitación del Funcionario Fiscal el eje fundamental para el impulso de la Cultura Tributaria?

En este caso la capacitación podría ser entendida como el conjunto de procesos organizados dirigidos a complementar y perfeccionar la educación con la que cuenta el funcionario antes del ingreso a su cargo (como preescolar, básica, media, diversificada, pregrado o postgrado) mediante la generación de conocimientos, el desarrollo de habilidades y el cambio de actitudes, todo esto con el fin de incrementar la capacidad individual hacia la eficacia en el desempeño de sus funciones; por su desarrollo personal integral, el mejoramiento en los métodos y resultados de su gestión, permitiéndole incluso ascender en la escala laboral, contribuyendo al cumplimiento de la misión institucional. Dirigiéndose también hacia la prosecución de un objetivo más útil como puede ser el contribuir al progreso colectivo encauzando su esfuerzo a una mejor prestación de servicios que le permita satisfacer necesidades y solventarles los problemas a los contribuyentes.

Según el Artículo 133 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece como un deber el que toda persona coadyuve a los gastos públicos mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones. Por otra parte el Art. 316 establece las características del Sistema Tributario Venezolano entre las cuales destaca que se sustentara en un sistema eficiente en la recaudación. También dispone que el S.E.N.I.A.T. según el Art. 18 del Código Orgánico Tributario, es el ente público acreedor del tributo, y quien además según el Art. 127 del Código tiene amplias facultades de fiscalización para comprobar el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Y por otra parte se encuentra el sujeto pasivo descrito en el mencionado código como persona natural o jurídica obligado al cumplimiento de las prestaciones tributarias bien sea como contribuyente o responsable, que es quien con su esfuerzo soporta la carga y aporta el dinero necesario, fruto de dicha la recaudación.

Para materializar esto es fundamental idear y llevar a cabo procesos de formación cuyo objeto específico seria el desarrollar y fortalecer una ética del servicio público, basados en los principios que rigen la función administrativa, procurando el ejercer su función a un nivel máximo de eficiencia sin transgredir libertades ni violar derechos subjetivos a los administrados. En este orden de ideas; resulta de vital importancia el estudio y la valoración crítica de este tema dentro de la realidad nacional, en la que el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria a través del Centro de Estudios Fiscales que tiene a su cargo dicha función por cuanto asesora y apoya en la presentación y realización de programas específicos de capacitación, adiestramiento e investigación a las distintas áreas del servicio como lo son la división de Fiscalización y la División de Educación Tributaria y Asistencia al Contribuyente, y que en reiteradas oportunidades dicta cursos, talleres, conferencias, jornadas de actualización, entre otros; a las que convoca por diversos medios impresos y audiovisuales.

Pero, ¿Que tan “capacitados” se encuentran dichos funcionarios por estos “cursos” para lidiar con los contribuyentes?, ¿La percepción en la calle para con estos es positiva?, ¿Reflejan estos la imagen corporativa que el Fisco Nacional desea difundir?, ¿Cómo se ven afectada la recaudación por el comportamiento colectivo de estos funcionarios?, ¿Cómo sobrellevan la diatriba política?, ¿Podrían perfeccionarse o nos encontramos en un punto de máximo rendimiento?

En principio tanto los Fiscales como los Orientadores Tributarios, deben lidiar con esa suerte de “Conflicto Natural” que existe entre los sujetos de la relación tributaria, puesto que pareciese que están condenados a librar esta batalla perenne mientras existan; uno porque debe hacer lo que les corresponde en cumplimiento de sus funciones, por el orgullo de servir y pertenecer o para recabar recursos que pueden ser invertidos para el desarrollo social; y al otro le cuesta desprenderse de ese dinero porque siente que se le despoja parte del fruto de su esfuerzo, porque cree que el acto de recaudación es injusto, desproporcionado y porque no ve resuelto sus problemas ni siente que esos recursos se inviertan para el disfrute de su comunidad.

Todo esto con la añadidura del panorama político y polarización nacional donde cualquier funcionario público para bien o para mal es prejuzgado y asociado a la tendencia política que es gobierno en el país, resultándole difícil en muchos casos desde entablar un simple dialogo hasta hacer un petitorio de recaudos, porque temen recibir algún tipo de respuesta violenta que afecte su integridad personal. Aunado a eso deben sobrellevar las condiciones socioculturales del venezolano como lo son: la viveza, el ventajismo, la pobreza, la agresividad, la pereza y la creatividad criolla; entendiendo que si no se están bien adiestrados pueden ser engañados, enredados, confundidos, sobornados, extorsionados o pueden ver entorpecido su trabajo de tal manera que se les haría imposible cumplir la labor

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