El Arte De Medir Empleando Instrumentos Virtuales

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL RAFAEL MARIA BARALT.CORO

MAESTRIA EN GERENCIA DE LA EDUCACION SUPERIOR

CATEDRA: METODOLOGIA DE INVESTIGACION

DOCENTE MSc. BERLINDA PINEDA

PATICIPANTE: ING. ESP. LUIS OLLARVES

CI.11.141.905

El arte de medir empleando instrumentos en aulas virtuales.

INDICE Pág.

Introducción 2

1. El conocimiento de la medición 3

2. La medición del conocimiento 5

3. Aprender a medir en la medida que aprehendo la técnica 8

Reflexiones e implicaciones 10

Referencias bibliograficas 11

Introducción

A lo largo de una carrera docente los Educadores nos conseguimos obstáculos que debemos sortear sobre la base de capacidades que forman parte de nuestro intelecto, para así poder ir asimilando y reflexionando sobre el verdadero rol, que la universidad nos demanda.

El hecho de estar formado para la ingeniería y no para la docencia, me ha llevado a la necesidad de desarrollar estudios de cuarto nivel para poder adquirir las herramientas pedagógicas que permitan un ejercicio académico más sincronizado y armónico con ese sujeto de aprendizaje que conforman los estudiantes.

Este ensayo procura el abordaje de uno de los obstáculos que mi ejercicio docente ha tenido, en virtud de establecer el desarrollo de una técnica pedagógica, que este casada con las habilidades que se poseen cuando se viene de otra profesión. Esta realidad no es más, que aproximar un tema para permitir que mis estudiantes se capaciten en el área de las mediciones empleando la estrategia de aula virtual.

Este ensayo se estructura en tres partes. La primera titulada: El conocimiento de la medición. La segunda: La medición del conocimiento y por ultimo la tercera parte que se titula: Aprender a medir en la medida que aprehendo la técnica.

Estos tópicos buscan ir dando aristas a la situación problemática detectada y como, desde las perspectivas de otros autores, se puede llegar a la concepción de un potencial tema de investigación pedagógica

1. El conocimiento de la medición.

Si hay algo que caracteriza al ser humano, es su capacidad para discernir la cantidad de todos los elementos que le rodea y que le son de su interés. Desde la era antigua el hombre tenía la necesidad de cuantificar los objetos, pero no contaba con la abstracción del número, de allí entonces como lo dice Oviedo (1998):

“solo se asociaba en términos de mucho o poco, grande o pequeño, escaso o abundante, sin tener la noción de cantidad exacta.”

De allí entonces, por la necesidad de poder hacer una comunicación efectiva, la humanidad fue creando elementos abstractos de cantidad mediante la asociación paritaria de los objetos, y tomando partes del cuerpo humano, para dicha comparación. Cuando se cazaban 5 presas para alimentarse, simplemente se disponía de la palma de la mano y en función de los dedos totales de la misma, se iba creando una representación tangible de la cantidad. El problema que posteriormente se presentaba, era cuando la cantidad excedía la capacidad de sus miembros, lo que conllevo a la idea abstracta del cero como solución a ese problema. Por último se le dio nombre a esas cantidades mediante los números, que permitían una mejor asociación de la cantidad que se quería comunicar.

En este orden de ideas, se puede decir que entonces el hombre, aprendió a contar y como reflejo de ese aprendizaje, comenzó a medir, en términos de cuantificar el tamaño de los objetos. Hoy día esta práctica es común para representar cantidades de interés como por ejemplo, cuando un niño coloca tres dedos de separación entre metras para accionar el impulso de una contra la otra, o cuando se dice que una botella le quedan tres dedos de medida o incluso cuando agregamos tres tazas de agua por cada taza de arroz en la preparación de la comida.

De lo anterior se puede desprender el hecho cierto, que la medición está asociada al quehacer diario en nuestras vidas, independientemente de la profesión, oficio, cargo o grado de instrucción que poseamos, siendo parte integral de las cualidades humanas, que aprendemos sin un sentido consiente del mismo, dando pie a la siguiente premisa: “medimos como pensamos y pensamos como medimos”

Ahora bien, cuando el oficio demanda de unas cualidades en la medición, tales como: la exactitud, la precisión, la confiabilidad y la aproximación, se hace necesario el uso de un instrumento que tenga asociada una técnica para poder llevar a cabo dicho proceso, según el rigor del ente que se mida. De allí que, entre medir la talla de un pantalón por parte de un sastre con una cinta métrica y medir el diámetro de un alambre por parte de un mecánico con un vernier, hay una diferencia que vale el esfuerzo destacar, ya que en el primer caso no hace falta un nivel de exactitud tan exigente, como si lo hay para el segundo. Se puede decir entonces, que el conocimiento de la técnica de medición debe ser más amplio en la medida que se requiera más exactitud, porque implica el uso de instrumentos sofisticados, que un común denominador de personas, no entendería y por tanto no emplearía.

Si ya, de por si, el proceso de comprensión de la medición en términos de exactitud se hace complejo, ¿cómo ha de ser entonces el nivel de complejidad para enseñarlo?

Esta pregunta me la he estado realizando durante 12 años, en las oportunidades que he dictado unidades curriculares que tienen contenidos vinculados con las técnicas de medición, para consolidar el perfil profesional de los técnicos mecánicos del Instituto Universitario de Tecnología: Alonso Gamero, al ingresar al campo profesional. La razón de esta inquietud obedece a los problemas que enfrentan los egresados cuando les toca ejecutar la fabricación de piezas metálicas con exactitud y olvidan el modo de uso de los instrumentos

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