Pasado, Presente Y Futuro De México

Pasado, presente y futuro de México

México se caracteriza por su diversidad social, las variables en sus antecedentes históricos, sus tradiciones y su cultura.

Una de sus etapas más antiguas y que determina la historia de nuestro país es la gran civilización agrícola y los pueblos de cazadores y recolectores que vivieron en el norte de México; con su gran predilección por la gran Tenochtitlan que hace referencia a nuestra nacionalidad conjuntamente con Moctezuma y Nezahualcoyotl, haciéndonos recordar a nuestros antepasados.

Otros de nuestros pueblos como los nahuas, los zapotecas o los mayas contribuyeron a la integración de un nuevo régimen, causa de la conquista española, logrando incorporar sus costumbres y su memoria a lo largo de nuestra historia nacional.

También ubiquemos el nacimiento de la gran civilización mesoamericana dada por un gran proceso que empieza con la domesticación del maíz, plantas y algunos animales. Esta civilización destaca por una sociedad dividida en clases, por su despliegue en el trueque a cientos de kilómetros y por la construcción de complejos ceremoniales, los cuales eran llamados templos y eran colocados en la cúspide de la pirámide; también sin poder dejar mencionar a las magnificas canchas del juego de pelota.

La segunda gran etapa de la historia de México es la época colonial, que corresponde a los años del control de los españoles hacia nuestro país que adoptaba el nombre de Nueva España, la cual dio inicio tras la caída de México Tenochtitlan y concluye con la independencia tres siglos más tarde.

En esta etapa puede citarse que hubo importantes transformaciones de diversas índoles, como políticas, sociales, económicas y culturales.

Después de la colonización se vinieron las “Reformas Borbónicas”, las cuales tienen sus bases en el pensamiento y un conjunto de valores conocidos como Ilustración.

Estas reformas fueron modelo del gobierno imperial con un propósito de desarrollo para el aumento de la riqueza monárquica, mediante cambios en el rubro fiscal, militar y comercial; trayendo a Nueva España personajes ilustrados para desarrollar las ciencias, las artes y la industria.

Este periodo no solo fue importante por su crecimiento económico y por la apertura al mundo atlántico, si no también porque se vio marcado por una crisis en la sociedad que se dio cuenta de que era diferente.

Terminado éste, empieza a surgir un proceso de Independencia y fundación de un Estado nacional a una consolidación de República, periodo que comprende el liberalismo y el nacionalismo, forjándose los nuevos Estados-nación.

Una vez en el camino de lograr un Estado-nación se viene consigo el Porfiriato basado en una ideología antiautoritarista y anticentralista, pues rechazaba el excesivo poder del presidente de la República frente a los poderes Legislativo y Judicial.

El Porfiriato dejó legados que no se restringieron al ámbito cultural, sino que abarcaron la política (con avances en la consolidación del Estado-nación), la economía (con la ampliación de los mercados y de las vías de comunicación, el fomento a de la exportación de productos agrícolas y una industrialización incipiente) y la sociedad (con el crecimiento demográfico y la urbanización). Sin embargo, dejaría vicios políticos, una sociedad y una economía profundamente desiguales, y una serie de conflictos que dieron origen a la Revolución.

Una secuela de la etapa Porfiriana fue la Revolución, siendo un proceso definidor del México de buena parte del siglo XX, definido como un proceso mediante el cual fue destruido el Estado oligárquico y neocolonial de fines del siglo XIX.

La sociedad mexicana ha vivido grandes transformaciones, una de las más significativas ha sido sin duda el tránsito de una sociedad agraria a una sociedad urbana, al mismo tiempo que ocurría un extraordinario crecimiento de la población.

Otro cambio fue de índole política, donde los gobernantes construyeron un arreglo político que hizo posible una estabilidad duradera, teniendo como

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