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Ejercicio De La Abogacia Mercosur


Enviado por   •  10 de Febrero de 2014  •  5.097 Palabras (21 Páginas)  •  299 Visitas

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El ejercicio de la abogacía en el MERCOSUR:

Por Alberto Biglieri

I) Introducción:

Con las dimensiones del hombre de Vitruvio , este como referencia intergaláctica , y haciendo reserva de las diferencias de razas, pesos y medidas , salvo raras excepciones, podemos concluir en que todos los seres humanos contamos con una cantidad de rasgos característicos similares como: la cantidad de miembros, ojos, orejas, la distribución de los órganos, la circulación de la sangre, el sistema digestivo, etc, etc, etc, que han permitido desarrollar –entre otras- con singular universalización (todavía no se usaba la idea de globalización) las ciencias del curar, ahora llamadas de la salud.

A esas se suman las ciencias que tienen por objeto el estudio de los fenómenos naturales, de las medidas y dimensiones ; a las que usualmente se las trata de EXACTAS o DURAS, y juntas corren con una ventaja comparativa en referencia al resto de las ciencias a las que , también usualmente, se las engloba (¿universaliza?) bajo el rótulo de SOCIALES.

Esa ventaja comparativa, es o ha sido un tremendo esfuerzo del marketing de esos profesionales (los duros), que cientos de años, algunos sin saberlo, contribuyeron a imponer en la sociedad la sensación de que el estudio sobre objetos fijos o de pequeñas transformaciones arrojaba resultados , también duraderos y que serían utilizables por todos los hombres del mundo , más allá de los tiempos. En sus Confesiones decía San Agustín refiriéndose a las matemáticas: “ Porque ellas suenan de un modo en latín y de otro en griego, pero dichas ciencias ni son griegas ni latinas, ni de otro algún determinado idioma”. Más cerca, en el siglo XX apreciamos las agudas metáforas de Borges sobre la prosa de Rosenberg y la Historia Natural de Plinio y sus dragones sedientos, y de como tantas otras “desactualizaciones” de las Ciencias Naturales son moneda corriente.

Hace años que las pastas y el buen vino han abandonado el listado de alimentos prohibidos para ser aconsejados en una dieta saludable. Al maléfico colesterol le salió un competidor bueno, y ni que hablar de cuantas enfermedades han cedido sus cepas para las vacunas que las controlan. Las Ciencias Exactas no tienen yá para el estudio un objeto inconmovible; se encuentran sujetas a nuevos técnicas y elementos de mediciones que cambian diametralmente sus resultados, tan profundamente como cuando a instancias del Papa Gregorio un octubre duró 20 días.

No obstante estas pequeñísimas observaciones, esa tendencia “marketinera” no pierde espacio. Es mucho más admisible que un ingeniero o un médico reciban una revalida automática para ejercer la profesión en un país en el donde no se capacitaron, del que desconocen su lengua y sus costumbres; a que lo logre un abogado, aún cuando la estructura del suelo o los movimientos sísmicos, las enfermedades o los hábitos alimenticios, sean tan o más diferentes que las fuentes del derecho entre el país educador y el receptor.

Quizás la lucha cultural lugareña de los fieles de la Iglesia Católica Apostólica Romana para recibir la misa en su idioma abandonando el Latín fue el primer ensayo fuerte de los Estados Nacionales y esta nueva aceptación de aquella modalidad una nueva apuesta del Papa Benedicto XVI para globalizar –“nuevamente”- la institución a su mando.

Siguiendo con el paralelo litúrgico, pareciera que las actitudes de los “ingenieros” estaba únicamente direccionada a dañar la universalización de las ciencias sociales. La mítica torre de Babel , contribuyó a que siguieran construyendo –en el sentido de apilar ladrillos- pero que una vez llegado el descanso y debajo de la obra no se pudieran entender los unos con los otros para volver al trabajo, y así abandonaran la tarea conjunta y se dispersaran a realizar pequeñas iniciativas , pero cada uno por su lado.

No obstante, los estudios bíblicos señalan la primera dispersión – geográfica , luego lingüística y cultural - en tres grupos humanos simbolizados por los hijos de Noé : Sem, Cam y Jafet, y de este último la descendencia de los pueblos europeos y el imperio de los griegos y los romanos .

No tenemos tantas diferencias culturales, ni geográficas ni religiosas. Nos une ,en IberoAmérica , el idioma y el pasado institucional como herencia de la organización política y social sobreviviente de las colonias.

Estas palabras introductorias podrían , fácilmente, trasladarse al final de este trabajo y transformarse en una especie de arenga a la libre circulación del ejercicio profesional de la abogacía, en la que no me enrolo.

Lejos de considerar esa liberalización absoluta como un valor agregado a la calidad del desempeño profesional , me inclinaré por proponer mejorías en las actuales condiciones de desarrollo de la actividad fronteras afuera de nuestros países sin que ello implique una mercado salvaje en el que solo se garantice una nueva variante de la cadena alimentaria.

II) La habilitación profesional:

Seguramente, la evolución histórica de los requisitos que se exigen a un graduado de la carrera de leyes, derecho o abogacía, han sido disímiles en los cuatro países miembros plenos del MERCOSUR, y por lo tanto han desembocado en distintas realidades que hacen difícil –desde el punto de vista formal- encontrar un sistema uniforme de habilitación.

Obviamente , en este espacio, elaboramos algunas ideas sobre los requisitos formales, dejando de lado los aspectos trascendentales referidos a la equidad, reciprocidad, estructura de los mercados nacionales y distribución de la riqueza , que deben previamente ser acordados en el marco del Mercado Común, pues ocultar las asimetrías económicas llevaran al fracaso inevitable de un atado de buenas intenciones que pueden quedar solo en una anécdota más de los intentos de integración latinoamericana.

II.a) La cuestión en la Argentina:

En la Argentina, la Universidad es la única instancia formadora de profesionales del derecho con posibilidad DIRECTA de practicar la abogacía. El ejercicio de la profesión está controlado por el sistema de matrículas que extienden, según su competencia geográfica, los Colegios de Abogados o el Estado directamente. A título de ejemplo, y esclareciendo la acepción que en algunos casos se le dá a la noción de ejercicio de la profesión, en la legislación vigente de la Provincia de Buenos Aires se contempla la obligatoriedad de matriculación para TODOS los profesionales de la abogacía: aún cuando el desarrollo de la actividad se realice dentro de la carrera

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