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Ambiental


Enviado por   •  16 de Junio de 2012  •  5.922 Palabras (24 Páginas)  •  622 Visitas

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historia de petare y el estado miranda

Introducción:

Esta investigación se realizó sobre los diferentes biomas que se encuentran en Venezuela. La realizamos por medio de la búsqueda de información en diferentes fuentes tales como los libros y páginas de Internet, además se realizó para poder aprender sobre los biomas, la flora y fauna y los diferentes Parques Nacionales y Monumentos Naturales ubicados en nuestro país.

De esta manera además de obtener gran variedad de conocimientos, también aprendemos en cierto modo a conocer y a querer nuestro país.

HISTORIA DE PETARE

El 17 de febrero de 1621, el capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el padre Gabriel de Mendoza fundaron el pueblo del Dulce Nombre de Jesús de Petare, sobre una pequeña colina bordeada por la quebrada El Oro y los ríos Caurimare y Guaire. Precisamente, Petare es un vocablo que deriva de la lengua caribe cuyo significado es De cara al río (pet: cara y are: río), en clara mención a las corrientes de agua que fluyen por el sitio.

Los mariches, grupo indígena perteneciente a la familia lingüística caribe, habitaron estas tierras hasta 1573, cuando su principal cacique, el aguerrido Tamanaco, murió a manos del conquistador español Pedro Alonso Galeas. A partir de entonces comenzó el sometimiento de los aborígenes y la repartición de las primeras encomiendas a cargo de Diego de Losada, Juan Gallegos, Sebastián Díaz Alfaro y Francisco Fajardo.

Según el uso de la época, los colonizadores, españoles canarios en su mayoría, construyeron la villa siguiendo la forma cuadricular de la plaza central, a cuyo alrededor ubicaron la iglesia, los primeros edificios públicos, el mercado y las viviendas de las familias más notables.

En el fértil valle mariche proliferaron las haciendas de café, cacao, maíz y caña de azúcar; ésta última era procesada en los trapiches cercanos para extraer el dulce papelón y el amargo aguardiente. Estos sembradíos abastecían de alimentos no sólo a los pobladores del Dulce Nombre de Jesús, sino también a sus vecinos de Caracas. Entre las más importantes se encontraban La Baloa, Los Marrones, La Urbina, Los Ruices, El Marqués, Macaracuay y Güere-Güere (hoy Urbanización La California Norte).

La fecundidad del suelo y el agradable clima atrajeron a destacadas personalidades caraqueñas. Andrés Bello, José Félix Ribas, José Antonio Rodríguez Domínguez, Manuel de Clemente y Francisco de Berroterán (marqués del Valle de Santiago) formaron parte del selecto grupo de huéspedes que adquirieron propiedades para el cultivo y el descanso.

Los Caminos Reales también contribuyeron con el desarrollo de la economía local. Esta importante red de vías formaba un cruce en Petare, convirtiendo al pequeño pueblo en una parada obligada para los viajeros y comerciantes que transitaban desde Caracas, Baruta y El Hatillo hacia Guarenas y Mariches. Justo donde confluían estas rutas tenía lugar un dinámico intercambio de productos agrícolas y mercancías en general. El sitio posteriormente tomó el nombre de Los Portales.

La estructura social estaba formada por cuatro segmentos: los esclavos (negros e indígenas), el pueblo llano (campesinos, carreteros y artesanos), los comerciantes (tenderos y pulperos) y los hacendados. Dicho orden permaneció prácticamente inalterado durante siglos. Era una sociedad pudiente, no aristocrática, pero sí con recursos económicos suficientes para adquirir objetos valiosos y emprender obras ambiciosas, como la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús y la Capilla Santa María Magdelena.

La paz y prosperidad que disfrutaron los petareños durante el siglo XVIII fueron truncadas por los sucesos que forjaron la Independencia de Venezuela, especialmente aquellos que dieron término a la Primera y Segunda República: el terremoto de 1812 y la emigración a Oriente de 1814. Los campesinos abandonaron los campos para evitar ser reclutados en los ejércitos en pugna, hecho que provoco la quiebra de la industria agrícola y la escasez de comida.

Por aquella época también cambió el estatus político de Petare. El Pueblo de Doctrina de Indios pasó a Corregimiento, órgano dependiente del gobierno de Caracas. Luego recibió el título de Cantón en 1822, según la Ley del 2 de octubre de 1821, cuyo artículo 42 estableció la formación de su primer Cabildo. Hacia 1863, los cantones se convirtieron en Municipios. Ese mismo año, Petare pasó a ser la capital del Distrito Urbaneja y posteriormente la capital del Estado Soberano Bolívar en 1872.

Poco a poco volvió el bienestar económico a la villa gracias, una vez más, a las labores del campo, que constituyeron el sostén de la comunidad hasta bien entrado el siglo XX. Los avatares políticos y las epidemias poco afectaron este resurgimiento de la actividad agrícola. A finales del siglo XIX existían 115 haciendas de café, 15 trapiches y otras muchas siembras de maíz y legumbres, además de parcelas para la cría de ganado, gallinas y cerdos.

Los avances en los servicios públicos sellaron el fin de siglo. En 1880 se construyó un acueducto y entró en funcionamiento el telégrafo, el cual permitió las comunicaciones con el resto del país. Dos años después era probado por primera vez en nuestra historia un novedoso aparato: el teléfono. Gerardo Borges trajo los primeros teléfonos microfónicos a Venezuela para ubicarlos en un par de estaciones situadas entre Caracas y Petare. Una vez concluidos los ensayos, el entonces presidente, Antonio Guzmán Blanco, hizo la llamada inaugural, luego de la cual expresó su asombro y satisfacción, diciendo que la comunicación era tan buena que podía sentir el aliento de su compadre situado al otro lado de la línea.

La Compañía Gran Ferrocarril de Venezuela asimismo llevó a cabo por encargo del Ilustre Americano el tramo de rieles desde Caracas hacia Petare, cuya inauguración se efectuó el 4 de septiembre de 1886. La parada final estaba ubicada en la actual Calle Las Tunitas junto al río Guaire, pero más tarde, la línea avanzó en dirección a Santa Teresa. El ferrocarril, que seguía paralelo al Guaire se abandonó a mediados del siglo XX y hoy en día sólo quedan los vestigios en la calle y el barrio que aún se llaman de La Línea.

En 1897, Petare fue el primer pueblo del valle capitalino que disfrutó de la luz eléctrica, gracias a su cercanía con la planta de El Encantado, donde existía una estación de ferrocarril que era la primera después de la de Petare en dirección a Santa Teresa del Tuy. Todos estos importantes acontecimientos fueron debidamente reseñados por periódicos

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