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Aneurisma-enfermeria


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2012  •  2.398 Palabras (10 Páginas)  •  1.067 Visitas

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Tabla De Contenidos.

Introducción.

Historia.

Aneurisma cerebrales.

Signos y Síntomas.

Factores de riesgo.

Método de diagnóstico.

Tratamiento.

Intervención de Enfermería.

Conclusión.

Bibliografía.

Introducción.

En Chile , no existen estadísticas que determinen la incidencia de aneurismas cerebrales en la población general. Análisis de autopsias han comunicado una frecuencia entre 0,2% y 9,9%. Se ha sugerido que la ocurrencia de aneurismas cerebrales en la población general activa es de 1%-5%. Aplicado a nuestro país daría un numero de portadores de aneurismas cerebrales no inferior a 150.000.

La tasa de mortalidad por HSA secundaria a rotura de aneurisma cerebral (Código CIE Nº10, I60.9) el año 2004, fue de 2,8 por 100.000 habitantes, con 451 defunciones en ambos sexos. El riesgo de muerte por esta condición fue de 1,9 x 100.000 en varones y 3,7 x 100.000 en mujeres, con 149 y 301 fallecidos ese año, respectivamente. El riesgo de muerte en menores de 15 años es muy bajo, 0,1 x 100.000 y aumenta significativamente a partir de los 35 años, con riesgos muy superiores al promedio en los grupos de 55-74 años y 75 años y más, tasas de 8,6 por 100.000 y 16,4 x 100.000, respectivamente. 55.9% de todas las defunciones ocurre en personas de 55 años y más.

Historia.

Los aneurismas cerebrales fueron conocidos desde el siglo XIX a través de las autopsias, realizadas en Europa, principalmente en Inglaterra y Francia, también en EE.UU. y algunas en Noruega. En 1885, Sir Victor Horsley operó un aneurisma que comprimía el quiasma óptico y le ligó las 2 carótidas en el cuello. El paciente falleció algunos años más tarde y la lesión fué descrita como un"gran quiste de sangre".

Walter Dandy en 1928 realizó su primera operación de aneurisma, ligando la carótida cervical. El pionero del abordaje directo de los aneurismas fué Norman Dott en Edimburgo, Inglaterra al operar en Abril de 1931, bajo anestesia general con éter, mediante una craneotomía frontal izquierda exponiendo la carótida intracraneal y su bifurcación, en un paciente de 53 años que había sufrido 3 episodios de íctus y tenía LCR hemorrágico. Durante la intervención tuvo importante hemorragia procedente de un aneurisma de la cerebral media, el que fue envuelto en músculo y comprimido por 12 minutos; la evolución fue excelente y dos años más tarde el paciente incluso realizaba actividades deportivas.

La angiografía evolucionó con el desarrollo de mejores técnicas radiográficas y sustancias de contraste, siendo notable la contribución del sueco Erik Lysholm, permitiendo que la angiografía se convirtiera en una importante herramienta de diagnóstico en manos de los neurocirujanos.

La introducción del microscopio quirúrgico a fines de la década del 60 y el trabajo pionero de Yasargil y Donaghy, permitieron que las técnicas del abordaje directo de los aneurismas se difundieran con gran velocidad. El tiempo mostró que el ataque directo precoz es la mejor alternativa de tratamiento. Se entiende por precoz las primeras 72 horas. Esta alternativa introducida por la escuela japonesa, mediante los trabajos Suzuki y Sano [34,36], confirmó su importancia en la reducción del índice del resangrado y en la prevención del desarrollo del vasoespasmo.

Las casuísticas analíticas y las demostraciones sobre las técnicas quirúrgicas mediante videos y 3D videos de Yasargil, han convertido a la técnica microquirúrgica para el tratamiento ideal de los aneurismas, en una parte importante del manejo quirúrgico del diario quehacer de todos los servicios neuroquirúrgicos.

Aneurisma Cerebral.

Un aneurisma cerebral es la dilatación de las paredes de una arteria cerebral que se desarolla como resultado de debilidad de la pared arterial. La causa de los aneurismas cerebrales se desconoce. Un aneurisma puede resultar de ateroesclerosis, que ocasiona un defecto en la pared del vaso; enfermedad con debilitamiento subsiguiente; defecto congénito de la pared del vaso; enfermedad vascular hipertensiva; traumatismo cefálico o senectud.

Por lo general, un aneurisma cerebral se produce en una arteria situada en la parte frontal del cerebro que provee sangre rica en oxígeno al tejido cerebral. Una pared normal de una arteria consta de tres capas. La pared del aneurisma es fina y débil debido a la pérdida o ausencia anormal de la capa muscular de la pared de la arteria, con lo que sólo quedan dos capas.

El tipo más común de aneurisma cerebral se denomina aneurisma sacular o baya, y representa un 90% de los aneurismas cerebrales. Se parece a una "baya" con un tallo estrecho. Se pueden presentar más de un aneurisma por vez.

Otros dos tipos de aneurismas cerebrales son los aneurismas fusiforme y disecante. Un aneurisma fusiforme sobresale por todos lados (en forma de circunferencia). Por lo general se lo asocia con la aterosclerosis.

Un aneurisma disecante puede producirse por un desgarro en la capa interna de la pared de la arteria, que permite el ingreso de la sangre a las capas. Esto puede distender un lado de la pared de la arteria, o puede bloquear u obstruir el flujo sanguíneo a través de ella. Los aneurismas disecantes pueden producirse con lesiones traumáticas. La forma y la localización del aneurisma pueden influir en el tipo de tratamiento.

La mayoría de los aneurismas cerebrales (90%) se presenta sin síntomas y tiene un tamaño pequeño (menor a 10 milímetros, o con un diámetro menor de 4/10 de pulgada). Los aneurismas más pequeños tienen un riesgo de ruptura menor.

A pesar de que un aneurisma cerebral puede ser asintomático, el síntoma inicial más común de un aneurisma cerebral sacular es una hemorragia subaracnoidea (HSA). La HSA sangra en el espacio subaracnoideo (el espacio que existe entre el cerebro y las membranas que lo recubren). Un

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