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Argumentacion Juridica


Enviado por   •  13 de Octubre de 2011  •  2.804 Palabras (12 Páginas)  •  967 Visitas

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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

La Argumentación

Trabajo final de Lógica Jurídica

3er. Semestre Sección única

06/06/2011

“El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”. Aristóteles.

INTRODUCCIÓN

En todo debate, participemos o no se sostienen ideas y éstas se pueden refutar. Estas situaciones es lo que llamamos argumentar. Y para hacer esto de manera eficaz es necesario conocer las diversas técnicas que existen en relación a la argumentación. Pero si sólo quisiéramos ser espectadores, también sería necesario el conocimiento de dichas técnicas, de manera que podamos juzgar con un criterio aceptable las distintas ideas, tesis, argumentos que se exponen.

El debate como modalidad de competencia, es hoy en día reconocido como un medio propicio para solucionar problemas en el campo jurídico, político y científico, ya que nos enriquece con la confrontación de diversos puntos de vista y nos hace reconocer la provisionalidad de muchas ideas y soluciones.

A la hora de debatir, existen diversos aspectos que deben ser tomados en cuenta como lo son: la calidad de la tesis que ofrece como solución al problema, los argumentos con las que se sostienen y el medio que empleamos para comunicar.

Podemos tener buenas ideas, pero si a la hora de argumentar, no lo sabemos hacer bien, en nuestra defensa podemos fracasar, como también se puede fracasar si teniendo buenos argumentos y una buena tesis no sabe comunicarla adecuadamente.

Es evidente entonces que para argumentar, es más que necesario conocer sólo la teoría, hay que atender también a las técnicas y por supuesto conocer la comunicación de textos argumentativos. Con el presente trabajo investigativo trataremos de dilucidar algunos puntos importantes en materia de argumentación, exponiéndolos de manera sencilla para que puedan ser entendidos y apreciados correctamente.

La Argumentación

La argumentación es una variedad discursiva con la cual se pretende defender una opinión y persuadir de ella a un receptor mediante pruebas y razonamientos, que están en relación con diferentes: la lógica (leyes del razonamiento humano), la dialéctica (procedimientos que se ponen en juego para probar o refutar algo) y la retórica (uso de recursos lingüísticos con el fin de persuadir movilizando resortes no racionales, como son los afectos, las emociones, las sugestiones...).

Otra acepción acerca de la argumentación es la que la concibe como el estudio interdisciplinario del debate civil, la dialéctica parlamentaria, el diálogo, la conversación y la persuasión. Estudia la lógica, las reglas de inferencia y las reglas de procedimiento. La argumentación se preocupa principalmente por llegar a conclusiones a través del razonamiento lógico basado en premisas.

Argumentar es defender una idea aportando unas razones que justifiquen nuestra postura. La capacidad para argumentar correctamente suele ir emparejada con la capacidad de influir sobre las personas. En la teoría de la argumentación se incluye el debate y la negociación, las cuales están dirigidas a alcanzar unas conclusiones de mutuo acuerdo aceptables. La principal motivación en la argumentación es el debate social en el que la victoria sobre un oponente es el principal objetivo.

Como acto comunicativo un texto argumentativo no es, en su forma básica, más que un enunciado en él que un emisor dirige a un receptor un argumento o razón para hacerle admitir una conclusión.

En el proceso de la argumentación nos encontramos con el emisor, el cual es el constructor del discurso con el que pretende persuadir al receptor, influir en él para que modifique su pensamiento o para que actúe de un modo determinado. En ocasiones, el emisor permanece en el anonimato; es lo que ocurre, por ejemplo, en la mayoría de los anuncios publicitarios. La naturaleza del emisor, su prestigio o su descrédito, es un factor que añade o resta fuerza a la argumentación. Su actitud es subjetiva, pero intenta que su actitud tenga una aparente objetividad. Por otro lado, si la argumentación quiere ser efectiva, habrá de tener en cuenta el receptor a quien va dirigida.

El destinatario es la persona o grupo de personas a las que va dirigida la argumentación. El destinatario puede ser individual o colectivo, concreto (una persona conocida por el emisor) o genérico (un conjunto potencial de receptores a los que el emisor no conoce).

El modo de comunicación afecta a cuestiones como el carácter público o privado de la argumentación, la presencia o ausencia física del destinatario, la posibilidad de réplica por parte de este, etc.

La argumentación será eficaz en la medida en que el emisor consiga que el destinatario adopte el punto de vista defendido o bien modifique su comportamiento en el sentido deseado. Para ello, el emisor habrá de tener en cuenta tanto las características del destinatario como los factores relacionados con el modo de comunicación.

Todo esto no hace entender que la argumentación consiste en defender razonadamente una opinión con el fin de que el destinatario haga suya la idea que el emisor sostiene. Su eficacia dependerá, pues, de la consistencia y la fuerza persuasiva de los argumentos.

En el estudio de la argumentación nos adentramos en las racionalizaciones post hoc mediante las cuales un individuo puede justificar decisiones que originalmente pudieron haber sido realizadas de forma irracional. Tiene una gran importancia en la vida social; a ella acudimos continuamente para justificar nuestro comportamiento o influir en el de los demás.

La situación argumentativa: persuasión y convicción:

Aristóteles estableció la diferencia entre persuadir y convencer. El filósofo deja para el convencimiento el camino del razonamiento puro, es decir la lógica formal que puede juzgarse en términos de verdad o de falsedad. En cambio, para la persuasión asignó la retórica, en tanto actitud psicológica que aspira a emocionar al auditorio. La retórica permite entonces elaborar argumentaciones en las que interesan más los resultados que desea obtener el orador o escritor, que el proceso lógico que sigue para conseguirlo. En este sentido, el orador puede utilizar recursos retóricos lógicos y no lógicos, porque sus resultados serán evaluados en términos de eficacia y verosimilitud, y no de verdad o falsedad.

La

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