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El Virus De La Actitud


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  2.509 Palabras (11 Páginas)  •  504 Visitas

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EL VIRUS DE LA ACTITUD

Los humanos somos propensos a las enfermedades que muchas veces son ocasionadas por los virus, los cuales biológicamente han sido descritos como agentes infecciosos microscópicos que se reproducen dentro de otros organismos y cuya función consiste en alterar el normal funcionamiento de un cuerpo; sin embargo habrá de aclarar que con algunos de ellos es posible vivir.

El Siglo XXI se ha caracterizado por un avance tecnológico agigantado, pero también por crisis económicas mundiales, por cambios climáticos, contaminación, desastres naturales, guerras civiles, lo cual, a la par, ha llevado al ser humano a desarrollar variedad de enfermedades producto de todos estos cambios, entre ellas el tan nombrado “estrés”, no es raro visitar al doctor y escuchar el diagnóstico de alguna enfermedad producto del “estrés”. A diario oímos en la televisión, en las películas, en nuestros lugares de trabajo, o simplemente a nosotros mismos quejándonos de un dolor de cabeza producto del “estrés” del trabajo; sin embargo, no hay que culparlo de todos nuestros males, pues todo parte de nosotros y de nuestra actitud frente a las diversas situaciones que a diario se nos presentan.

La actitud es la forma de actuar de una persona, tiene que ver con el comportamiento que empleamos los seres humanos frente a determinados acontecimientos o situaciones. “El virus de la actitud” son algunas actitudes que se presentan dentro del trabajo, logrando afectar negativamente nuestro desempeño y el de los demás, haciendo que el ambiente laboral se convierta en una tortura y que no consigamos cumplir con nuestros objetivos, ni disfrutar la realización del mismo.

El lugar de trabajo constituye un segundo hogar, pues es el sitio donde aparte de nuestra casa pasamos la mayor parte del tiempo, por esa razón es necesario que con nuestra actitud contribuyamos a generar un ambiente agradable; no necesariamente se deben entablar relaciones de amistad, pero sí de un sano compañerismo que permita el desarrollo laboral de la empresa y personal, puesto que la actitud puede llegar a afectar la productividad de una empresa de manera negativa.

Los virus son fácilmente contagiables cuando no se está vacunado contra ellos; el primer paso para destruirlo es reconocer frente a qué tipo de virus de la actitud nos estamos enfrentando pues existen varios, está el alterado que es aquel que por problemas familiares, personales siempre está molesto y responde de igual manera en su trabajo. Es importante diferenciar entre un lugar y otro, los problemas del hogar deben quedarse en la casa y los del trabajo no tienen tampoco por qué llevarse a la vida familiar.

Otro tipo de virus de la actitud lo encontramos en el perfeccionista que es aquel que siempre busca cualquier pretexto o mínimo detalle para mostrar su inconformidad ante los resultados. Si bien es importante exigirse para lograr grandes resultados, también es importante reconocer cuando ya se ha hecho un gran esfuerzo e insistir en ir más allá sólo representa desgaste para los compañeros de labor.

El resistente es la persona que se niega a darse la oportunidad del cambio, ya que al ver que las cosas le funcionan de la manera en que suele trabajar, teme cambiarlo y no toma riesgos. Ser resistente a los cambios es una condición natural de los seres humanos, pues tememos a apartarnos de lo conocido para entrar a algo que desconocemos sólo por miedo. Alguna vez leí el famoso libro Quién se comió mi queso en donde claramente se habla del temor que tenemos a los cambios y que muchas veces preferimos quedarnos estancados en el pasado, en lo conocido antes que tomar alguna clase de riesgo. Esto es un factor importante en la vida en general, pero sobre todo en el medio laboral en donde deben generarse cambios en pro del bienestar y del desarrollo del mismo y si en él hay personas resistentes será difícil avanzar. Otra posible actitud negativa que se toma en el medio laboral es la de “ese no es mi trabajo”, las personas que asumen esta actitud se quedan solo en las actividades que su puesto en la empresa le supone que debe realizar, no se presta a hacer favores que según él no le corresponden. Si bien no se debe llegar al límite del perfeccionismo, como ya lo hemos nombrado, tampoco hay que limitar nuestro trabajo estrictamente a las funciones que nos conciernen, puesto que nada nos cuesta hacer un favor o en determinado momento realizar funciones diferentes a las nuestras; en cambio está actitud contribuirá a hacer de nuestro lugar de trabajo un sitio más ameno.

El esparcidor de rumores, desafortunadamente este resulta muy común no sólo en las empresas sino en los barrios. Esta persona es aquella que lleva y trae mensajes, los cuales en la mayoría de los ocasiones son negativos suele informar, o mejor desinformar, a los demás compañeros y por andar pendiente de estos rumores descuida sus labores a causa de esta “actividad”.

El no comprometido es aquel que no pone todo el empeño de su parte para alcanzar los objetivos de la empresa y suele poner excusas para no cumplir con sus obligaciones o deslindarse de ellas, a diferencia del perfeccionista que pretende llevar todo el límite el no comprometido no hace ningún esfuerzo ni siquiera por cumplir mínimamente con sus labores.

El pesimista es el que siempre le encuentra un lado negativo o un “pero” a cada situación que se le presenta, siempre da una respuesta negativa y poco alentadora. Este también es bastante común entre los seres humanos, puesto que existen personas que nunca ven el lado bueno de las situaciones, sino todo lo contrario en todo momento busca las cosas malas con esta actitud lo que hacen es esconder sus propias falencias.

El lugar de trabajo es un reflejo de la sociedad en general, puesto que esas perjudiciales actitudes ya mencionadas, son las mismas que se presentan en el barrio, en la ciudad, en el colegio o en la universidad. Estas malas actitudes, al igual que un virus se pueden erradicar para lo cual es necesario en primer lugar reconocer que hay un problema de actitud en nosotros o en nuestros compañeros, si es en algún compañero hay que ayudarlos a que él mismo logre hacer el diagnóstico de su actitud, enfocándose en su conducta y no juzgando su personalidad. A partir de ello, habrá que mostrar como la conducta de unas personas produce un impacto positivo o negativo, según sea el caso, en las metas de un equipo de trabajo.

En muchas ocasiones detrás de una mala actitud puede haber causas ocultas ocasionadas por el mismo trabajo o por problemas de índole personal. Al igual que los virus biológicos, el virus de la actitud puede llegar a manifestarse físicamente causando alguna

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