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Ensayo: Asesoria Y Acompañamiento En La Escuela


Enviado por   •  26 de Marzo de 2013  •  2.736 Palabras (11 Páginas)  •  845 Visitas

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RAMÍREZ QUIROGA RAÚL

RFC: RAQR640421CE5

Centro de Maestros: CM 1918

Gral. Escobedo N. L. a 25 de Febrero de 2013

Asesor: Lic. Pedro Carrizales Martínez

Sesión 2

Nombre de la Actividad:

Ensayo acerca de que tipo de Asesoría y acompañamiento

necesita su Escuela

Asesoría y acompañamiento en la escuela

La asesoría en educación escolar constituye un proceso sostenido de ayuda consentida y de acompañamiento mediante acciones orientadas a la mejora de las prácticas profesionales de los docentes, directivos, personal técnico y eventualmente , de los padres y madres del alumnado. Asesorar supone, un proceso de desarrollo a personal y profesional para quienes participan en él, y no solo para las personas asesoradas.

La tarea asesora se debe enfatizar en dos puntos, la función orientada y en el consejo razonado; función orientadora encaminar a un grupo de personas hacia el propósito que se haya establecido por el propio grupo en su proyecto educativo institucional. Y el consejo razonado: tratando de ofrecer alternativas pertinentes y ejemplos suficientes para que las personas, puedan decidir por sí mismas en sus propios caminos.

La ayuda debe ser a la escuela, considerada como institución, en donde se pretende que repercuta el apoyo. Involucra a un grupo significativo de personas que trabajen allí ya que se diseña, se considera y se desarrolla junto con todas ellas. La ayuda se construye a partir de las preocupaciones, problemáticas o proyectos concretos que surgen del contexto del propio centro.

El papel de la persona asesora externa no está predeterminado ni responde a un diseño cerrado de antemano sino que se concibe y se lleva a cabo sobre la marcha, considerando las circunstancias y las situaciones particulares de cada centro y lo que va aconteciendo a lo largo de todo el periodo y acompañamiento.

La asesoría así concebida y atraves del diseño y la implementación de procesos compartidos de observación, acción y reflexión constituye, la modalidad de capacitación que mejor coadyuva a la innovación en los establecimientos escolares. Sin embargo, no toda actuación de una persona asesora en un centro supone una formación en la escuela. Sería el caso en que la acción, aun aconteciendo en una escuela y teniendo como persona destinatarias a todos los docentes y directivos de la institución, no considerase el contexto en el que se desarrolla las prácticas profesionales de quienes trata de ayudar.

En muchos centros educativos se sigue juzgando a los asesores internos y externos mas atraves de prejuicios y estereotipos que mediante un conocimiento real de quiénes son y que son capaces de hacer para ayudarles, las buenas prácticas profesionales ayuda construir una buena imagen personal y del colectivo asesor y a ganar credibilidad. No tendrá credibilidad personal quien, antes de acceder a la función asesora, era conocido por su negligencia personal o su decidía.

El estudio de la asesoría, ha ido avanzando y abriéndose pasó de una manera notable. Fundamentalmente modelos, orientados por diferentes criterios de racionalidad, nos dan luz sobre las capacidades que debería tener la persona asesora o las maneras de acercarse y de llevar a cabo la ayuda según cual de aquellos criterios predominen.

Existen dos enfoques clásicos: la asesoría especializada en temas escolares específicos, áreas curriculares precisas, dificultades de aprendizaje concretas, o la que se centra en procedimientos habitualmente comunes para abordar cualquiera de las situaciones problemáticas de que se trate. Existen algunos principios generales, comunes a los diversos modelos y enfoques que puedan ser muy útiles para orientar adecuadamente una acción asesora satisfactoria y pertinente.

Las personas asesoras suelen ser solicitadas para desempeñar tareas orientadas hacia un buen fin resulta impredecible indagar, buscar información que proporcione auxilios a la hora de dilucidar cuál es el motivo principal de la llamada el certificar busca a alguien que.

El certificador. La escuela busca a alguien que, mediante su aprobación y visto bueno, legitime y tiña de credibilidad a una decisión respecto a determinadas prácticas profesionales que ya se han tomado de antemano.

El cómplice. Una persona o un grupo de poder dentro de la escuela busca que alguien externo, reconocido académica o administrativamente, apoye abiertamente sus planteamientos y decisiones con el objeto de ganar posición o influencia en una pugna o situación antagónica con otra persona o grupo.

El árbitro. La demanda tiene que ver con la voluntad de que la persona requerida,

inicialmente neutra –si eso fuese posible del todo– juzgue y resuelva de manera pacífica un conflicto entre dos o más alternativas, en relación con la concepción o implementación de una tarea, o entre varias posturas ideológicas, o entre diferentes culturas, facilitando el consenso.

El requisito. La persona asesora, más que como un profesional capaz, es requerido porque su presencia forma parte de una de las condiciones para que se autoricen determinados programas o proyectos o para que se pueda acceder a su financiación.

El delegado en tareas de suplencia. La escuela busca que alguien haga y resuelva lo que docentes y directivos no son capaces de hacer por sí mismos o no quieren hacer como rechazo a imposiciones, a situaciones de precariedad laboral o a propuestas poco creíbles o poco factibles de las autoridades educativas.

El muro de las lamentaciones. La escuela busca a alguien en quien volcar sus insatisfacciones, reivindicaciones y frustraciones. No resulta inhabitual que acabe encontrándolo si acierta con una persona paternalista que, dispuesta a recibir quejas y escuchar demandas, satisface a quienes se las formulan, consigue mantener una buena relación con docentes y directivos escolares acompañándoles en el dolor, y asegura su permanencia y vida plácida con ellos.

El parachoques. En este caso son las autoridades educativas quienes diseminan sobre las escuelas un ejército de profesionales con la intención de que amortigüen los efectos de denuncias o demandas incómodas y para que creen un espacio de distancia en el que puedan diluirse o debilitarse.

El compañero requerido y aceptado. La

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