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Enfoques Teoricos


Enviado por   •  9 de Enero de 2013  •  1.680 Palabras (7 Páginas)  •  2.375 Visitas

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ENFOQUES TEORICOS DEL RIESGO EN EL TRANSITO

a) La teoría homeostática de compensación

Según la Teoría Homeostática de Compensación de Riesgo desarrollada por Wilde, los conductores ajustan su comportamiento en función de un nivel de riesgo aceptado. Por el simple hecho de decidir comprarse un vehículo y conducirlo, las personas saben q corren un cierto riesgo, que en parte, depende de su comportamiento.

Según Wilde, todo lo que hacen los conductores es ajustar su comportamiento, de tal forma que el riesgo subjetivo o riesgo percibido coincida con el riesgo aceptado.

De acuerdo con este planteamiento, la única manera de lograr una reducción de los accidentes sería conseguir motivar a los individuos para aceptar niveles de riesgos mas bajos.

b) La teoría del riesgo cero

Según esta teoría, los conductores no aceptan un nivel de riesgo determinado, sino que procuran conseguir que el riesgo sea cero. Nätanneny Summala, autores de esta teoría, consideran el comportamiento de los individuos como el resultado de dos fuerzas opuestas: Por una parte, las fuerzas ex citatorias del riesgo, que llevan a los conductores a circular cada vez más deprisa, siendo la velocidad una válvula de escape y una fuente de satisfacción de una variedad de motivaciones subjetivas. Por otra parte, las fuerzas inhibitorias del riesgo, que están orientadas a la auto- conservación, llevan a los individuos a identificar y valorar las situaciones de peligro, así como a comportarse de tal forma que el riesgo sea el menor posible.

Sólo cuando el riesgo objetivo es realmente grande, es decir, ante una situación de colisión inminente por ejemplo, los conductores piensan que existe alguna posibilidad de que el accidente se produzca, , y consecuentemente, RS = 0

Por lo tanto, para los conductores, cuando el riesgo objetivo está por debajo de un cierto umbral, el riesgo subjetivo es cero, como consecuencia de una percepción inadecuada de las probabilidades. Si tenemos en cuenta que en la mayor parte de las situaciones del tráfico el riesgo objetivo está por debajo del umbral mínimo, llegamos a la conclusión de que la mayor parte de los conductores circulan la mayor parte del tiempo con la sensación de que el riesgo no existe.

Desde este punto de vista, las campañas divulgativas o la formación vial son ineficaces porque no consiguen que se modifiquen los umbrales de percepción del riesgo. Por ello, considera, al contrario que la Teoría Homeostática del Riesgo, que las medidas más eficaces son la modificación de las infraestructuras: mejores vías, mejores vehículos y restricciones de velocidad.

c) La teoría de la evitación de la amenaza

Según Fuller, aprendemos a arriesgarnos más o menos según nuestras conductas de riesgo hayan sido más o menos reforzadas por consecuencias positivas o negativas a lo largo de nuestra historia. La conducta es analizada tomando como modelo el condicionamiento de evitación, según el cual los sujetos aprenden a evitar una consecuencia inversiva (un shock eléctrico o un accidente) emitiendo la respuesta apropiada (respuesta de evitación) antes de que la consecuencia negativa se produzca.

¿Por qué iba a ocurrirme otra vez? Cada vez que un conductor realiza un comportamiento de riesgo sin que se produzca un accidente como consecuencia, resulta debilitada la idea de que esta conducta es peligrosa, y disminuye la probabilidad subjetiva de que ocurra un accidente. Los conductores que caen en esta trampa, apuestan "a que no pasa nada ", ya que la experiencia anterior y su juicio de probabilidad les hacen pensar que “esta vez tampoco ocurrirá”.

¿Hasta dónde arriesgar para aprender? Todos sabemos que el día en que los conductores noveles tiran la 'L” al cubo de la basura, estos, más que consagrarse como conductores expertos, no hacen otra cosa que entrar en un nuevo período de aprendizaje, el de la experiencia cotidiana, el de la realidad más callejera de la seguridad vial.

Los conductores noveles tienen que aprender a anticiparse y a predecir. Para ello, tienen que saber distinguir entre los antecedentes que conducen a situaciones de riesgo de aquellos que no son indicios de peligro. Este es un aprendizaje difícil porque muchas de las situaciones posibles no llegan a presentarse y porque, cuando se produce, la relación entre antecedentes, respuesta del sujeto y consecuentes es muy variable, dependiendo de varios factores no controlables por el individuo.

Por ello, el individuo, en su ansia de aprender, intenta encontrar la respuesta adecuada por ensayo y error, lo cual involucra un cierto riesgo, esta trampa afecta en mayor medida a los conductores noveles.

Con la experiencia, muchos peligros señalizados no son percibidos como tales, y, por esa misma razón, los conductores pueden “aprender” que las señales de peligro están mal puestas y que, por lo tanto, no indican peligros verdaderos. Como además es imposible que un sistema de señalización sea perfecto, siempre habrá algún cartel de “Peligro trabajos en la calzada” que sigue puesto un cierto tiempo después que han finalizado las obras

Aunque en cierta medida podemos reducir el efecto de las trampas del aprendizaje a través de un refinamiento de la formación vial,

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