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Ensayo Problematica Situada


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  969 Palabras (4 Páginas)  •  341 Visitas

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¿Dónde Están Las Fotos De Ayer?

De pronto una gran melancolía me invade al entrar a casa de mi madre y ver las fotografías familiares, en mi nuevo hogar ya no se muestran colgadas en alguna pared, tengo cientos de ellas, pero todos esos momentos hermosos los puede observar cualquiera que me tenga agregado en su famoso libro de caras, en su no tan pequeño espacio y porqué no hasta en su obsoleto saludo con esos 5, seguramente muchos me criticarán por no llamarlos con su nombre en inglés, sobre todos los astutos jóvenes que en esta era globalizada, han aprendido a pronunciar mejor este idioma que aquel que les enseño a decir papá, sin embargo mi nostalgia por los tiempos pasados me hacen llamarlos así por el momento.

Me pregunto, dónde quedaron aquellas fotografías en donde la familia jugaba un papel importante, en las que de vez en cuando nos dábamos el lujo de salir haciendo alguna mueca inesperada y años más tarde la abuela nos apenaba mostrándolas a todo aquel que nos visitaba, hoy todos lucimos con las mejores galas de temporada (por cierto entre menos ropa, más me gusta, habrá en ellas), pobre de aquel que no salga por lo menos con una bufanda bonita, porque sin duda será la burla de todos, ahora posamos de tal manera, que los atributos resalten y los defectos sean casi imperceptibles y si de plano no nos agrada, pues a eliminarla, al fin solo hace falta tocar un botón, total la imagen que otros ven es lo que cuenta, en la vida real criticaría estas actitudes con una frase de Nietzsche ”Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”

Cuando las primeras señales de Internet aparecieron, mi papá, se entusiasmo bastante, decía que muchos cambios buenos vendrían, que todo sería más práctico y que mucho conocimiento nos esperaba, hoy se enoja, porque sus nietos no salen de sus recámaras ensimismados en idear una frase que haga rabiar a unos tantos y sonreír a otros, aunque a muchos ni siquiera los conocen personalmente.

Me parece perfecto que la tecnología este avanzando y nos adaptemos a ella, pero, ¿está bien que se apoderé de nosotros? Queremos controlarlo todo, ahorrar tiempo y dinero, despertar a una realidad laboral en donde seríamos desplazados de no saber usarla, pero otra cosa es aceptar a todo aquel que nos solicite ser amigo, escribir “Carajo...... Noooooo a iniciar el día de madrugada” cuando ya rebasa el meridiano, escribir un “jajaja muero de risa”, perdiéndonos la oportunidad de interactuar de manera personal.

¿Qué ocurre con nosotros, nuestros amigos y nuestras familias? Recuerdo muchas imágenes contenidas en el álbum, en dónde todos aglomerados en la mesa sonreíamos, platicábamos y discutíamos de manera cordial los permisos para ir a una fiesta, ahora en las familias cada quien vive en un mundo a parte, mientras unos escuchan música, otros con su celular 4G le twitean al mundo que son unos obesos porque su mamá que es una floja no hizo de comer y trajo quesadillas y sopes; me pregunto cómo serán las relaciones sociales de los hijos de muchos de nosotros y peor aún como serán las relaciones de los hijos de estos, ¿de verdad las madres modernas son unas flojas?¿los papás aún darán permisos o solo se les avisa por inbox? ¿dónde quedo el respeto por las madres trabajadoras y los padres comprometidos?

Creo que en muchos sentidos por este desinterés en la convivencia familiar y social real, el sentimiento profundo de guardar los recuerdos valiosos impresos en papel fotográfico para recordarnos el valor de pertenencia y de afecto, se han ido, por nuestra visible muestra de holgazanería, es que el ser humano está atravesando por situaciones difíciles sin contar con el apoyo de nadie, aunque la lista de amigos ascienda a números que ni con las manos de todos los integrantes de mi familia (y vaya que somos muchos) podríamos contar.

“La familia, es el espejo de la sociedad” recitaba el famoso escritor francés Víctor Hugo en uno de sus escritos y creo que a pesar de que han pasado ya dos siglos de esta sentencia apocalíptica, se hace cada vez más evidente que en la apresurada vida moderna nos comunicamos poco y no solo en el interior de nuestros hogares, sino también al exterior, queremos contactar con gente de todo el mundo, edad y obvio no de cualquier condición social pues los más pobres no tienen acceso a las aclamadas redes sociales. ¿Qué valores los nuestros no?

Entre las burlas, el acoso, la violencia verbal y las muestras semipornográficas fotografiadas sumisa y permisiblemente por un amigo, que nos exhibe en el muro de algún desconocido, nos vamos perdiendo, ni siquiera el famoso Mark Zuckerberg, creador de Facebook, salió bien librado de la inseguridad y timidez a la que ahora nos arraigamos tanto, pues como muchos habremos visto en la película biográfica Red Social, el calor humano, no será nunca, algo que pueda suplir la fama, el dinero o los amigos virtuales.

Espero que alguna vez la inteligencia y no la tecnología pueda borrar en algún momento los vicios que se han formado con la pérdida del valor de ser yo, con los abrazos y besos enviados en mensajes escritos en otro idioma, con los rostros cargados de ansiada vanidad para ocultar el complejo, con el poco afecto a las personas reales con las que vivimos y contaremos para el resto de nuestras vidas, ojala que tengamos muchas fotos viejas alguna vez, parafraseando las palabras de los fotógrafos Fred Mc. Culling y Henry Cartier Bresson quiero concluir diciendo que no es la fotografía en si lo que me interesa, sino la vida y cómo nos conducimos en ella porque la fotografía, no puede cambiar la realidad, pero si puede mostrarla.

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