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Periodismo En méxico


Enviado por   •  5 de Mayo de 2014  •  1.150 Palabras (5 Páginas)  •  310 Visitas

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México la triste verdad de la prensa; sigue siendo provinciana, periférica, mediocre y aburrida. En palabras de Daniel Cosió Villegas, la nuestra era una prensa libre que no usa su libertad, que definía hasta la exasperación ciertas actitudes, pero carecía de criterio para juzgar hechos elementales. Una prensa frívola, mezquina, superficial y un poco tonta; una combinación del autoritarismo del régimen y la actitud pusilánime, pragmática y pancista de los editores, que no querían problemas. Los periódicos eran un buen negocio.

Puede ser estridente, escandalosa, intensamente política, beligerante hasta el insulto, insidiosa, agresivamente partidista y, a la vez, superficial, irresponsable y a fin de cuentas irrelevante.

El mayor problema de la prensa mexicana es que no está organizada para informar; es dirigida a un público pequeño, muy pequeño y muy poco exigente: en un día bueno, los periódicos de mayor circulación pueden vender 100mil ejemplares o poco más. Pueden publicar directamente mentiras, todos lo hacen con alguna frecuencia, sin que eso tenga ninguna consecuencia entre sus lectores. El verdadero cliente de la prensa no es lector común y corriente, el que teóricamente la compra para informarse, sino la clase política, que a través de los periódicos amenazan, insinúa, ofrece y negocia.

No importa que una notica sea verdadera, sino que transmita un mensaje. En la sección internacional todas las noticias son de una fuente de alguna agencia de prensa extranjera. Hacer un diario en México resulta bastante barato, aparte del papel y la imprenta. Bastan unas cuantas grabadoras, algunos amigos en el gobierno, y la suscripción a tres o cuatro agencias de noticias. Lo más notable y característico de la prensa mexicana, sea se dependencia de los boletines y comunicados oficiales de todo tipo. La información es la que ofrecen las dependencias de gobierno nada más; pero a nadie se le ocurre enviar un corresponsal, preguntar, entrevistar, producir información. El resultado es que las mismas frases, los mismos párrafos se repiten idénticos en todos los periódicos. A veces se transcribe el boletín con solo una mención apresurada de la fuente, en el texto, de modo que casi parece una noticia. La clave de ese periodismo, llamémosle así, es el silencio.

Nadie hace preguntas, desde luego ninguna pregunta comprometedora, nadie pone en duda el contenido, nadie busca otras fuentes, ningún periódico hace la más mínima indagación por su cuenta para verificar lo que dice la fuente oficial. A veces la verificación sería algo tan sencillo como mirar la hemeroteca del propio periódico, porque los boletines dicen cosas contradictorias, lo único que haría falta para producir información sería un mínimo de curiosidad, que alguien se preguntara por las inconsistencias. Son más o menos ciertos los dos, tramposos los dos. A eso se le llama línea editorial.

Una devaluación absoluta de los reporteros. Si su trabajo ordinario consiste en recoger el boletín, o grabar las declaraciones, acaso hacer una pregunta insustancial, no necesita ninguna clase de información ni si quiera saber escribir ni conocer la materia de la que se ocupa.

Como alternativas, cuando no hay boletines, lo más socorrido son las encuestas, las entrevistas y sobre todo las filtraciones. Es mucho más interesante lo que sucede con las filtraciones. No se puede saber ni quien haya filtrado los documentos ni porque, y en general son datos que por definición resultan imposibles de verificar. Nadie ha investigado nada, no hay ninguna información contrastable. Curiosamente, la publicación de aquello suele

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