Ensayo Doña Barbara

Noviembre de 2010

Una de las grandes peculiaridades de la literatura hispanoa-mericana, que la caracteriza y le otorga un rasgo distintivo, es la gran importancia que en ella tienen las fuerzas de la Naturaleza y su efecto sobre el ser humano. Las rudas tierras del continente se plasman en la obra de aquellos autores que ejercen un fuerte de-terminismo sobre sus habitantes y sobre el ser mismo de Latino-américa.

En este caso, Rómulo Gallegos, escritor, profesor, político y hombre de estado, es, además, el novelista que mayor renombre al-canzó antes del “boom” de los años sesenta. Sus narraciones pre-sentan el lento proceso de modernización del país, en el que con-vivían formas de vida actuales con otras idénticas a la de siglos atrás.

La obra presenta el conflicto entre civilización y la barbarie, cuya cabeza es la protagonista. Todo ello enmarcado en un ambiente de gran violencia y en el escenario de los Llanos venezolanos.

El autor persigue con la obra acabar con las formas de vida bárbaras del campo venezolano e instaurar un proyecto civilizador que, apoyado en la educación, permita al país desarrollar un futuro común, alejado de caudillismos corruptos.

Formalmente, la obra está escrita con técnicas estrictamente realistas, no obstante, el componente mágico, derivado de lo telúrico y lo étnico, y tan habitual en la literatura de Hispanoamérica, tiene también cabida. Sin duda, es una obra maestra. Hasta la publicación de “Cien Años de Soledad” fue el mayor éxito editorial en aquellas tierras.

Es una novela realista, y hay en ella una observación profunda del mundo, una marcada descripción de una realidad, su intención va más allá de lo literario. Persigue un fin social, un cambio en la sociedad, sus personajes no se mueven por su propia voluntad sino que están condicionados por el medio en que se desarrollan. Su mensaje es amplio, claro y preciso. El mal es temporal, la verdad y la justicia imperan siempre.

En la novela se presenta un narrador omnisciente en tercera persona ya que cuenta la historia desde un punto de vista que le permite conocer absolutamente todo. Conoce los pensamientos y sentimientos íntimos o inconfesables de todos los personajes. El narrador en dicha novela se limita solo a describir y por lo general no adopta ninguna opinión durante la narración.

En cuanto al espacio contextual, los lugares mencionados por el autor como Altamira, La Barquereña, La Chusmita entre otros son solo invenciones y no se presentan datos exactos que indiquen que esos hatos o haciendas existieran en realidad; pero lo que sí es comprobable es que la región donde se desarrolla la novela existe, pues se desarrolla el Estado Apure, donde se encuentra la región del Arauca, en las sabanas de este Estado, donde se puede apreciar incluso en el mapa el río varias veces

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