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Drenajes Quirurgicos


Enviado por   •  17 de Febrero de 2013  •  1.457 Palabras (6 Páginas)  •  481 Visitas

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TUBOS DE TÓRAX: INDICACIONES Y MANEJO

*Stella Isabel Martínez Jaramillo, MD, Cirujana del Tórax.

Clínicas de Marly y Reina Sofía – Colsánitas. Bogotá D.C.

INTRODUCCIÓN

Este tema, aparentemente tan simple tiene la mayor importancia en la evolución de la totalidad de las enfermedades pleurales y en muchas de las pulmonares, especialmente en aquellas que comprometen la pleura o requieren intervención quirúrgica.

El tubo de tórax fue usado por primera vez en 1825 por Jackson, en Philadelphia; Hewitt en 1876 describió el uso del drenaje cerrado, sin embargo, la trampa de agua, que fue descrita hasta 1911 por el Dr. Kenyon para el drenaje e irrigación de empiemas, solo llegó a ser reconocida y aplicada en otros tipos de procedimientos torácicos varias décadas después1. Posteriormente se implementaron los sistemas de succión que han mejorado la efectividad del drenaje torácico; sin embargo y a pesar de esta larga historia, en la práctica, gran parte del personal de salud que debe enfrentarse diariamente a la utilización y cuidado de estos sistemas, no conoce a fondo sus principios fundamentales y funcionamiento.

INDICACIONES

El tubo de tórax se usa para drenar un espacio pleural ocupado. Hay que tener en cuenta las múltiples causas y las características de lo que ocupa el espacio pleural para decidir cuando está indicado.

En trauma, el tubo de tórax está indicado si se presenta hemotórax, quilotórax, neumotórax sintomático de cualquier tamaño o asintomático mayor del 20%, una herida toracoabdominal y profilácticamente en pacientes con fracturas costales o heridas torácicas penetrantes que, deban ser sometidos a presión positiva en la vía aérea2-6.

En neumotórax espontáneos, ya sean primarios o secundarios, deben drenarse siempre que el paciente no pueda ser observado o vaya a ser sometido a presión positiva en la vía aérea; cuando se asocien a disnea y/o hipoxemia o cuando su tamaño sea mayor del 20% si el paciente puede observarse, y en los que se observan, cuando radiografías seriadas muestren que está aumentando; en la mayoria de los casos el drenaje suele hacerse mediante un tubo de toracostomía6.

En derrames pleurales el drenaje mediante tubo estará indicado en presencia de exudados que sugieran ser empiemas no tuberculosos (por presencia de bacterias o por un citoquímico sugestivo de serlo) sin importar su etiología, o en presencia de pus (fase fibrinopurulenta), o cuando se asocian a neumotórax por sospecha de fístula broncopleural2,3. En derrames pleurales malignos o inflamatorios que deban ser tratados mediante pleurodesis, en hemotórax y en quilotórax. En la fase organizada del empiema, el tubo de tórax como procedimiento aislado no tiene ningún papel, sin embargo, en el manejo postoperatorio de casi todas las cirugías torácicas está indicada la toracostomía cerrada con tubo.

MANEJO

Los tubos de toracostomía deben colocarse en las mejores condiciones de asepsia y antisepsia, por personal con experiencia en el procedimiento, observando el cuidado técnico de colocarlo sobre el borde superior de la costilla inferior del espacio que se va a utilizar y debe ser fijado con un material resistente, idealmente de calibre 2-0 o mayor, que tolere tracciones inadvertidas durante el transporte o movilización del paciente2,3.

La selección del calibre del tubo debe hacerse teniendo en cuenta el material a drenar, y el tamaño del paciente. En general se prefieren tubos más delgados para drenar neumotórax puros y derra

mes acuosos y tubos de mayor calibre para el drenaje de hemotórax o empiemas en fase fibrinopurulenta7. En niños usamos el mayor calibre que se ajuste al tamaño del espacio intercostal del paciente cuando pretendemos drenar empiemas o hemotórax.

La selección del espacio pleural a utilizar debe hacerse teniendo en cuenta los siguientes lineamientos:

El drenaje de líquidos debe hacerse por el espacio más declive, sexto o séptimo espacio son generalmente adecuados2,3,8.

En ausencia de tabicaciones un tubo de tórax bien colocado podrá drenar con igual efectividad líquidos o gases del espacio pleural, sin importar el espacio intercostal utilizado8.

El espacio entre las líneas axilares anterior y posterior es preferible para la introducción de tubos bajo el cuarto espacio intercostal debido a que es una zona en que la pared torácica es más delgada8.

La colocación de tubos en las regiones posteriores del tórax debe evitarse,

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