Imitacion Motora Y Emocional

“La música, una droga especial”

Desde hace mucho tiempo la música ha sido considerada una de las principales formas de comunicación entre los seres humanos. La belleza de su estructura y su capacidad de transmitir más allá de una simple información la hacen realmente asombrosa. Estudios recientes demuestran que su acción no se limitada simplemente al hecho de procesar y relacionar información. La música al igual que una droga puede proporcionarnos un intenso placer incluso puede llegar a inhibir el dolor. Esto estaría íntimamente ligado a la secreción de un neurotransmisor especial en nuestro cerebro conocido como “Dopamina” que incluso nos puede proporcionar ese placer que sentimos cuando nuestra canción favorita va a sonar, mucho antes de que lo haga.

Hace tiempo atrás se había sugerido que la satisfacción producida por la música esta relacionada a algún tipo de neurotransmisor, se sospechaba de la dopamina especialmente. Esta teoría fue confirmada gracias a experimentos de investigadores de la Universidad McGill de Montreal (Salimpoor Benovoy y otros., 2011). En base a tomografías, junto con medidas psicofisiológicas de actividad del sistema nervioso autónomo determinaron que el placer intenso que podemos percibir en respuesta a la música conduce a la liberación de dopamina, algo realmente muy similar a la forma de actuar de las drogas. Se lo puede comparar también con los estados de placer ocasionados por otras conductas placenteras como por ejemplo el sexo, la comida, y el dinero.

No todos los tipos de música producen placer. La música de acuerdo al orden de organización de los tonos que la componen pueden percibirse tanto como armoniosa o no, y dependiendo de nuestra personalidad como también de las emociones, puede producir diferentes grados de placer. Es así como un tipo de música agradable para una persona puede ser completamente desagradable para otra. El placer puede llegar a ser tan alto que puede inhibir el dolor y la ansiedad. Según un estudio publicado en “ Diario del Dolor” (Journal of Pain., 2012), a varias personas se les aplico estímulos dolorosos mientras se les ordenaba distinguir ciertos tipos de sonido, mientras la concentración de las personas aumentaba el dolor disminuía. Esto se debía a que la música competía con las vías del dolor y su atención por parte del cerebro era mayor debido a las emociones que en ellos despertaba. También hubo personas en las cuales el dolor no disminuyó dando como resultado una variabilidad de placer dependiente tanto del tipo de música y de nuestra forma de interpretarla y relacionarla.

El cuerpo estriado es el principal componente por el cual nuestro cerebro mantiene el placer musical. El área tegmental ventral con sus proyecciones dopaminérgicas hacia el cuerpo estriado posibilitan el estado de satisfacción. Los componentes del cuerpo

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