Desarrollo Sustentable

EL CAMINO HACIA LA SUSTENTABILIDAD

Cuando se consideran recursos renovables tales como la pesca, el talado de arboles y la agricultura, la humanidad debe aprender a vivir con el ?interés? de estos recursos sin agotar el ?capital?, de la misma manera que muchas personas que tienen un capital a plazo fijo depositado en un banco, viven con los intereses periódicos que arroja ese capital, y se cuidan de no gastar ese capital o principal. Esta es una forma extraordinariamente importante con la cual podemos ayudar a mantener para siempre un recurso renovable.

A esta actitud se puede llegar de las siguientes maneras:

> Reforestando nuestros bosques y entonces talándolos en un intervalo racional, dándole tiempo para crecer.

> Capturando cada año una cierta cuota de pesca pero en una cantidad tal que permita su reproducción a la restante población ictícola.

> Usar la tierra agrícola de una manera racional, devolviendo al suelo los nutrientes que toman los cultivos usando fertilizantes orgánicos.

> Usando nuestros recursos de agua pero permitiendo su recuperación, especialmente cuando el agua se extrae de acuíferos. Necesitamos conservar nuestras fuentes superficiales de agua sin contaminantes tales como el nitrógeno y el fósforo, que provocan la proliferación de algas, que usan el oxígeno del agua que necesita la población icticola, haciendo que las especies emigren y convirtiendo nuestros ríos y lagos en cloacas. Hay ejemplos maravillosos de cómo algunos cursos de agua han renacido ambientalmente, como el del gran río Rhine que estaba tan contaminado que ningún pez podía vivir en sus aguas. Entonces tuvo lugar un gigantesco esfuerzo para limpiar el río y que además prohibió el vertido en el mismo de descargas de plantas industriales y de aguas de alcantarillado. ¿El resultado? El río tiene ahora aguas claras y los peces están de nuevo en sus aguas.

> Es necesario conservar asimismo un recurso más que fundamental: oxígeno. Muchas ciudades están tan contaminadas que sus habitantes deben usar mascaras protectoras, y ni que hablar de los edificios manchados y carcomidos por agentes corrosivos, las enfermedades pulmonares y la desaparición de la vida silvestre. Aquí también debe aplicarse la teoría del ?interes?, permitiendo que los arboles absorban el CO2 que producen los automóviles e industrias, y convirtiéndolo en oxígeno. Necesitamos plantar más árboles en nuestras ciudades para ayudar en este esfuerzo, y, por supuesto, establecer un límite al tránsito automotor en ciertas partes de la ciudad y aun prohibirlos. Los automóviles son realmente necesarios, pero nuestros esfuerzos deben orientarse hacia la fabricación de vehículos no contaminantes aun si su costo de producción y operación

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