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El Otro Cielo - Julio Cortázar, Monografía


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  2.021 Palabras (9 Páginas)  •  3.245 Visitas

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Monografía:

El motivo del doble en

«El otro cielo» de Julio Cortázar

Mikaëla Lind

780325-0187

Djäknegatan 21:550

754 23 UPPSALA

mikaela@stp.ling.uu.se

018-24 23 01, 070-767 74 732

1 Introducción

Un motivo es la representación de una situación típica que se repite en la literatura. En «El

otro cielo», escrito por Julio Cortázar y publicado en 1966 en Todos los fuegos el fuego, el

motivo central es el del doble. En esta monografía vamos a estudiar este cuento desde el punto

de vista del doble, y ver cómo este motivo aparece varias veces y en varias dimensiones del

cuento.

Las indicaciones de páginas se refieren todas al cuaderno «Dos cuentos latinoamericanos»

que forma parte de la literatura del curso de literatura del nivel C, de la universidad de

Uppsala el otoño 2004.

Empezaremos por dar una aclaración de la importancia del epígrafe que inicia el cuento,

siguiendo por una comparación de los dos autores actuales. Luego estudiaremos los

personajes y las relaciones entre ellos, miraremos el tiempo y el espacio y para terminar

abordaremos el motivo del doble en cuanto al narrador.

2 Análisis

2.1 Julio Cortázar e Isidore Ducasse

«El otro cielo» empieza con un epígrafe del largo poema narrativo Los cantos de Maldoror,

escrito por Isidore Ducasse. Para mejor comprender el análisis vamos a dar algunos datos

sobre este escritor.

Isidore Ducasse nació en Montevideo en 1846 y llegó a París en 1860. Escribió en francés

para un público francés, bajo el seudónimo de Lautréamont. Los cantos de Maldoror es un

libro diabólico y extraño, cruel y penoso, algo que se nota ya en el nombre del personaje

principal. Maldoror vendrá seguramente del francés «mal d'aurore», lo que da en español

«mal de la madrugada», es decir el «mal naciente». Maldoror es un tipo siniestro que lo ve

todo en negro. Lo siniestro se encuentra en otros autores de esta época; los franceses

Baudelaire, Rimbaud y Verlaine, y a ellos, como a Ducasse, se les considera poetas malditos.

Todos vivieron en el París del último cuarto del siglo XIX.

A Ducasse le describen como un «jovencito alto, delgado, algo encorvado, pálido y con los

cabellos cayéndole sobre la frente, que habitualmente estaba triste y silencioso, como retraído

en sí mismo»

1

. Murió joven, en una solitaria habitación de hotel, víctima de escarlatina.

1

http://www.escaner.cl/escaner33/lector.htm3

Las vidas de estos dos autores muestran una relación espectralmente invertida. Cortázar

nació en Europa de padres argentinos y Ducasse nació en Sudamérica, de padres franceses. En

tanto que Ducasse fue educado en Francia, convirtiéndose en escritor francés, Cortázar fue

educado en Buenos Aires y se convirtió en escritor argentino. Ambos son, en un sentido

rioplatenses. Véase cómo Isidore Ducasse se convierte en el doble, aunque opuesto, de Julio

Cortázar. Por consiguiente, podemos constatar que el motivo del doble empieza ya fuera del

cuento.

2.2 Los personajes

Entramos en el cuento y encontramos varios dobles entre los personajes. Para no dejar ya al

autor francés Isidore Ducasse, empezaremos por mostrar una relación doble que podría existir

entre él y el personaje de Laurent. Con el nombre de Laurent, Cortázar hace alusión a

Lautréamont. Lautréamont contiene las letras, en el buen orden del nombre Laurent. Laurent

podría ser una reducción de Lautréamont, como si fuera una parte de él.

El carácter principal de Lautréamont se llama Maldoror. Tanto aquél como Laurent son

caracteres malos y siniestros. Es evidente que se parecen y Cortázar habrá sido influido por el

asesino de Lautréamont.

Laurent tiene también su doble dentro del cuento; el «sudamericano». Ambos personajes

recorren el barrio de las galerías, ambos consistuyten una amenaza para las prostitutas, ambos

mueren o desaparecen al mismo tiempo. El narrador constata «las dos muertes [...] simétricas,

la del sudamericano y la de Laurent, el uno en su pieza de hotel, el otro disolviéndose en la

nada [...] y [es] casi una misma muerte» (p. 15).

Para cerrar el círculo, hay también una identidad simbólica de Paul Laurent y el

sudamericano. El sudamericano es «un hombre joven, muy alto y un poco encorvado» (p. 5) y

suele entrar «sin saludar a nadie» (p. 5). Esta descripción es idéntica a la que acabamos de dar

de Lautréamont. Además sabemos del sudamericano

...

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