RESUMEN 100 AÑOS DE CONFUSION MACARIO SCHETTINO

100 años de confusión: México en el siglo XX

Vivimos un régimen cimentado en un mito mayor llamado Revolución Mexicana cuyas raíces campesinas, obreras y sociales son inexistentes en lo material, pero en la conciencia nacional es una parte histórica que se niega a morir.

Ésa es la idea central que el autor busca trasmitir a través de su libro; la desmitificación de la lucha centenaria, la elevación de personajes al altar heroico por acciones no realizadas, la inexistente voluntad de crear, desde 1910, un régimen que acabase con la dictadura del héroe de la batalla del 2 de abril, para dar paso a un país de instituciones.

Con argumentos debidamente sustentados en estudios y documentos históricos, desnuda los aparentes motivos del inicio de esta lucha, reduciendo a que la revuelta iniciada en 1910, no es más que la lucha civil que caracteriza a la sucesión del poder, donde figuran actores de la época como Bernardo Reyes, integrante de los científicos; los hermanos Flores Magón como críticos al régimen y Francisco I. Madero, acaudalado y esotérico hacendado sobre quien recae el inicio de la llamada lucha civil por el poder que se sale de control, sumiendo al país en guerras intestinas hasta 1930.

“Los Bárbaros del Norte” calificativo que se le da a los hombres y mujeres del norte del país que se convierten en los protagonistas de la segunda etapa del movimiento iniciado por derrocar a Díaz en aras “de un mejor porvenir”. Ante el asesinato de Madero y Pino Suarez, Huerta asume la presidencia en un mecanismo previsible por la ley; pese a las señalizaciones que la historia hace sobre si, en un efímero momento crea ciertas circunstancias como el apoyo a la educación, que se ven ensombrecidos por asesinatos y clausuras al Congreso.

La victoria de los “bárbaros”, genera la urgencia de restablecer el orden y paz en un país que se divide nuevamente, como ha sido a lo largo de los tiempos de formación nacional, en dos bandos, convencionalistas y constitucionalistas que arriban al histórico año de 1917, que trae como fruto la Carta Magna Mexicana donde se cristalizan “las promesas de la revolución”.

El autor vuelve a desmitificar esta afirmación, al manifestar la ausencia de análisis profundo de artículos trascendentes como el 27 o el 123, ejes torales de la Revolución Mexicana, que sin las brillantes aportaciones de Múgica o Heriberto Jara carecerían de elementos trascendentes en su contenido.

Sin embargo, el genio militar de Álvaro Obregón trasciende a la política, dando cátedra al “Barbas de Chivo”, teniendo acercamientos, en primer lugar, con los obreros, reabriendo la casa del Obrero Mundial y posteriormente impulsando la primera Reforma Agraria en beneficio de los campesinos, sentando las bases que lo permitirían alcanzar la Presidencia y, posteriormente, sentar las bases del régimen que la revolución nos heredó.

Los sonorenses establecen un nuevo mapa político; buscando la creación de la identidad nacional mediante el muralismo como vía de narrar acontecimientos en un país carente de alfabetismo, impulsar los gremios laborales a través de la CROM y disminuir el caudillismo

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