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Caracol Africano


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2013  •  2.067 Palabras (9 Páginas)  •  303 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Entre los miembros de la familia Achatinidae están los más grandes caracoles terrestres conocidos. Los 13 géneros que constituyen la familia, son endémicos de África, aunque unas pocas especies han adquirido notoriedad mundial al ser introducidas por el hombre en muchas regiones tropicales (Martínez y Martínez, 1997). Los caracoles son moluscos pertenecientes a la Clase de los Gasterópodos y se diferencian de las babosas por poseer una concha dorsal externa muy visible de formas y colores variados según la especie. Esta clase es la más diversificada de todos los moluscos, es posible encontrar ejemplares tanto terrestres como marinos e incluso en agua dulce.

En la escala zoológica la ubicación taxonómica del caracol A. fulica es:

Reino Animalia

Phylum Mollusca

Clase Gasterópoda

Subclase Pulmonada

Orden Stylommatophora

Suborden Sigmurethra

Superfamilia Achatinoidea

Familia Achatinidae

Género Achatina

Especie Achatina fulica (Fernández, 2007)

La familia Achatinidae es la que regularmente se encuentra en los jardines y zonas de cultivos, donde se alimenta de las partes tiernas de las plantas, llegando algunas veces a convertirse en plaga de importancia económica (Mioulane 1988). El caracol gigante africano terrestre, es un gasterópodo invertebrado de sangre fría formado por dos partes: la concha y el cuerpo. La concha es helicoidal en espiral, compuesta por tres capas: la externa denominada periostraco, la medial o mesostraco y la interior o endostraco. Tiene como función primordial la defensa tanto a los factores ambientales como contra los depredadores, en el caso de que se presente esto último, se refugia dentro de su concha. La sensibilidad a los factores se refleja principalmente en cambios en la colocación de la concha.

El cuerpo del caracol está constituido por tres partes: cabeza, pie y masa visceral. La cabeza, contiene cuatro tentáculos retractiles (dos de ellos más largos en cuyos extremos se ubican los ojos) que cumple con las funciones de los sentidos. El pie, está estructurado por fibras lisas que segregan la sustancia mucosa (musina) que facilita el desplazamiento ágil del molusco. La masa visceral está incluida dentro de lo que se denomina el saco visceral, el cual reposa sobre el pie del caracol (Figueredo, 1996). Además podría considerarse que está constituido por una doble bolsa. La interior es musculosa mientras que la exterior es de revestimiento o cutánea que recibe el nombre de manto. La capa cutánea contiene las glándulas que segregan un moco, comúnmente llamado “baba”, que tiene funciones lubricantes protectoras y de poder hidrófilo. Esta baba brillante que segrega su cuerpo facilita el movimiento y nos sirve para detectar su presencia (Iglesias y col., 1996).

En nuestro medio, el caracol se ha visto forzado a un régimen de vida más activa durante casi todo el año. Entra en fase de estivación cuando el calor es intenso, aspecto que influye en su desarrollo fisiológico. El caracol está adaptado para la locomoción en terrenos ásperos y muy accidentados y una gran adhesión al sustrato. El músculo pedal, está formado por un conjunto de fibras orientadas en varias direcciones: longitudinales, dorsoventrales y transversales, las dos primeras forman el músculo retractor anterior y posterior del pie donde se encuentra la glándula que facilita la secreción mucosa (Matinella, 2007). Estas fibras se entrelazan, para producir una serie de ondas desde la parte posterior hasta llegar a la región cefálica, justo en esa parte llega el estímulo del desplazamiento del caracol, que produce el alargamiento de la cabeza que toma un punto de apoyo fijo y atrae el resto del cuerpo.

A simple vista es un caracol, lento e inofensivo, pero este es un molusco que puede medir hasta 30 centímetros, puede adaptarse a condiciones climáticas extremas, se reproduce a gran velocidad, ya que pone entre 30 y 300 huevos que arrojan crías en 20 días. El caracol africano o Achatina fulica por su nombre técnico, se está volviendo una amenaza nacional, no sólo ambiental y agrícola, sino para la salud pública. Desde el punto de vista ambiental caracol africano o Achatina fúlica, es una especie invasora que desplaza a otras y destruye ecosistemas. Para los agricultores es una plaga que destruye cultivos para la sociedad civil, un animal que pone en riesgo la salud pública, ya que es portador de un parásito que causa dolores abdominales y meningitis, una dolencia potencialmente mortal (Martínez-Escarbassiere y col., 2008).

Cuando el caracol contamina alimentos que son consumidos sin lavar, la persona se expone a que dicho parásito migre dentro de su cuerpo. Cuando eso ocurre pueden producirse irritaciones directas e indirectas que inflamarían las membranas (meninges) que cubren el sistema nervioso. Otra forma de contagio es ingiriendo la carne del caracol luego de una mala preparación o llevando su mucosidad a los ojos, la nariz o la boca, después de tocarlos.

Achatina fulica es una especie hermafrodita, como la mayoría de los caracoles, crece y se reproduce a gran velocidad, por lo que puede llegar a producir graves daños en ecosistemas y cultivos tropicales y subtropicales. Es Originario de África tropical y tiene una gran capacidad adaptativa, actualmente está extendido por Sudamérica, islas del Pacífico, y en general casi todas las zonas tropicales del mundo, es el molusco terrestre de mayor tamaño. Está incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza debido a que es polífaga (puede alimentarse de casi cualquier planta o material orgánico).

A. fulica representa un peligro para la población ya que su baba puede albergar parásitos como algunos Nematodos que generan complicaciones en el sistema nervioso y daño intestinal de los seres humanos, utilizando otros vectores como Rattus rattus (rata doméstica) y otros mamíferos. De la misma forma hay algunas personas que aprovechan esta especie ofreciendo tratamientos para la piel con la baba de este caracol, lo cual es sumamente peligroso por las razones descritas. También puede causar daños ecológicos en los lugares donde no es nativo ya que se pueden presentar competencia inter-específica y perdida de especies de moluscos y plantas nativas.

Fernández-Badillo (2007) señala que este caracol puede llevar como hospedero intermediario

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