La República Restaurada Y La Educación, Un Intento De Victoria Definitiva

La república restaurada y la educación, un intento de victoria definitiva

Después del primer triunfo sobre los conservadores, Juárez había promulgado una ley de educación (15 de abril), en la cual se reflejaba la convicción de que el gobierno tenía que controlar este medio insustituible de formación de ciudadanos:

La institución queda bajo la inspección federal abrirá escuelas para niños de ambos sexos y les auxiliara con los fondos con el fin de que se sujeten al presente plan de estudios… el mismo gobierno federal sostendrá profesores que se encarguen de la enseñanza elemental en los pueblos de cada estado que carezcan de escuela.

A las materias elementales de primaria se le exigía el estudio de la constitución y de la historia del país con esto se esperaba la derrota espiritual del clero. Por supuesto, la falta de fondos y el caos que vinieron de inmediato impidieron que se llevara a cabo los planes.

El señor Prieto declaro que había incompatibilidad entre las dos idea, que querer libertad de enseñanza y vigilancia del gobierno, es querer luz y tinieblas, ya que no existe la libertad de enseñar si hay prohibiciones.

José María Luis Mora había dicho que para mejorar al pueblo se tenía que arrancar el monopolio que el clero tenía sobre la educación pública, sin duda las ideas de Mora representaban un menoscabo de la libertad como se concebía de los integrantes del Constituyente de 1856, pero no tenían otra opción.

En medio de una algarabía, el 15 de julio de 1867 se formaba una comisión para discutir las condiciones de una ley de instrucción. Que fue publicada el 2 de diciembre de 1867 cuya introducción es esta:

“Considerando que difundir la ilustración en el pueblo es el medio más seguro y eficaz de moralizarlo y de establecer de una manera sólida la libertad y el respeto a la constitución y a las leyes…”

Con esto nos percatamos que ánimo la originaba, esta establecía a la escuela primaria “gratuita para los pobres y obligatoria en los términos que expondrá el reglamento” así mismo dejaba fuera toda doctrina religiosa, con excepción de las escuelas para sordomudos, esta ley reglamentaria apareció el 24 de enero de 1868 y aun que estaba dirigida al Distrito y Territorios Federales tubo repercusión en todo el país, esta influencia pronto hizo desaparecer la enseñanza religiosa y fue sustituida por materias como historia, civismo y geografía. La ley de 1867 establecía la existencia de las siguientes secundarias para mujeres de estudios preparatorios; de jurisprudencia, de medicina, cirugía y farmacia; de agricultura y veterinaria, de ingenieros, naturalista, bellas artes, música y declamación, de comercio, normal de profesores, artes de oficios, para enseñanza de sordomudos un observatorio astronómico una academia nacional de ciencias y licenciatura, y un jardín botánico. Fue sobresaliente la organización del antiguo colegio de San Idelfonso en la escuela de estudios preparatorios de acuerdo a los principios del positivismo. Su fundador Gabino Barreda jugó un papel sobresaliente ya que sería la base de la educación profesional.

Barreda fue

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