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Sistema Politico Mexicano


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2011  •  1.935 Palabras (8 Páginas)  •  1.377 Visitas

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Introducción

Cada una de estas versiones da cuenta de algunos aspectos de la nueva realidad, pero pasa por alto un elemento decisivo (e incluso central) de la política mundial de los próximos años. La hipótesis de este artículo es que la principal fuente de conflicto en un nuevo mundo no será fundamentalmente ideológica ni económica.

El carácter tanto de las grandes divisiones de la humanidad como de la fuente dominante de conflicto será cultural. Las naciones-estado seguirán siendo los agentes más poderosos en los asuntos mundiales, pero en los principales conflictos políticos internacionales se enfrentarán naciones o grupos de civilizaciones distintas; el choque de civilizaciones dominará la política mundial. Las líneas de ruptura entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro.

Las diferencias entre las civilizaciones no son sólo reales: son fundamentales. Las civilizaciones se diferencian entre sí por su historia, idioma, cultura, tradición y, lo más importante, por su religión.

Choque de las civilizaciones:

La historia futura de la humanidad no estará enmarcada por conflictos ideológicos, ni de fronteras nacionales, como habían sido el caso de las guerras entre estados europeos Y en América, sino que los campos de batalla futuro estarían ubicados en las zonas de falla, o de encuentro de las grandes culturas.

A la difusión de esta teoría del choque de civilizaciones ayudaron considerablemente los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, donde se condenó como autor de los ataques al integrismo islámico liderados por Osama Bin Laden.

Un conflicto latente entre las superpotencias, que habría de librarse de una forma no convencional, porque de hacerlo como enfrentamiento directo entre Estados Unidos y la Unión Soviética, significaría la extinción de la especie humana por el holocausto nuclear.

Las dos afirmaciones, pasadas por un delgado filtro de análisis, son formas de producción de miedo, un estado latente del pánico, y no es que queramos minimizar los peligros de un holocausto nuclear, o de los choques de civilizaciones: lo que habría que decir para el primer caso es que durante la guerra fría no hubo ninguna guerra atómica; sólo una potencia ha utilizado bombas atómicas para atacar a su enemigo: Estados Unidos contra Japón en agosto de 1945. Y en el segundo, la información convertida en propaganda ha desplegado todo su poder.

Uno de los recursos más importantes del mundo bipolar fue la desinformación:

El afán de minar la posición del oponente utilizando el recurso del engaño sistemático, de la propaganda negra, para así irlo desvirtuando ante los ojos de la cautiva opinión pública. Es tal el poder de medios y recursos de la desinformación, que podríamos catalogarla como una de las metodologías más utilizadas por las superpotencias para generar sobre los grandes auditorios visiones e ideas que convengan a los intereses dominantes.

La desinformación es un recurso acuñado durante las guerras; el iniciador de ella fue el conquistador mongol Genhis Khan, que en el siglo XIII utilizó información de sus espías para minar a sus enemigos. Nos preguntamos acaso si el concepto de guerra fría no fue una inmensa y sostenida campaña publicitaria de venta de terror global para solidificar el papel de las superpotencias. En esta campaña ocupan un papel principal los organismos de inteligencia, los cuales tienen entre sus tareas las “acciones psicológicas”, que incluyen el uso de propaganda negra o desinformación para producir pánico y caos entre el enemigo o potencial enemigo, como fue el caso de la guerra fría.

La sofisticación de estos métodos es enorme. Involucra a las grandes redes de información de planeta, al punto que si algún país desea ofrecer información al mundo sobre su forma de “verdad”, tiene que construir su propia estrategia de información; es el caso del canal del Emirato de Quatar Al Jazeera, para ofrecer a los grandes auditorios mediáticos del planeta una visión no europea, o norteamericana, de lo que ocurre en el mundo árabe.

La información actual es manipulada, que siempre, al estar frente a un televisor o semanario, cada persona debería preguntarse: ¿estoy siendo informado o desinformado? En la medida en que la crisis o los eventos se estén sucediendo en sitios más recónditos a nosotros, y que nuestra información nos esté llegando por un canal único, mayores serán los riesgos de estar expuestos a la desinformación.

Si cada vez el acceso a información “veraz y objetiva” es debilitado, hay que preguntarse: ¿Cuáles son las oportunidades que tenemos para formarnos una representación válida de lo que está ocurriendo en el mundo? La desinformación esparce la semilla donde la idea de lo “otro”, como otra cultura, creencias o forma de vida, aparecen como fuente de peligro de mi forma de vida, creencias y cultura. Y esta es la tendencia en el imaginario inducida en el tiempo presente. La prueba de ello es cómo nos sentimos luego del 11 de septiembre. Los hechos están acaeciendo. ¿Pero los medios de información nos hacen pensar que son buenas las consecuencias?

Una aproximación desde la óptica de las civilizaciones, por ejemplo, sostiene que:

Las fuerzas de integración presentes en el mundo son reales y son precisamente las que están generando fuerzas opuestas de afirmación cultural y conciencia civilizatoria.

El mundo es en cierto modo dos, pero la distinción principal es la que se hace entre Occidente como civilización dominante hasta ahora y todas las demás, que, sin embargo, tienen poco en común entre ellas, por no decir nada. El mundo, dicho brevemente, se divide en un mundo occidental y muchos no occidentales.

Los Estados eran y seguirán siendo los actores más importantes en los asuntos mundiales, pero sus intereses, asociaciones y conflictos están cada vez más configurados por factores culturales y civilizados.

El mundo es ciertamente anárquico, está plagado de conflictos tribales y de nacionalidad, pero los conflictos que plantean mayores peligros para la estabilidad son los que surgen entre Estados o grupos procedentes de civilizaciones diferentes.

Así

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