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Las Particulas Subatomicas


Enviado por   •  24 de Diciembre de 2012  •  1.689 Palabras (7 Páginas)  •  573 Visitas

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Formas de dominación hegemónica de una cultura sobre otra: colonización, explotación, racismo y discriminación.

Uno de los problemas sociopolíticos más importantes es el relativo a la tensión entre un ideal de cultura mundial y la necesidad de reconocer la pluralidad de culturas. Como hemos visto, al interior mismo de los Estados modernos se da la tensión entre el ideal de un Estado homogéneo y la necesidad de reconocimiento de las diversas culturas que lo integran. Este es el caso mexicano.

La filosofía moderna ha planteado la necesidad de reconocer una ética universal, es decir, válida para todo sujeto racional, independientemente de la cultura a la que pertenezca. La cultura occidental se ve a sí misma como una cultura basada en normas universalmente válidas y, por tanto, pretendió ser el modelo para todas las demás culturas. Lamentablemente, el camino hacia la universalización de la cultura, según el modelo occidental, ha sido una marcha de dominación, de imposición y de violencia. Y es que si la universalidad se basa en la primacía y el liderazgo de un pueblo sobre los otros, son inevitables la exclusión y la marginación.

Algunos autores sostienen el derecho a la colonización como acción “civilizadora”. Deber de los pueblos superiores es elevar a los pueblos inferiores a un nivel de civilización que le capacite para poder gobernarse a sí mismos. Al reflexionar sobre estos temas no podemos dejar de preguntarnos si la universalidad excluyente y dominadora no inició su camino en la Conquista y colonización de los pueblos americanos.

Para países como México es urgente una tarea de reflexión crítica ya que en la actualidad, en el seno mismo de nuestra sociedad, se perpetúan la exclusión y la injusticia, como lo demuestra la condición de los pueblos indígenas que viven en estado de miseria, discriminación y olvido. Su exclusión no es solamente económica, sino también social, política y cultural. Esta marginación de unos por parte de otros miembros de un mismo país, se une a la marginación de los pueblos iberoamericanos con respecto a los países europeos, que ha sido llamada eurocentrismo o neocolonialismo. También encontramos esta actitud de discriminación hacia los ciudadanos de países latinoamericanos que se ven forzados a buscar trabajo en los países del norte del continente americano.

Volviendo al caso de México, la marginación de las culturas indígenas sigue siendo una herida en nuestra sociedad que exige por nuestra parte la solidaridad y la justicia en la acción. Y es que el pensamiento mexicano ha copiado gran parte de las ideas del pensamiento europeo, entre ellas, la idea de la superioridad de una cultura sobre las otras.

En todas las épocas y en sociedades muy diversas, algunos grupos humanos se han considerado superiores a otros. Los faraones en Egipto se consideraban a sí mismo divinos y los patricios romanos se inventaban genealogías que se remontaban a los dioses. Pero donde más se afirma el rechazo a la igualdad es en las relaciones entre los pueblos.

Sin embargo, es en el siglo XIX en Europa que surge la justificación más acabada de lo que se conoce como racismo. Esto resulta paradójico, ya que en este mismo siglo se promulgan los derechos del hombre, el siglo en el que se proclama la igualdad interhumana como principio moral y legal.

El europeo del siglo XIX, fascinado por el progreso científico-técnico, la fuerza militar y el desarrollo cultural de su continente, empieza a considerar como bárbaro todo lo que no sea europeo. Como la raza predominante en Europa es la blanca (caucásica), pronto se da el paso hacia la afirmación de la superioridad de esta raza sobre las demás. Esto da lugar a la idea de la necesidad de que la raza blanca ejerza tutela sobre las otras razas. El destino de éstas, sería el de estar sometidas a la raza blanca y dejarse guiar por ella. Estas ideas, no sólo son el germen del racismo, sino la justificación del colonialismo.

El primer gran teórico del racismo en Francia es el Conde de Gobineau (1816-1882). En Alemania, uno de los más importantes es Otto Ammon (1842-1916) y en Inglaterra, las teorías de Francis Galton (1822-1911) sobre la herencia, proporcionaban supuesto material científico para fundamentar el racismo.

A principios del siglo XX, en Alemania, el nacionalismo se une al racismo con resultados terribles. El nacionalismo alemán se funda sobre la idea de que la nación corresponde a una raza y las razas están dotadas de cualidades que hacen a unas superiores a las otras. La raza es, para ellos, el elemento determinante de la civilización. Entre todas las razas es superior aquella que ha construido la civilización más perfecta, esta raza es la aria que se encuentra en su estado más puro en el mundo germánico. La conclusión que el nacionalsocialismo alemán saca de estas ideas es que el problema social central es el del mantenimiento de la pureza racial.

Más adelante, el racismo se une al antisemitismo, que estaba ya bastante extendido en Alemania y Austria. Como los judíos formaban la única minoría étnica en Alemania, racismo y antisemitismo se vincularon en las ideas de Adolfo Hitler. En su libro Mein Kampf (Mi lucha), Hitler afirma que todos los males de Alemania proceden de la corrupción de la raza y que si se

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