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Cosmovisiones Y Revoluciones Científicas


Enviado por   •  4 de Junio de 2013  •  1.915 Palabras (8 Páginas)  •  387 Visitas

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Cosmovisiones y Revoluciones Científicas

Cada cual tiene su propio modo de enfrentar el mundo que nos rodea. Ese modo está compuesto por una miríada de informaciones inextricablemente entretejidas y, en general, consistentes entre si. También, una serie casi infinita de acciones y reacciones que nos permiten interactuar con humanos de nuestra familia, de nuestro barrio y también con otros con los cuales nos conectamos a veces, raramente, casi nunca. De la coherencia que tengan esas informaciones y esas acciones y reacciones, dependen nuestros éxitos, el bienestar y la capacidad para formar y criar una familia, en fin, nuestro caminar armonioso por la vida.

El conjunto de informaciones, acciones y reacciones conforman lo que suele denominarse una personal imagen del mundo. Mientras más información contenga, mientras más flexibles las acciones y reacciones, mejor será nuestra inserción en el grupo y ambiente en que nos toca vivir. Una particular imago mundi comienza a tejerse desde el primer llanto, se enriquece durante la niñez y la adolescencia y termina por asentarse en la edad adulta. Siempre está cambiando, en evolución permanente, aun cuando solo sea en los detalles.

Cada cual, reitero, tiene su propia imago mundi aun cuando no podamos explicarla en su totalidad o incluso parcialmente. Con seguridad, los primeros cromañones también tenían su particular imago mundi la que les permitió iniciar el largo recorrido que finalmente nos produjo a los humanos actuales. La ausencia de una imago mundi es tan inconcebible como la ausencia de lenguaje. La necesidad de una imagen del mundo debe ser genética, pero resulta en una invención que finalmente es cultural. Lapones, polinésicos y santiaguinos nos insertamos, gracias a nuestras cosmovisiones, en nuestro entorno que es diferente de acuerdo a nuestras historias, que también lo son.

También los animales necesitan de información, de acciones y reacciones que les permitan sobrevivir en el sistema ambiental del que son parte (fig. 1). Es posible que buena parte de la información, acciones y reacciones estén precableadas, es decir forman parte del acervo genético de la especie. Pareciera que sus acciones y reacciones son muy poco flexibles en comparación con los humanos. La cosmovisión de un murciélago, que recoge su información mediante un sistema de sonar, debe ser muy distinta a la de un delfín que pasa la mayor parte de su vida sumergido en un medio acuoso o a la de un humano, inmerso en un medio gaseoso y que usa visión tricromática para obtener la información que requiere. Durante este curso tendremos oportunidad de discutir con más detalle estas diferencias y parecidos entre humanos y animales. En este momento solo quisiera introducir la idea de que las cosmovisiones del humano incluyen una dimensión valórica que parece no existir en otras formas de vida.

Especulemos un minuto acerca de la visión del mundo que pudo tener un cromañón cualquiera, hace 40 o 50 mil años. Los arqueólogos desentierran con sin igual valor y energía, utensilios y herramientas, adornos corporales, huesos, pinturas rupestres, etc., que nos permiten reconstruir parcialmente la vida cotidiana y también las cosmovisiones de nuestros antepasados. Seguramente, su conocimiento del entorno natural era muy superior al de cualquiera de nosotros y podía sobrevivir y reproducirse eligiendo cuidadosamente los vegetales y animales que podía comer, evitando los lugares y situaciones que lo podrían convertir en presa de felinos u otras sabandijas. Quizás podía entrelazar esos conocimientos y habilidades con observaciones acerca de las estaciones del año, la aparición del sol y de la luna, la inminencia de las lluvias. Es seguro que de ese entrelazamiento surgieron las primeras mitologías que le permitían sobrevivir en un mundo hostil. Por desgracia esas primeras mitologías se han perdido, pero por la manera de enterrar a sus muertos sabemos que incluían la creencia en la vida después de la muerte y que eran capaces de sentimientos fraternales como lo sugiere el cráneo del viejo de La Chapelle aux Saints, que era artrítico y en vida había perdido todos sus dientes, pero que logró llegar a una edad provecta seguramente por el cuidado de los miembros más jóvenes de su tribu.

El mundo ha cambiado y un cromañón cualquiera vería con espanto que su cosmovisión que tan bien funcionaba hace 40.000 años no le serviría de mucho en la selva de cemento de las ciudades actuales. Tempora mutantur et nos mutamos in ilis. ¿Qué ha ocurrido? Sencillamente que nuestra información acerca del mundo se ha refinado paulatinamente y que gracias a la invención de la escritura, el libro y ahora internet, tenemos la posibilidad de acrecentar nuestra información y hacerla cada vez más precisa lo que nos permite milagros tecnológicos que hacen que nuestra vida sea infinitamente diferente a la del viejo Cromañón.

¿Por qué le he dado tanta importancia a este asunto de la imago mundi? Porque me interesa mostrarles la necesidad de construir esa imagen particular del mundo con todos los elementos posibles. La educación universitaria, por desgracia, se esfuerza en proveerles capacidades profesionales. Cada Facultad tiene su misión particular: la de Ingeniería es enseñarles a calcular resistencias, construir puentes, manejar centrales hidroeléctricas, es decir todo lo que hacen los ingenieros. Las facultades de Medicina, Medicina Veterinaria, Odontología, se esfuerzan, y lo consiguen, en formar profesionales que sepan sanar enfermos, cuidar animales y mantener una dentadura sana, etc, etc. No se esfuerzan en formar cosmovisiones o las que forman no son completas; cojean, porque son especializadas y solo entregan visiones parciales.

Entre otras posibilidades, debiéramos aumentar la información disponible conociendo lo que ocurre en ciencia ya que una cosmovisión es eficaz solo si se puede creer en ella. Sin embargo, una de las características esenciales de la ciencia es su permanente cuestionamiento, su efimereidad. Por ello necesitamos saber cómo avanzan las ciencias, como construyen el conjunto de informaciones que requerimos para construir las cosmovisiones que permitirán nuestra vida armónica. Cada día la prensa

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