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Construccion Social De La Realidad


Enviado por   •  17 de Febrero de 2013  •  12.569 Palabras (51 Páginas)  •  1.009 Visitas

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LECTURAS DE LA PRIMERA UNIDAD

CONOCIMIENTO Y REALIDAD: CONSTRUCCIONES SOCIALES

P. L. BERGER Y T. LUCKMANN. La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 36-65. (1968)

Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana

(Primera lectura)

Acercamiento al texto

Aquí nos interesará analizar de qué manera el conocimiento orienta nuestra conducta en la vida cotidiana; al mismo tiempo reconocer que la vida cotidiana se nos presenta como una realidad interpretada y con un significado subjetivo de un mundo coherente, por los mismos hombres Es un mundo que nace en sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por éstos. Sin embargo, el problema es saber ¿cómo se construye este mundo que nos relaciona unos a otros y nos hace partícipes mediante lo que llamamos <sentido común>? Más todavía, ¿qué es el <sentido común> que nos aleja y nos acerca de nosotros con los otros y entre nosotros mismos?

Para ello, el texto se centra en el método fenomenológico, el cual consiste simplemente en describir la realidad sin presuponer causas de origen o de constitución; es decir lo que hace dicho método es <dirigirse intencionalmente> hacia un objeto para conocerlo, sea que se trate de algo exterior o de algo interior o mental. Así, apuesta a distinguir con plena seguridad diferentes niveles de realidad: sueño y realidad, por señalar algunas.

En este sentido, la vida cotidiana, como realidad por excelencia, se capta como ordenada por una rutina, y como existente desde antes de ingresar a ella. La gente considera la realidad cotidiana como <su mundo>, pues es el que más interesa, ya que no podemos existir en ella sin entrar en contacto con los demás.

Por otro lado, la lectura sostiene que la continuidad de la vida cotidiana es interrumpida de pronto por algo que nos sitia: <tengo un problema>. Es el momento trastornador en el que se intenta <enviar> aquello que se nos presenta como problemático hacia lo no problemático.

Asimismo, existen otras realidades que no son propiamente cotidianas, tales como los juegos, las experiencias religiosas o estéticas. Éstas activan una desatención de la realidad de la vida cotidiana, pero curiosamente nuestro lenguaje que designa a la vida cotidiana, puede <traducir> aquello que no es cotidiano a lo cotidiano. ¿Qué ha pasado allí?Observemos. El mundo cotidiano se estructura en el espacio y en el tiempo. Impone sus modos de ser. Por ejemplo, hay que esperar siempre <un cierto momento> para conseguir algo. Esto significa que el tiempo de la vida cotidiana se nos presenta como limitado y continuo a la vez, y a él deben adecuarse los proyectos de nuestra vida. Es por eso que saber de nuestra muerte hace que el tiempo cotidiano sea limitado. En una palabra, la estructura temporal de la vida cotidiana impone reglas en la <agenda del día y sobre nuestra biografía en conjunto>. Comencemos por sabernos en la realidad de la vida cotidiana por que nada escapa de ella…ni los científicos.

1. LA REALIDAD DE LA VIDA COTIDIANA1

1 Tomado de la decimosexta reimpresión, 1999. Traducción de Silvia Zuleta, Pp. 36-46

Dado que nuestro propósito en esta obra es un análisis sociológico de la realidad de la vida cotidiana, más exactamente, del conocimiento que orienta la conducta en la vida cotidiana, y puesto que sólo tangencialmente nos interesa cómo puede presentarse esta realidad en diversas perspectivas teóricas a los intelectuales, debemos empezar por clarificar esta realidad tal como se ofrece al sentido común de quienes componen ordinariamente la sociedad. La manera como las elaboraciones teóricas de los intelectuales y demás mercaderes de ideas pueden influir sobre esa realidad del sentido común, es cuestión aparte. Por lo tanto nuestro cometido, aunque de carácter teórico, engrana con la apreciación de una realidad que compone el objeto de la ciencia empírica de la sociología, vale decir, el mundo de la vida cotidiana.

Quede claro, por lo tanto, que no es propósito nuestro dedicarnos a la filosofía. Con todo, si queremos entender la realidad de la vida cotidiana, debemos tener en cuenta su carácter intrínseco antes de proceder al análisis sociológico propiamente dicho. La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. [Como sociólogos] hacemos de esta realidad el objeto de nuestro análisis. Dentro del marco de referencia que proporciona la sociología, en cuanto ciencia empírica, cabe tomar esta realidad como dada, aceptar como datos los fenómenos particulares que se producen en su seno, sin investigar mayormente sus fundamentos, tarea ésta que concierne a la filosofía. Sin embargo, dado el propósito particular de la presente obra, no podemos soslayar del todo el problema filosófico. El mundo de la vida cotidiana no sólo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo que se origina en sus pensamientos y acciones, y que está sustentando como real por éstos. Antes de emprender nuestra tarea principal debemos, por lo tanto, tratar de clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana, a saber, las objetivaciones de los procesos (y significados) subjetivos por medio de los cuales se construye el mundo intersubjetivo del sentido común.

Para el propósito que nos ocupa ésta es una labor preliminar y solamente podemos esbozar los rasgos principales de la que creemos es una solución adecuada al problema filosófico; pero entendámonos, adecuadamente, sólo en el sentido de que puede servir de punto de partida para el análisis sociológico. Las consideraciones que siguen tienen, por tanto, el carácter de prolegómenos filosóficos y, de suyo, pre-sociológicos. El método que consideramos más conveniente para clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana es el del análisis fenomenológico, método puramente descriptivo, y, como tal, ―empírico‖, pero no ―científico‖, y que así consideramos de la naturaleza de las ciencias empíricas2

El análisis fenomenológico de la vida cotidiana, o más bien de la experiencia subjetiva de la vida cotidiana, es un freno contra todas las hipótesis causales o genética, así como contra las aserciones acerca de la situación ontológica de los fenómenos analizados. Es importante

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