Influencia Del Comportamiento Sexual En Los Jovenes

MARCO TEORICO

Para muchos padres, madres y demás adultos relacionados tener que hablar sobre sexualidad con sus hijos e hijas (sobrinas, nietas, ahijadas...) podría parecer la peor pesadilla. La aproximación al tópico de la sexualidad todavía es fuente de ansiedad y temores, no tanto por desconocimiento como por la presencia de pautas socioculturales fuertemente arraigadas, en las cuales el tema se excluye de las conversaciones familiares, con los hijos y hasta con la pareja, por considerarse “inapropiado”, en el mejor de los casos sin embargo, no tiene que ser así. De todas maneras, para bien y para mal, les estamos enseñando sobre sexualidad todos los días.

La diferencia la marcan aquellos adultos que eligen darle los mejores mensajes y ejemplos, con palabras y acciones. Por esta razón, enfrenar el rol de educador de la sexualidad, que supone superar las dificultades que la cultura y la socialización han impuesto, lo que constituye un proceso progresivo y permanente.

Ciertamente hay un entorno híper-erotizado que se convierte en un reto para los que se preocupan por las chicas y para ellos mismos. Mucho contenido pornográfico, mucho contenido sexual en la música y en los medios de comunicación. Parece que una parte de la sociedad intentó meter el tema de lo sexual bajo la alfombra, pero se desbordó por el otro lado.

Hoy más que nunca se hace necesario preguntarse cómo hacemos para que nuestros hijos e hijas (incluya sobrinos, nietos, vecinos en quienes tenemos influencia directa) vivan una sexualidad saludable, segura y sin riesgos. El inicio de este proceso requiere de la identificación de los obstáculos a vencer y de la convicción de la necesidad de un cambio en la visión de la sexualidad y del hecho educativo.

Los venezolanos tenemos una ley muy clara y orientadora en cuanto a lo que debemos hacer los adultos que tenemos la vida de los jóvenes entre manos. El artículo 50 de la Ley Orgánica de Protección del Niño Niña y el Adolescente (LOPNNA)

“Todos los niños y adolescentes tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos”

Si queremos conductas sexuales, maternidades y paternidades responsables, sanas, VOLUNTARIAS y sin riesgos (por lo menos minimizarlos), es urgente una Educación Sexual ajustada a la edad, así como Servicios en Salud Sexual y Reproductiva para niños, niñas y adolescentes. Todos estos cambios propuestos deben darse en diferentes niveles, desde las políticas nacionales hasta la actitud de los padres y madres, así como de las familias y demás personas involucradas en programas o proyectos dirigidos a la población adolescente.

¿Qué la sexualidad?

Pareciera que cuando hablamos de sexualidad, tendiéramos a definirla a través de su dimensión biológica. La vinculamos a las relaciones sexuales, y muchas veces, también a la reproducción. Sin embargo definir nuestra sexualidad es mucho más complejo que la capacidad de los seres humanos para reproducirse. Es un proceso que se desarrolla desde que nacemos hasta que morimos. Vinimos al mundo con un determinado sexo biológico y vamos construyendo nuestra sexualidad a través de la incorporación de pautas culturales que asimilamos de nuestro entorno social.

Nuestros hijos e hijas entran en contacto con información sobre sexo desde que nacen. A medida que les decimos y mostramos cómo deben comportarse si nacieron con sexo varón o hembra, a cada uno le asignamos una cantidad de roles, tareas, posibilidades y limitaciones bien diferenciadas.

En algunas familias le preguntan a los niños pequeños cuántas novias tiene y mientras mayor es el número más se lo celebran, por el otro lado a la niña se le enseña a ser princesa y esperar hasta conseguir el príncipe azul. Al varón se

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