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Acondicionamiento De La Tierra Para El Riego


Enviado por   •  19 de Junio de 2015  •  1.800 Palabras (8 Páginas)  •  365 Visitas

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Acondicionamiento de la tierra para el riego

Acondicionamiento del suelo, técnica agrícola que permite mantener o mejorar la productividad de los suelos. Es la base de la agricultura científica, e implica seis prácticas esenciales: labranza adecuada, mantenimiento de un aporte apropiado de materia orgánica en el suelo, mantenimiento de un aporte conveniente de nutrientes, control de la contaminación del suelo, mantenimiento de una acidez correcta del suelo y control de la erosión.

• LABRANZA: El suelo se prepara para el cultivo por medio de un proceso llamado labranza. Los arados roturan la superficie del suelo para que circulen el aire y la humedad, preparando un buen lecho para las semillas y eliminando las malas hierbas y el exceso de vegetación. La roturación suele hacerse siguiendo los contornos del terreno, de forma perpendicular a su pendiente. Esos trazados y líneas, notables hasta muy avanzado el crecimiento de la cosecha, permiten minimizar las escorrentías. Cuando se utiliza de forma conjunta con la construcción de diques y terrazas, este tipo de labranza puede ser un método muy efectivo para la conservación del suelo y el control de la erosión. El propósito de la labranza es preparar el suelo para el cultivo. Tradicionalmente esta preparación se realiza empleando un arado, que penetra en el suelo y voltea la tierra, arrancando o eliminando las malas hierbas que crecen en el terreno, removiendo y aflojando las capas superficiales del suelo y dejando un lecho con la humedad suficiente para que germinen las semillas sembradas. La labranza tradicional puede perjudicar al suelo si se practica continuamente durante muchos años, sobre todo si la capa fértil de la superficie es delgada. Hoy, muchos agricultores siguen un programa de labranza mínima o reducida para conservar el suelo. En este tipo de labranza la materia vegetal muerta que queda en el suelo tras la cosecha se deja encima, o bien bajo tierra, a poca profundidad, en vez de ser introducida profundamente con el arado, como ocurre en la labranza tradicional; ello contribuye a mantener la humedad en el interior y a proteger el suelo de la erosión.

• CONSERVACIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA: La materia orgánica es un elemento importante para mantener el suelo en buenas condiciones físicas; contiene la reserva íntegra de nitrógeno de éste, así como cantidades significativas de otros nutrientes, como fósforo y azufre. Así pues, la productividad del suelo se ve claramente afectada por el equilibrio de materia orgánica del suelo. Dado que la mayor parte de los vegetales cultivados se recogen en vez de dejar que se descompongan, la materia orgánica que normalmente revertiría al suelo tras la descomposición de las plantas se pierde. Para compensar esta pérdida se emplean varios métodos estandarizados. Los dos más importantes son la rotación de cultivos y el empleo de abonos. La rotación de cultivos consiste en sembrar diferentes vegetales sucesivamente sobre el mismo terreno, en lugar de utilizar un sistema de monocultivo o de cambios aleatorios de las cosechas. En el sistema de rotación se alternan los cultivos sobre la base de la cantidad y el tipo de materia orgánica que cada uno de ellos devuelve al suelo. Dado que la labranza intensiva acelera la pérdida por oxidación de la materia orgánica, las rotaciones suelen incluir una o más cosechas de superficie (cultivos que crecen en la superficie del suelo) que requieren poca o ninguna labranza. La penetración profunda de las raíces de ciertas cosechas de leguminosas, como la alfalfa, aporta un mejor drenaje a través de los canales que quedan tras la descomposición de las raíces.

• APORTACIÓN DE NUTRIENTES: Entre las deficiencias del suelo que afectan a la productividad, la falta de nutrientes es especialmente problemática. Los nutrientes más necesarios para un correcto crecimiento de las plantas son el nitrógeno, el potasio, el fósforo, el hierro, el calcio, el azufre y el magnesio, todos los cuales están presentes en la mayoría de los suelos en cantidades variables. Además, la mayor parte de las plantas requiere diminutas cantidades de sustancias llamadas elementos traza, presentes en el suelo en cantidades muy pequeñas, entre los que se encuentran el manganeso, el cinc, el cobre y el boro. A menudo, los nutrientes se encuentran en el suelo en forma de compuestos que las plantas no pueden utilizar fácilmente. Por ejemplo, el fósforo combinado con calcio o magnesio es utilizable por las plantas, pero combinado con hierro o aluminio, normalmente no. El enriquecimiento del suelo con fertilizantes artificiales y por medio de tratamientos que aceleran la descomposición de compuestos complejos incrementa la disponibilidad de minerales utilizables en el suelo. La cantidad de fósforo utilizable, por ejemplo, se incrementa frecuentemente con la adición de fertilizantes superfosfatos. Añadir calcio a los suelos disminuye la acidez y aumenta la disponibilidad de fósforo para las plantas. No obstante, la existencia de fósforo en formas no utilizables es, en ocasiones, ventajosa, ya que contribuye a conservar el contenido de éste en el suelo y hace que los efectos de la aplicación de superfosfato perduren años. En muchas ocasiones se añade cobre y azufre al suelo por medio de soluciones aplicadas en forma de aerosol. Otros elementos se añaden mediante aplicación directa o mediante fertilizantes artificiales específicos.

• CONTAMINACIÓN DEL SUELO: La contaminación del suelo se define como la acumulación en éste de compuestos tóxicos persistentes, productos químicos, sales, materiales radiactivos o agentes patógenos, que tienen efectos adversos en el desarrollo de las plantas y la salud de los animales. La creciente

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