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Antonio Lopez De Santa Anna


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  2.818 Palabras (12 Páginas)  •  358 Visitas

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ntonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (Xalapa, 21 de febrero de 1794 – Ciudad de México, 21 de junio de 1876) fue un político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones, instaurado como dictador vitalicio con el tratamiento de Alteza Serenísima, aunque derrocado años más tarde. A lo largo de su larga carrera política fue considerado ambiguo por participar de facciones contrarias, ya fueran realistas, monárquicos, republicanos, liberales y conservadores. Santa Anna fue también gobernador de Yucatán en 1824 y de Veracruz en 1829. Su figura es una de las más importantes y polémicas en la historia mexicana.

Primeros años

Nació en Xalapa, Veracruz. Fue hijo del respetado notario Don Antonio Andrés López de Santa Anna y Pérez de Acal y de su esposa Doña Manuela Pérez de Lebrón y Cortés. Ambos padres deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un joven aristocrático de ascendencia española. Sin embargo, por su carácter aventurero y sus deseos de sobresalir, consiguió ingresar en el Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años, el 6 de julio de 1810 como simple cadete en el Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz. En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, pero debido a la derrota de Hidalgo en la Batalla de Puente de Calderón, fue enviado hacia el norte. Las primeras experiencias militares de Santa Anna se desarrollaron en la provincia de Nuevo Santander y en la de Texas, bajo el mando del coronel Don José Joaquín de Arredondo, quien fue su instructor.

En el Ejército Trigarante

Su carrera política empezó en 1821, fecha en el que el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide consagró la independencia de la Nueva España. Inició entonces una larga serie de imprevisibles adhesiones ideológicas. Enviado por el gobierno virreinal a dar auxilio a la ciudad de Orizaba que estaba sitiada por los rebeldes, los derrotó y fue condecorado por el virrey y ascendido a teniente coronel. Fue nombrado comandante del puerto de Veracruz, pero horas después se levantó en armas contra el gobierno, uniéndose a los independentistas gracias a la persuasión de José Joaquín de Herrera. Fue derrotado en esa plaza pero se hizo fuerte en Córdoba.

Bajo su mandato en Veracruz, logró que las fuerzas virreinales retrocedieran hasta el fuerte de San Juan de Ulúa, que se convirtió en su último reducto.

Como muchos otros militares, sólo como una estrategia política y para obtener apoyos personales, se unió a Iturbide, quien propuso formar un congreso con una cámara única con la representación proporcional a la importancia de clases y con elección directa, dando así predominio a los grupos privilegiados. Santa Anna y los militares estaban de acuerdo con la independencia, pero no aceptaban que el gobierno fuera oligárquico, pues, según ellos, no se eliminarían los privilegios de los peninsulares que aún quedaban en el país. La Suprema Junta Provisional Gubernativa pidió una sola cámara sin separación de clases ni representación proporcional y por medio de elección indirecta. De esta manera se conformó tanto por abogados, como por miembros del clero bajo y medio, así como aristócratas y demás gente de relevancia social y política.1

Rechazo al imperio de Iturbide

Retrato de Santa Anna.

La transformación de la Nueva España a México no iba a ser fácil. España desconoció hasta 1836 la independencia de sus dominios y esto hizo que aumentara el fervor de independencia en las principales ciudades. Luego de que Iturbide firmó los Tratados de Córdoba, en los que México se declaró independiente, empezó la polarización de políticos y militares mexicanos. Había en el recién nombrado Congreso Constituyente representantes monárquicos borbonistas e iturbidistas, así como republicanos.

Iturbide fue coronado emperador gracias a la presión de las masas afuera del Congreso Constityente, quienes la noche del 18 de mayo de 1822 pidieron la corona para él, proclamándolo como "Agustín I", y presionaron al Congreso para instituir la monarquía como nueva forma del estado. La oposición republicana no tardó en exacerbarse: en Michoacán se descubrió un complot para formar la república y, en consecuencia, se detuvieron a quince diputados, entre ellos a Servando Teresa de Mier y a Carlos María de Bustamante.2

Iturbide disolvió el Congreso el 31 de octubre por desobediencia, conjuras y falta de servicio a la nación; en su lugar, designó a cuarenta y cinco diputados que consideró adecuados. Los antiguos insurgentes Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria se sintieron traicionados; Santa Anna reapareció en la vida pública, emitió el Plan de Veracruz y poco tiempo después el Plan de Casa Mata, declarando ilegal la elección del Emperador y pronunciándose a favor de los republicanos. Los borbonistas también se unieron al levantamiento. El general José Antonio de Echávarri, quien fue designado para combatir la rebelión a Jalapa, también decidió unirse en contra del Imperio. Iturbide sólo fue apoyado por el clero y decidió abdicar.2

Desterrado Iturbide en 1823 y restaurado el Congreso, comenzaron las pugnas entre centralistas y federalistas, a los que Santa Anna se une de inmediato. En esta ocasión fracasa un levantamiento que surgió en San Luis Potosí. Santa Anna, como su principal comandante, es enviado a la Ciudad de México para ser juzgado; por influencias que tenía en la Corte, fue absuelto.

La ambición de la presidencia

Durante los primeros años del México independiente, los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le dieron la posibilidad de ponerse del lado del gobierno de forma sorprendente, puesto que la participación de su hermano Manuel del lado rebelde, hacía suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en Manga de Clavo para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio obtenía el gobierno de Veracruz.

Poco más tarde se le brindó una nueva oportunidad. La convocatoria a las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los españoles peninsulares restantes en el país. Apenas once días después de que Gómez Pedraza ganara las elecciones, Santa Anna se rebeló,

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