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Ensayo De Dibujo Industrial


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2013  •  4.548 Palabras (19 Páginas)  •  459 Visitas

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SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓN SUPERIOR

DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICA

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE ALTAMIRA

MATERIA: DIBUJO INDUSTRIAL

MAESTRO: ING. JUAN EDMUMDO

ALUMNO: GONZALEZ SALVADOR ESTEBAN

NUMERO DE CONTROL: 13820152

CARRERA: INGENIERIA INDUSTRIAL

INDICE

Historia del dibujo industrial…………………………………………………………1

Historia del AutoCAD…………………………………………………………………..2

Descripción de la pantalla de AutoCAD……………………………………………9

Inicio en AutoCAD…………………………………………………………………….12

Sistemas de coordenadas en AutoCAD…………………………………………..13

Como guardar archivos de dibujo…………………………………………………15

1. Como guardar

2. Guardar como

Como imprimir en AutoCAD………………………………………………………..19

Como exportar un archivo en PDF………………….....…………………..……..27

View cube……………………………………………………………………………….28

Bibliografía……………………………………………………………………………..31

HISTORIA DEL DIBUJO INDUSTRIAL

El diseño industrial es un fenómeno vivo y dinámico. En cualquier reunión de diseñadores industriales podrían escucharse opiniones muy diferentes sobre los comienzos de la disciplina, sus influencias y sus prioridades. Sin embargo, hay dos raíces que nadie discute. Una de ellas parte de la mercadotecnia y la explotación del diseño industrial para aumentar las ventas de un producto y el volumen de operaciones de una empresa. La otra, que constituye un punto de partida histórico más apropiado, es más abstracta, y se centra en el papel que desempeñan los seres humanos en una sociedad industrial, que incluye la búsqueda de formas estéticas apropiadas y mejora de los productos existentes, en una era tecnológica que avanza a gran velocidad. Diseño y reforma social. La Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII, hizo que se pasara de la producción individual a la división del trabajo en las fábricas. Para los obreros, las condiciones de trabajo eran peligrosas y sucias, y no fomentaban ningún sentimiento de orgullo por el trabajo realizado. Se producían muebles, cuberterías y textiles, destinados a atraer a una nueva clase media urbana que mostraba un gran interés por este tipo de productos y por otros más baratos. En el siglo XIX, una serie de críticos y reformadores eminentes, como los británicos John Ruskin o William Morris, encontraron vínculos claros entre los sistemas industriales de fabricación y la pobreza de relaciones entre la sociedad y sus objetos cotidianos, caracterizados por la impersonalidad de las máquinas que los generan. La Gran Exposición celebrada en el Hyde Park londinense en 1851 sirve con frecuencia para ilustrar este debate porque presentó una gran variedad de objetos y máquinas de muchos países entre los que predominaban las recreaciones históricas carentes de espíritu, y tan ajenas a la lógica industrial como próximas al decadente gusto burgués. Entre los reformadores británicos y del resto de Europa se creía cada vez más que el diseño para la industria era una preocupación social fundamental, una cuestión de política nacional y de educación. Esta convicción caracteriza el debate del “diseño para la industria” que tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del XX. El establecimiento de escuelas de diseño, como la Central School of Arts and Crafts, fundada en 1896, fue uno de los primeros intentos de desarrollar una comprensión crítica de los objetos y la arquitectura. El gobierno alemán fomentó la cooperación entre artistas, fabricantes y vendedores a través del Deutscher Werkbund (Asociación Alemana de Artesanos, fundada en 1907), y uno de los miembros de esta organización, Peter Behrens, puede considerarse uno de los primeros diseñadores industriales propiamente dichos, al colaborar con la empresa alemana AEG. El polémico debate de la Werkbund, que continuó con la escuela de diseño de la Bauhaus (fundada en Weimar en 1919), se centraba en las relaciones entre las sensibilidades artísticas y artesanales, el aprovechamiento de la máquina, el uso de nuevos materiales en arquitectura y el diseño para la producción industrial. La pureza formal del movimiento moderno (que se aprecia especialmente en la obra de arquitectos como Le Corbusier o Ludwig Mies van der Rohe) tuvo una importante influencia en la naciente disciplina del diseño industrial. Los países escandinavos, con una gran tradición artesana y una industrialización tardía, demostraron que el diseño industrial (aplicado a muebles, textiles y productos de consumo) podía combinar los ideales modernistas de la producción en serie, la decoración y las formas directas con los factores humanos sutiles, el conocimiento de los materiales y la facilidad de comercialización. El finlandés Alvar Aalto, el sueco Bruno Mathsson y el danés Arne Jacobsen se hicieron famosos por sus diseños funcionales de aspecto sencillo. Durante la década de 1950, el estilo escandinavo tuvo una gran influencia en el diseño industrial internacional. Uno de los fenómenos más paradigmáticos de la importancia económica del diseño industrial fue el que se produjo en Italia tras la II Guerra Mundial. Allí, un gran número de industrias confiaron su recuperación al apoyo de esta disciplina, vinculada en el país transalpino con la primera generación de críticos al movimiento moderno. Así, empresas como Fiat, Olivetti o Pirelli contaron con las investigaciones formales que introdujeron algunas figuras de la importancia de Gio Ponti, Ettore Sottsass, Giambattista Pininfarina o Achille

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