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Ensayo Sobre Albert Einstein


Enviado por   •  25 de Octubre de 2013  •  3.377 Palabras (14 Páginas)  •  450 Visitas

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ARGUMENTOS: EL QUE ESTA LEYENDO ESTO ES UN GAY , CABRO O MARICON , TU!!!!!!!!!!!!!!!!! JAJAJA CABRO

Los argumentos contra el matrimonio entre personas del mismo sexo son básicamente dos:

1) El matrimonio es una institución esencialmente heterosexual. Éste es un dato antropológico del que el Derecho suele limitarse a tomar nota. Una unión formal entre personas del mismo sexo será otra cosa, pero no un matrimonio.

2) La unión entre personas del mismo sexo no cumple las mismas funciones sociales por las que el Derecho regula y protege el matrimonio, por lo que no tiene sentido atribuirle toda la regulación jurídica del matrimonio.

Veamos con más detalle los argumentos en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo:

- “Si se quieren, ¿por qué no dejarles que se casen?”

No se trata de negar que dos personas del mismo sexo se puedan querer, sino que eso sea un matrimonio. La razón de ser de la regulación jurídica del matrimonio no es ni la afectividad entre dos personas ni la mera situación de convivencia. Quererse, mantener relaciones sexuales y vivir juntos no justifica el derecho a contraer matrimonio. Son aspectos circunstanciales que rodean el núcleo del matrimonio, pero no son el núcleo, no son los aspectos esenciales. Hay muchos tipos de afectividad (entre padre e hijo, entre hermanos, entre amigos, a un animal querido…) que no son matrimonio. Y afirmar eso no es minusvalorarlos, sino reconocer la diferencia.

- “Los homosexuales tienen derecho a casarse, como cualquier otra persona”.

Las personas homosexuales pueden actualmente contraer matrimonio con los mismos derechos y en las mismas condiciones que las personas heterosexuales. Es decir, con una persona del sexo opuesto que reúna los requisitos legales de edad, que preste su consentimiento, etc. Lo que sería discriminatorio es prohibir al homosexual contraer matrimonio en las mismas condiciones que las demás personas por el solo hecho de ser homosexual.

Naturalmente, el argumento no es éste. El homosexual quiere casarse con la persona a la que quiere, que es de su mismo sexo. Pero el simple hecho de que alguien quiera casarse con alguien no supone necesariamente que pueda hacerlo: así, ¿podría quejarse de discriminación el varón a quien el derecho le impide casarse con la mujer a la que quiere, sólo por el hecho de que es su hermana? ¿o la mujer a la que el Derecho no deja casarse con el hombre al que quiere por la simple razón de que él ya está casado?

- “Permitir el matrimonio homosexual no quita derechos a nadie sino que otorga derechos a alguien que no los tenía”

Con ese argumento, los albañiles exigirán el derecho a ser arquitectos, los estudiantes a ser aprobados y los hombres a integrar asociaciones de mujeres. Yo de momento, exijo que me den el carnet joven y el carnet de pensionista a la vez. Poco importa que tenga 30 años. Total, no se quita derecho a nadie, sólo se da.

- “Negar el matrimonio a los homosexuales es discriminarlos, mantener la marginación social que han sufrido en tantas épocas de la Historia”.

Según una definición muy antigua y sencilla, pero que sigue valiendo hoy, justicia es tratar de forma igual a los iguales y de forma desigual a los desiguales. Se comete injusticia (y discriminación) cuando se trata de forma distinta (y negativa) sin que exista una razón objetiva, razonable y suficiente para ello; es decir, cuando se trata desigualmente a personas que, en ese aspecto concreto, son iguales.

Negar a alguien que pueda casarse con otra persona de su propio sexo no es discriminarle. Tampoco se discrimina al casado porque no se le permita casarse con otra mujer que no es su esposa, mientras que al soltero sí se le permite. No es discriminar al homosexual, sino reconocer y defender que el matrimonio es una institución esencialmente heterosexual.

- “Afirmar la heterosexualidad esencial del matrimonio es fruto de la discriminación de los homosexuales”

Pues no. A lo largo de la Historia ha habido sociedades en las que la homosexualidad estaba bien vista (p. e., la antigua Grecia), pero no se les ocurría llamar matrimonio (ni regular de forma similar al matrimonio) a lo que veían claramente como una realción diferente. La idea de institucionalizar las relaciones heterosexuales orientadas a la procreación y cuidado de los hijos es una necesidad de la sociedad, no una consecuencia de la discriminación.

- “Al negar a los homosexuales el derecho al matrimonio se les está negando el derecho más básico, más primario y más humano: el derecho a ser felices”.

Algunos homosexuales creen que cuando puedan casarse terminarán la discriminación, su inseguridad y la inestabilidad e infidelidad tan frecuentes en las relaciones homosexuales. Desde ese punto de vista, el matrimonio resulta una condición necesaria para lograr la estabilidad emocional y, con ello, la felicidad. Mucho nos tememos que esperan demasiado del matrimonio y que la mera sanción legal no da para tanto. Es verdad que el auténtico matrimonio heterosexual proporciona seguramente tasas de estabilidad, fidelidad y felicidad mucho mayores que las uniones homosexuales. Pero no hay que atribuirle esos efectos a la sanción legal. Influyen mucho más la complementariedad entre los sexos y el esfuerzo de los esposos por vivir de acuerdo con unos valores, a lo que se une (según entendemos los católicos) la ayuda de la gracia. Si se llega a aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, la insatisfacción de los homosexuales con sus relaciones seguirán siendo exactamente la misma. Eso no lo puede arreglar el Código civil.

- “El matrimonio entre homosexuales no es algo tan novedoso ni tan ajeno a la Historia occidental”.

En Occidente, el primer caso en que se llama matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo se ha dado en Holanda y sólo muy recientemente (ley del año 2000, en vigor desde abril de 2001), y el segundo en Bélgica (ley de 2003). Algunos Estados de EEUU (Massachussets, Vermont) están dando pasos en la misma dirección. En la Historia occidental nunca antes se ha considerado que sea matrimonio la relación homosexual, incluso en sociedades y épocas en que las relaciones homosexuales estaban bien consideradas moral y socialmente (p. e., en la antigua Grecia). Por tanto,

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