ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Estudiando El Canto De Una Hinchada De fútbol Mediante Autómatas Celulares


Enviado por   •  6 de Enero de 2013  •  6.098 Palabras (25 Páginas)  •  467 Visitas

Página 1 de 25

Introducción

El presente trabajo intenta describir una práctica muy común en los simpatizantes de los clubes de fútbol argentinos, que consiste en entonar variados y complejos cantos en forma coordinada. Estos cantos son conocidos en Argentina como canciones de cancha o simplemente como cantitos.

Postulamos que el conjunto de actividades de una hinchada de fútbol, situadas el marco espacial y temporal del estadio y el partido de fútbol, pueden describirse haciendo uso del concepto de performance. En este sentido nos parece de gran utilidad descriptiva y teórica el modelo dramatúrgico de Erving Goffman, ya que nos permite ordenar los datos obtenidos mediante la observación participante mediante conceptos tales como team, stage, backstage, performance, etc.

Sin embargo, nuestro objetivo principal no es realizar una simple descripción de la performance de una hinchada de fútbol, sino explicar de qué manera la distribución de los simpatizantes en la tribuna popular favorece o perjudica la propia performance. Los propios hinchas admiten que a veces “de visitante se canta más”, o “hoy no cantamos nada, no sé que pasó”, y otras frases que dejan en evidencia que la capacidad de una hinchada de cantar todo el partido y demostrar así su capacidad de aliento o su aguante, no depende del mero voluntarismo de los participantes sino a factores que exceden la capacidad individual de incidir en el desarrollo de esta práctica colectiva, o al menos la capacidad de explicar porqué sucede lo que sucede.

Nuestra hipótesis es que la concentración de los simpatizantes más dispuestos a cantar en el centro de la tribuna popular favorece la difusión máxima del canto. Para que una hinchada cante todo el partido se requiere de la coordinación y organización de un grupo restringido de simpatizantes que hacen suya la tarea de iniciar y dirigir el canto. En la Argentina, estos simpatizantes son conocidos como barras bravas. Intentaremos corroborar nuestra hipótesis planteando un sencillo modelo de difusión del canto a partir de uno de los más simples formalismos de modelado: los autómatas celulares.

Las hinchadas de futbol

Las etnografías de hinchadas argentinas distinguen, siguiendo la conceptualización de Archetti (Alabarces, 2004: 56), a los hinchas militantes de las barras. La primera categoría es definida como un grupo organizado de simpatizantes que mantienen relaciones afectivas con el club, participan activamente de la coreografía en el contexto del partido y presencian todos los partidos que disputa el club. La hinchada militante está conformada por bandas, que son grupos sociales más pequeños identificados con banderas particulares dentro del estadio que hacen referencia a una pertenencia territorial barrial (Dodaro, 2006: 114).

A diferencia de la hinchada militante, la barra mantiene relaciones económicas con el club o con cierto sector de la dirigencia. Esta relación instrumental convive en contradicción con su relación afectiva: los barras se conciben como sujetos con propiedades distintivas que incluyen la fidelidad, el fervor y el aguante (Garriga Zucal, 2007: 40). Asumen una posición de autoridad en el sentido de que las prácticas dentro del estadio deben contar con su autorización. Tiene una función organizativa y directiva: organizan y coordinan la coreografía dentro del estadio ya que, en virtud de sus relaciones con la dirigencia del club, pueden ingresar al estadio con banderas gigantes, bombos e instrumentos. Además son grupos que poseen una estructura jerárquica en dónde se distinguen los capos (líderes) de la tropa (seguidores). Los líderes cumplen una función redistributiva de bienes codiciados como entradas para los partidos, pero además poseen contactos con la dirigencia, lo que les permiten conseguir puestos laborales en el ámbito del club o de la política (Garriga Zucal, 2007: 120). Es posible identificar facciones dentro de una barra que disputan el liderazgo. De manera que el liderazgo de los capos asume la forma de una "alianza de bandas con base territorial" (Moreira, 2006: 77).

La amplia mayoría de los trabajos sobre hinchadas se han centrado en el estudio de la violencia de las barras, en donde el aguante se constituye en la categoría nativa que organiza las prácticas violentas de las hinchadas. Alabarces sostiene que el concepto de aguante remite a una estética que exalta el cuerpo masculino resistente como forma de belleza, una ética que funciona como categoría moral que permite entender el mundo y categorizarlo en amigos y enemigos, y una forma de nombrar al código de honor que organiza el colectivo y sus prácticas (Alabarces, 2004: 64). En éste último sentido, el aguante es un principio organizador de la vida grupal, que delimita una forma de honor y de vergüenza, funcionando como un mecanismo que mediante las prácticas violentas permite una competencia por el honor (Moreira, 2006: 75). Las posiciones de liderazgo al interior de la barra solo pueden conseguirse y mantenerse mediante la práctica violenta ya que sólo con ella se es capaz de demostrar la posesión del aguante (Garriga Zucal, 2007: 83). Este concepto es entonces central en la cultura compartida por las barras, es utilizado para dotar de sentido y legitimidad a sus prácticas violentas (Alabarces, 2004: 77). Los combates, las peleas callejeras entre barras donde se disputan las banderas a modo de trofeos de guerra, persiguen el objetivo de expulsar al adversario del territorio propio en donde la huída es una forma de deshonra. Es así como los combates se convierten en juegos regulados de disputa del honor y en dónde se ponen en prácticas los principios de solidaridad grupal, donde se prueba la posesión del aguante y donde, por lo tanto, se dirime la cuestión del estatus (Alabarces, 2004: 75).

Pero no es sólo en los combates donde se demuestra la posesión del aguante sino también en otro tipo de prácticas: los cantitos. El carácter polisémico del concepto nativo de aguante admite, en ciertos contextos, una lectura diferente, pudiéndose entender como capacidad de aliento. El aguante se demuestra con la arenga permanente, y esta arenga es vehiculizada a través de los cantitos. La práctica del aliento, que es definido por nosotros como la performance de la hinchada en el marco del escenario impuesto por los límites espaciales y temporales del estadio. Este segundo sentido del aguante es el que predomina entre los hinchas militantes, aunque cabe decir que éstos mantienen una relación ambigua en torno a la violencia y a su propia vinculación con la barra.

El modelo dramatúrgico de Goffman

El

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (37.7 Kb)  
Leer 24 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com