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LA EDUCACION DEL MAESTRO Y LA ENSEÑANZA DEMOCRATICA


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  2.519 Palabras (11 Páginas)  •  495 Visitas

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LA EDUCACION DE LOS MAESTROS Y LA ENSEÑANZA DEMOCRATICA.

De Henry A. Giroux

En 1980, un maestro de nueva Inglaterra llamado Horace Willard argumentaba de manera convincente que, a diferencia de lo que ocurría con los miembros de otras profesiones, los maestros llevaban una vida rutina mecánica una maquinaria de supervisión, organización, clasificación, otorgamiento de calificación de porcentajes, uniformidad, promociones, pruebas y exámenes.

W. Holmes, decano de la nueva Gradúate School of Harvard, se hacía eco de esos sentimientos en la crítica que enderezaba contra la Educación de Maestros, de 1930. El estudio se había omitido apoyar a los maestros como pensadores críticos independientes. En épocas distintas, estos dos notables críticos de la educación norteamericana reconocieron que cualquier intento viable de reforma educativa tenía que encarar la cuestión de la educación. Pero lo más importante era su convicción en el sentido de que los maestros debían funcionar profesionalmente como intelectuales, y que la educación debía estar inextricablemente vinculada con la transformación critica del escenario escolar y, por extensión, del escenario social más amplio. La idea de que los programas para educación deben centrar sus objetivos académicos y morales en la educación a los maestros como intelectuales críticos, a la vez que fomenten los intereses democráticos, ha influido invariablemente en los debates sobre las diversas “crisis” de la educación en el transcurso de los últimos 50 años. Los maestros que asumen el papel de intelectuales transformadores, tratan a los alumnos como agentes críticos, cuestionan la forma en que se producen y distribuye el conocimiento, utilizan el dialogo y hacen al conocimiento significativo, crítico y, a la postre, emancipa torio. Como John Dewey y George Counts, este silencio no solo sugiere que algunos de los actuales reformadores están padeciendo una amnesia histórica y política, sino que también apuntan hacia los intereses ideológicos que subyacen a sus propuestas. Lamentablemente, tales intereses nos dicen menos acerca de la enseñanza que respecto a la naturaleza de la crisis real que encara esta nación -una crisis que, en mi opinión, no solo trae malos augurios para el futuro de la educación norteamericana. Tradición democrática que actualmente se haya retirada. Solo después de que hayamos comenzado a resolver algunas de estas cuestiones necesariamente previas, relacionadas con los fines, podremos concentrarnos en la resolución de cuestiones más instrumentales que tienen que ver con la consecución efecto va de nuestras metas. Creo también que los reconocimientos del fracaso, en cuanto vincular los propósitos de la enseñanza pública con los imperativos de la forma económica y social, nos ofrece un punto de partida para examinar el cambio ideológico de la educación.

LA REFORMA EDUCATIVA Y EL ALEJAMIENTO CON RESPECTO A LA DEMOCRACIA.

La reforma educativa que ha propuesto la reciente coalición de conservadores y liberales, a quienes de manera conveniente se ha puesto la etiqueta de nuevos conservadores, se sustentan en un discurso que edifica, que a la vez mistifica, tales propuestas. Capitalizando la menguante confianza del público en general, así como de un creciente número de maestros, en la eficacia de las escuelas públicas, los nuevos conservadores defienden la reforma educativa echándoles la culpa a las escuelas de toda una serie de crisis que incluyen cualquier aspecto. El fomento de una población crítica y comprometida, capaz de estimular los procesos de transformación política y cultural así como de refinar y extender el funcionamiento de la democracia política…. Todo parece indicar que los reformadores se imaginan a las escuelas como instrumentos económicos, en vez de políticos. Como si ya estuvieran cansados de la democracia política, los norteamericanos, por vez primera en ciento cincuenta años de historia, parecen estar dispuestos a efectuar una cirugía ideológica en sus escuelas públicas los arquitectos de la reforma que se está llevando a cabo han tenido el mérito de abandonar la retórica de la escuela como un vehículo para el mejoramiento personal. En los informes actuales sobre los programas derivados de esa reforma, ya casi ni se pretende que el mejoramiento personal y la movilidad social sean preocupaciones importantes del sistema escolar reconstituido.

El cambio ideológico que caracterizo el actual periodo de reforma es evidente también en las formas que hoy se definen la preparación de los maestros y la pedagogía del aula. En vez de enfrentar estas cuestiones, muchas de las reformas que tiene el lugar en el plano estatal aun consolidan más las estructuras administrativas impiden que los maestros, colectiva y creativamente den forma a las condiciones bajo las que laboran dentro de este paradigma, el desarrollo de los planes de estudio se deja en manos, cada vez más frecuentemente, de expertos en administración o simplemente se adoptan los que proponen las casas editoriales, sin que allá ninguna aportación o muy pocas, por parte de los maestros que se esperen que vallan a poner en práctica los nuevos programas. El hecho de que cada vez se desplace más a los maestros en la tarea de la elaboración y análisis de los planes de estudios guarda relación con las formas en que se emplea la racionalidad tecnocrática para redefinir la labor de los maestros. Como se ha mencionado, los intereses económicos que informan a las nuevas propuestas conservadoras se basa en un punto de vista de la moralidad y política que queda legitimado mediante un llamamiento a la unidad y la tradición nacionales dentro de este discurso, la democracia pierde su carácter dinámica y queda reducida a un conjunto de principios y disipaciones institucionales heredados que les enseñan a los alumnos la manera de adaptarse en vez de cuestionar los preceptos básicos de la sociedad. En efecto, el cambio ideológico de que aquí se trata apunta hacia una definición restringida de la enseñanza, una definición que despoja casi completamente a la educación pública de una visión democrática en la que se preste consideración seria a la ciudadanía y a la política de posibilidad.

EDUCACIÓN PARA MAESTROS: DEMOCRACIA Y EL IMPERATIVO DE LA REFORMA SOCIAL.

Si se requiere que los programas de educación para maestros proporcionen la base de la lucha y la renovación democrática de nuestras escuelas, habrá que redefinir la relación que tales programas guardan actualmente con dichas instituciones. Lo que esto efectivamente significa que la relación de los programas de educación pública, debería surgirse

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