Reformas Borbonicas

Introducción:

En el fin del siglo XVII, La Monarquía en España se encontraba en crisis, Las guerras le originaron desorden en las finanzas públicas. A causa de eso España contrajo países enemigos como Francia, Holanda e Inglaterra. Se produjo un cambio de dinastía que produce problemas en la administración de las colonias ultramarinas, En 1700 muere Carlos II que al no tener descendientes la dinastía de Habsburgo se extingue en España y sube al poder entre 1759 y 1788 la Casa de Borbón bajo el reinado de Carlos III, quien implementó reformas políticas y administrativas para superar la crisis. Estas reformas son conocidas como reformas borbónicas.

Ante estas reformas, las colonias respondieron de diversas maneras, pues si bien algunas de estas reformas imperiales provocaron el descontento de ciertos grupos americanos que se sintieron perjudicados, otras regiones del continente se vieron beneficiadas con las nuevas políticas.

Las reformas borbónicas también afectaron el comercio, el intercambio comercial se agilizó gracias a los navíos de registro y a la apertura de más puertos españoles y americanos. Esta medida se intensifico gracias al decreto del libre comercio en 1778 entre España y América.

La economía del Reino de Chile era prospera en el siglo XVIII ya que había sido beneficiado por las reformas formentadas por la Corona, Gracias a las nuevas rutas comerciales los mercaderes chilenos lograron mayor autonomía, El reino de Chile también experimentó cambios territoriales y administrativos, las autoridades coloniales incentivaron la construcción de obras públicas, mejorando industrias productivas y la política de fundación de ciudades, con el fin de modernizar la colonia y lograr que perdiese el carácter periférico.

Desarrollo:

Como es de suponerse, las reformas económicas trajeron consigo múltiples efectos y consecuencias, tanto positivas como negativas. El gobierno español tomó diversas medidas para explotar al máximo los recursos de la colonia, con el propósito de generar mucha más materia prima para la metrópoli. Con las reformas borbónicas se tocaron todas las áreas principales en la Nueva España, entre ellas se encontraba la minería. También estaban la agricultura, el comercio y algunas empresas de manufactura. Obviamente hubo beneficios, se permitió ampliar los negocios entre ciertas colonias (Trinidad, Margarita, Cuba, Puerto Rico). La medida que mayores desajustes provocó en la Nueva España fue la real cédula de 1804 sobre la enajenación de bienes raíces de las corporaciones eclesiásticas, que desató reacciones violentas en contra del gobierno español. Esto se debió a que, con excepción de los comerciantes más ricos, aquella disposición afectó a los principales sectores productivos del virreinato (agricultura, minería, manufacturas y pequeño comercio), y en particular a los agricultores, pues la mayoría de los ranchos y haciendas estaban gravados con hipotecas y censos eclesiásticos, que los propietarios se vieron obligados a cubrir en un plazo corto, a fin de que ese capital fuera enviado a España. De esta manera, no sólo la Iglesia se vio afectada por la real cédula, sino también casi toda la clase propietaria y empresarial de la Nueva España, así como los trabajadores vinculados con sus actividades productivas. Por ello, se levantó un reclamo y por primera vez en la historia del virreinato todos los sectores afectados expusieron al monarca por escrito sus

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