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Jose Maria Arguedas Encuentro De Dos Mundos


Enviado por   •  22 de Agosto de 2012  •  3.046 Palabras (13 Páginas)  •  4.548 Visitas

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El hombre es un ser que necesita conocer el mundo que le rodea y para ello se vale de sus sentidos, que son la manera como puede percibir su propia realidad que es lo que vive en el momento y es a lo que se enfrenta mediante el conocimiento y la acción. Una vez que entra en contacto con las cosas que conoce, las analiza, las estudia para conocer cuál es su funcionamiento, posteriormente les asignar un valor propio y las convierte en medios que van a ser herramientas útiles que luego se transforman en posibilidades de vida. Tal vez es esta una de las condiciones que le diferencian del resto de animales, ya que su mundo no es limitado a satisfacer las necesidades básicas sino también a transformar lo que le rodea.

Una vez que el individuo va descubriendo esas posibilidades de vida, se muestra como un gran creador y facilitador de las condiciones para aquellas generaciones que vendrán después, así pues, el pasado humano hizo posible lo que es el presente y este presenta hará posible lo que vendrá mañana.

Ahora con esta serie de posibilidades adquiridas es como el hombre empieza a construir su vida individual y colectiva. Para vivir necesita ir más allá, es decir, empezar a cuestionarse sobre lo que quiere hacer y de qué manera lo va a e a hacer. A partir de este instante, inicia un momento en el cual el sujeto adquiere la responsabilidad de asumir la incansable tarea de hacerse cargo de sí mismo.

De esta autonomía es que el hombre empieza a razonar y a evaluar cada una de sus actuaciones y podrá encontrar como las buenas le pueden ayudar a crecer y las malas por el contrario estancarán de algún modo su proyecto de vida.

Ahora que cada sujeto inicia este camino, debe tener en cuenta varias cosas, que le permitirán actuar con sabiduría de acuerdo a cada circunstancia que se presente en esta recorrido, como primer paso tendrá que saber ubicarse en la “realidad” sin dejarse llevar por el instinto, el cual le convertirá en un ser que sólo actúa movido por esa constante fuerza interior que no le permite razonar; de otra parte, no puede limitarse sólo a mantener la convicción de un mundo ideal que se puede confundir con sus sueños; lo realmente conveniente es vivir en la realidad, actuar con plena conciencia de lo que vive manteniendo el equilibrio entre la razón y la emoción, facilitando las posibilidades de vida tanto individual como colectiva.

Cada individuo que emprende su propio viaje, debe tener en cuenta que en este no estará sólo. Allí podrá encontrar a otros que al igual que él también están en búsqueda de esa realización persona y así es como nos encontramos en este mundo, cada uno con sus propias manifestaciones y una forma particular de comunicarse, de relacionarse y de expresarse, esta manifestación que hace a un grupo distinto de los otros es a o que llamamos “cultura”.

Cada cultura tiene su propia forma de organizarse y es así como podemos encontrar tres niveles de dicha organización:

En primer lugar podemos encontrar las Industrias, que son la manifestación propia de la creatividad del hombre, quien a partir de las cosas naturales construye casas, herramientas, objetos que le permiten optimizar cada una de las actividades que desempeña a diario.

En un segundo lugar podemos encontrar las instituciones, son la forma en que los individuos se organizan para vivir con dignidad y libertad, no son de carácter físico, ni tampoco son las personas que las representan, son la esencia de la forma en que nos agrupamos los seres humanos.

En tercer lugar, encontramos “los valores que determinadas maneras concretas de apreciar ciertos aspectos importantes en la vida humana por parte de los individuos que pertenecen a un determinado grupo cultural”.

Los valores nos permiten apreciar ciertas cosas importantes en nuestra vida, como la vida, el amor, la familia, el trabajo, entre otros y los podemos manifestar por medio de las prácticas que son lo que hace el hombre en su vida diaria, las tradiciones que son costumbres que han pasado de una generación a otra y los símbolos que son las expresiones de la vida profunda de un pueblo, es decir su alma o su esencia.

El hombre dentro de este reconocimiento propio y del conocimiento de su mundo, asigna a las cosas unos criterios de valoración entre los cuales podemos encontrar: el de creación que le permite crear e innovar con su capacidad creativa, el de liberación por cuanto las cosas que son positivas para su vida le hacen libre y las que obstruyen su realización no y el de interculturalidad que le permite expresarse y afirmarse ante otros o en su contra.

Ahora bien, es importante conocer la valoración que el individuo hace de las cosas pero aún más de la que tiene de sí mismo, porque es ésta la que la permitirá entrar en contacto con los demás.

El hombre es persona que es la realidad fundamental de cada ser, y tiene varias dimensiones sin reducirse a alguna en particular:

Se encuentra la dimensión de la corporeidad que es donde reconoce su existencia dentro de un cuerpo que hace parte de un mundo físico, de comunicación porque ésta hace parte fundamental de su vida en sociedad y de la construcción de las relaciones con otros; la conversión íntima que implica una profunda inmersión dentro del propio ser que permite ser conscientes de sí mismo; por su parte la dimensión de afrontación le hace posible hacer frente a su realidad y a las situaciones que vive a diario, en la libertad condicionada que posee sabe que puede actuar de manera libre sin que sus actos afecten a otros de manera negativa, la dimensión de trascendencia puede conocer los maravillosos horizontes se su propia realización y en la del compromiso se concreta su perfeccionamiento como agente creador y transformador del mundo.

Dentro del conocimiento de las dimensiones de cada individuo y su importancia, encontramos algo bastante importante que es el reconocimiento de su dignidad en la medida en que cada individuo es fin y no sólo medio, no se reduce a ser un simple instrumento; es un ser que tiene derecho a ser respetado porque es más de lo que hace y sabe distinguir entre lo bueno y lo malo. La dignidad de cada uno hace parte de los cimientos sobre los cuales se sustentan las relaciones humanas en lo que llamamos “convivencia social”.

La Convivencia Social no muestra al sujeto de manera aislada, por el contrario le integra como miembro activo dentro de una sociedad, en la cual debe saber convivir y mostrar actitudes acordes con los valores. Para vivir de acuerdo con los valores la persona debe actuar manteniendo la moral cívica, que le permite cuestionarse en aquellos instantes en que sus actos puedan afectar el equilibrio de sus relaciones sociales, basado en la razón que reconoce los principios

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