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Multiculturalidad E Interculturalidad


Enviado por   •  11 de Marzo de 2012  •  2.417 Palabras (10 Páginas)  •  2.972 Visitas

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EL DERECHO A LOS ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN BÁSICA DE RECIBIR EDUCACIÓN EN SU PROPIA LENGUA

Las implicaciones de esta transformación son sumamente profundas en todos los ámbitos de la vida, especialmente en el educativo. El propio artículo 2° constitucional lo reconoce al señalar que las Autoridades federales, estatales y municipales tienen la obligación, entre otras cosas, de: “Garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la capacitación productiva y la educación media superior y Superior. Establecer un sistema de becas para los estudiantes indígenas en todos los niveles. Definir y desarrollar programas educativos de contenido regional que reconozcan la herencia cultural de sus pueblos, de acuerdo con las leyes de la materia y en consulta con las comunidades indígenas. Impulsar el respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la nación.”

En 2003 se promulgó la Ley de Derechos Lingüísticos, que otorgó el derecho a los estudiantes de educación básica de recibir educación en su propia lengua, independientemente del lugar en donde la cursen.

“Las autoridades educativas federales y las entidades federativas, garantizarán que la población indígena tenga acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultural, y adoptarán las medidas necesarias para que en el sistema educativo se asegure el respeto a la dignidad e identidad de las personas, independientemente de su lengua. Asimismo, en los niveles medio y superior, se fomenta la interculturalidad, el multilingüismo y el respeto a la diversidad y los derechos lingüísticos.” (Artículo 11°).

La Ley de Derechos Lingüísticos condujo también a que se modificara la Ley General de Educación, que adiciona a los fines de la educación:

“Promover mediante la enseñanza el conocimiento de la pluralidad lingüística de la nación y el respeto a los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas. (...) Los hablantes de lenguas indígenas tendrán acceso a la educación obligatoria en su propia lengua y en español.” (Artículo 7°, Fracción IV).

LA INTERCULTURALIDAD

A pesar de todo lo dicho, la multiculturalidad no acaba de satisfacer. Se trata de un concepto descriptivo. Nos dice que en un determinado territorio coexisten grupos con culturas distintas. Pero el concepto no atañe a la relación entre las culturas. No califica esta relación. Y, al no hacerlo, admite relaciones de explotación, discriminación y racismo.

El concepto de interculturalidad. No se trata de un concepto descriptivo, sino de una aspiración. Se refiere precisamente a la relación entre las culturas y califica esta relación.

La interculturalidad supone que entre los grupos culturales distintos existen relaciones basadas en el respeto y desde planos de igualdad. No admite asimetrías, es decir, desigualdades entre culturas mediadas por el poder, que benefician a un grupo cultural por encima de otro u otros. Como aspiración, la interculturalidad forma parte de un proyecto de nación.

LOS FUNDAMENTOS de la interculturalidad

También son varios y diversos los fundamentos de la interculturalidad

I. La filosofía de la otredad

Las bases filosóficas de la interculturalidad se refieren a la forma como se aborda al otro diferente: Desde una postura filosófica que considera que hay culturas superiores y que, por lo mismo, es necesario que el otro borre su diferencia para poder establecer una relación desde planos de igualdad, se transita con claridad al polo opuesto: a la postura que sostiene que el otro puede y debe crecer desde lo que es: desde su propia identidad.

Desde una postura filosófica que conduce a concebir al otro diferente como una amenaza, a un planteamiento radicalmente opuesto que asegura que el contacto con el otro diferente me enriquece.

Desde una visión de “cultura” en singular –incluyendo la convicción de que la puerta de entrada es la escuela– a un planteamiento de “culturas”, en plural, cuya presencia múltiple asegura la vida. Esta postura sostiene además la imposibilidad de juzgar la superioridad de una cultura sobre otra en un determinado momento de la historia, aunque, desde posturas éticas específicas, sí es posible hacer estos juicios de valor.

Y desde una concepción de que las culturas son estáticas y que las identidades son fijas, a una concepción de las culturas como vivas, dinámicas, adaptables y promotoras del cambio. Una de las principales fuentes de dinamismo de una cultura es precisamente el contacto con otras, más aún si dicho contacto se da desde la base del respeto.

La democracia

Debe resultar evidente que un país multicultural que aspira a la democracia no puede lograrla plenamente si no transita de la multiculturalidad a la interculturalidad. Esto es así porque la democracia supone pluralismo. Se trata de una metodología de tomar decisiones en situaciones de complejidad, donde los pensamientos y las orientaciones son distintos.

La democracia también implica conocer y respetar otras visiones. Exige conocer otras visiones para formar el juicio propio. De otra forma, el juicio propio es limitado y egocéntrico, inconveniente para el propio Estado que se erige en democracia.

La democracia supone al menos la tolerancia, que es uno de los contrarios del racismo –los otros, más profundos, son el respeto y el aprecio por el otro diferente. Exige escuchar a las minorías para que no se convierta en una dictadura de las mayorías. Implica, por esto, interculturalidad.

La democracia es un mecanismo para la persecución de la justicia, de la retributiva y de la distributiva, ambas anheladas también por la interculturalidad.

La democracia verdadera, la profunda y madura, la que supone interculturalidad, es indispensable para la gobernabilidad en sociedades complejas, diversas y heterogéneas.

LA EDUCACIÓN para la interculturalidad

Puesto que la interculturalidad es una aspiración, no una realidad, por eso se propone una educación para la interculturalidad en lugar de educación intercultural. La educación debe contribuir –y puede hacerlo de manera privilegiada– a la construcción de una nación intercultural.

La interculturalidad, como concepto, no admite asimetrías. Hay muchas –económicas, políticas y sociales– y todas deben ser combatidas. Pero como educadores corresponde directamente combatir las propiamente educativas, que también existen.

Son

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