Cucu Y El Poder En América Latina

En este ensayo se pretende abordar la definición de pobreza entendida como un no satisfactor de varias necesidades que más a delante explicaremos. No obstante hay que remarcar que todos los conceptos actuales sobre la pobreza están arraigadas a el concepto de “necesidades humanas”

No hay que confundir la pobreza con algún tipo de sufrimiento indirecto que suele pasar al abordar este tema. Si bien la dirección correcta que plantea Julio Boltvinik (1999) es la de carácter económico, la cual consiste en observar que criterios maneja el estado para su enunciación.

Boltvinik sostiene que si se confunde las necesidades que no necesariamente tengan que ver con lo económico se podría llegar a mal entender el verdadero elemento que constituye un estudio de la pobreza:

Si incluyésemos elementos constitutivos de la definición del concepto de pobreza aquellas necesidades cuya satisfacción no depende del acceso a recursos como el alfabeto, la participación, la creación, la identidad y la libertad, entonces un hombre rico que está muy solo, o toda la población que está bajo un regímenes autoritarios se clasifica como pobre. Entonces la capacidad diferenciadora del concepto (su habilidad de distinguir los pobres de los no pobres) se perdería y se volvería inútil como instrumento de política.(p. 38)

Esta coyuntura que Boltvinik (1999) encuentra al reconocer que el concepto de pobreza entendido como solo “ejercicio subjetivo¨ no alberga un carácter que de pie a la investigación científica y que si no hay una norma objetiva entonces el concepto no cumpliría con su carácter social (p. 40)

El análisis que hace Boltvinik a la definición de pobreza y su acierto en lo objetivo y subjetivo que conlleva un estudio científico, lo reconoce Jaime Martínez (2012) en su columna del periódico la Jornada al resaltar medidas y acciones políticas que solo se han quedado en lo subjetivo de la practica y que han detenido parcialmente la participación social y comunitaria (Martínez 2012)

Martínez critica la forma en que el gobierno federal formula campañas para “erradicar” dicha pobreza, que no ha sido otra cosa que metodologías alegadas del conocimiento y de la comprensión de los fenómenos sociales. La crisis política desalienta las expectativas de vida la carencia de educación, el desempleo, la opresión, migración y un numeroso repertorio de problemáticas que trae consigo.

En su análisis Martínez compara con la realidad y se sustenta en estadísticas todos aquellas acciones que giran en torno a la pobreza por parte del gobierno en turno. Desarticula perfectamente el decurso mediático y hasta los califica de cretinos aquellos que intentan tapar el sol con un dedo debido a los roles de poder, que dejan en lo subjetivo (entendiendo

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