Iniciativa Del Ley Contra El Aborto

Por este medio los representantes de la cámara de diputados del honorable estado de Tabasco, venimos ante ustedes para proponer nuestra iniciativa de ley acerca del aborto.

Nos hemos visto en la necesidad de proponer esta ley debido a los recientes resultados arrojados por las encuestas hechas por El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que es el organismo autónomo del gobierno mexicano, dedicado a la coordinación del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica del país. En éstos pudimos observar los altos índices de aborto que hay en nuestra entidad en comparación de años anteriores, tan solo en el 2005 existía un promedio de 420 abortos refiriéndonos a poco menos de 500 mujeres que lamentablemente no fueron ocasionados por problemas o peligros en la salud de la madre o el producto, si no simplemente mujeres que no deseabas o no estaban “preparadas” para ser madres. Éste numero nos da como resultado una tasa de mortalidad de 80% y esto solo en nuestro estado, pues en el DF se tiene un porcentaje del 16.6 %, en México 15.4 % y Baja California 14.2 % mientras que en Guerrero del 1.9 % y Sinaloa 1.1 % sin mencionar otros estados, pero lamentablemente podemos notar que Tabasco está entre la media nacional con un considerable número de defunciones fetales. Para el 2006 los números de abortos aumentaron haciendo que Tabasco destacara entre los estados que ascendieron en números de defunciones fetales. Aunque nos lo intenten vender como un derecho de la mujer y un acto progresista, pocos actos, si es que los hay, son más retrógrados que ese acto que niega a los seres más inocentes y desvalidos el derecho a la vida. Es indiscutible que para una correcta conciencia social de reconocimiento del concebido como ser humano, la educación previa y el ambiente en que se vive tienen gran importancia. Para poder mejor servir a la vida debe existir una red suficiente de centros especiales de asesoramiento, con personal competente y ayudas materiales. En este campo también debe entrar en juego la responsabilidad del padre. La simpatía, el consejo y las ayudas pueden solucionar graves problemas y promover la opción por la vida.Sin embargo existen muchos otros motivos por la cual creemos que es importante la reforma de estas leyes porque esto parece ser solo alerta a las autoridades en lo más intimo y si no ponemos un alto habrán nuevas leyes que permitirán más cosas un ejemplo es el aborto Honoris causa que es quizá una ley que no tiene sentido alguno o que no se fundamenta de manera correcta beneficiando solo a una parte de la población de manera que no promueve igualdad, si la mencionamos es porque se practica en algunas partes de la república Mexicana. Es por esta razón que los estados tomaron cartas en el asunto para modificar las leyes en cuanto a este tema se refiere.

El aborto puede ser espontaneo o inducido.

• Aborto espontaneo: Las causas del aborto espontaneo no se conocen con exactitud. En la mitad de los casos, hay alteraciones en el desarrollo del embrión o del tejido placentario, que puede ser consecuencia de trastornos de las propias células germinales. También pueden ser consecuencias de alteramientos en el entorno materno. Algunas mujeres que han tenido abortos repetidos padecen alteraciones hormonales.

Síntoma: más común frente a una amenaza de aborto es el sangrado vaginal. El tratamiento para estas situaciones consiste en llevar a cabo reposo, en mujeres con varios abortos el tratamiento puede ser reposo durante todo el embarazo, tratamientos con vitaminas y hormonas o en ocasiones debe corregirse.

• Aborto inducido: El aborto inducido consiste en provocar la muerte biológica del embrión o feto para su posterior eliminación, con o sin asistencia médica, y en cualquier circunstancia social o legal. Se distingue del aborto espontáneo, ya que éste se presenta de manera natural o provocada por algún accidente.

Creemos y hemos comprobado según encuestas hechas por nosotros que más que una problemática, todo depende de la educación que uno recibe en casa. El gobierno federal y Estatal invierte mucho dinero en campañas de educación sexual, sin embargo la causa no recae en eso, porque por más que utilicen sus “campañas preventivas “solo fomentan más esta problemática, esto porque según sus campañas preventivas constan de la repartición del método anticonceptivo más común o de los demás que existen, pero solo hacen que la prevención del aborto se identificaba con la anticoncepción. Ahora bien, el hábito de la anticoncepción engendra una mentalidad abortiva; si la píldora falla, se recurrirá fácilmente al aborto de desquite. La mentalidad anticonceptiva consiste, en efecto, en separar totalmente en las relaciones sexuales humanas el fin unitivo, es decir, la felicidad de los esposos, y el fin procreativo, es decir, la transmisión de la vida. De esto resulta por un lado que la unión física es percibida como un bien que se desea y, por otro lado, que la procreación es un riesgo que hay que evitar, o incluso un mal que se debe hacer a un lado.

Para ello, urge educar a la juventud en el verdadero sentido de la sexualidad humana, con una educación sexual abierta a la vida y al servicio del amor, no con la barbaridad de la ideología de género. Hay que preparar también a los matrimonios en lo que es una auténtica paternidad responsable. E igualmente tiene que haber una verdadera solidaridad entre las familias, que se concreta en la ayuda a las familias con problemas.

Como dice un conocido eslogan: “las dificultades de la vida no se superan suprimiendo la vida, sino suprimiendo juntos las dificultades”. Si las mujeres en dificultades reciben el debido asesoramiento, ello puede llevarles en muchos casos a que mujeres que en un primer momento querrían abortar cambien de intención y opten por la vida de su hijo. Para ello es necesario que sepan que no están solas, que hay instituciones, como pueden ser los diferentes grupos Pro-Vida que están dispuestos a ayudarles.

Un hijo puede haber sido concebido sin quererlo, pero esto no exime de la responsabilidad ante la nueva vida concebida. Dicha responsabilidad es siempre compartida; ante todo por el padre y la madre, pero también por la familia, la sociedad y la comunidad cristiana. Por ello, no es justo cargar a la madre con toda la responsabilidad de la nueva vida que lleva en sus entrañas. Por el contrario, es un deber de estricta justicia prestar a la mujer que espera un hijo el apoyo personal, económico y social que merece la maternidad, como valiosísima aportación al bien común; tanto más cuando las circunstancias de una determinada gestación resultan problemáticas por la soledad de la madre, por la carencia de recursos económicos suficientes o por otros motivos. En cuanto a los médicos,

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