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Las Ciencias Naturales


Enviado por   •  26 de Junio de 2014  •  1.530 Palabras (7 Páginas)  •  329 Visitas

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1. El mundo de la vida: punto de partida y de llegada

1.1 El concepto del mundo de la vida de Husserl

Existen dos razones fundamentales para ofrecer una propuesta renovada y revisada del marco general del área de

ciencias naturales y educación ambiental, que se ha ampliado con lineamientos curriculares y una explicitación de los

logros que subyacen a los indicadores de logros establecidos en la resolución 2343/96. Se inicia con reflexiones en torno

al concepto de "mundo de la vida" utilizado por el filósofo Edmund Husserl (1936). La primera es que cualquier cosa que

se afirme dentro del contexto de una teoría científica (y algo similar puede decirse de cualquier sistema de valores éticos

o estéticos), se refiere, directa o indirectamente, al Mundo de la Vida en cuyo centro está la persona humana. La

segunda, y tal vez más importante para el educador, es que el conocimiento que trae el educando a la escuela (que,

contrariamente a lo que se asume normalmente, es de una gran riqueza), no es otro que el de su propia perspectiva del

mundo; su perspectiva desde su experiencia infantil hecha posible gracias a su cerebro infantil en proceso de

maduración y a las formas de interpretar esta experiencia que su cultura le ha legado. Y es que el niño

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, que llega a

nuestras escuelas, al igual que el científico y cualquier otra persona, vive en ese mundo subjetivo y situativo que es el

Mundo de la Vida. Y partiendo de él debe construir, con el apoyo y orientación de sus maestros, el conocimiento

científico que sólo tiene sentido dentro de este mismo y para el hombre que en él vive.

Antes de continuar con nuestra reflexión, detengámonos en este concepto de Mundo de la Vida de Husserl. El Mundo de

la Vida es el mundo que todos compartimos: científicos y no científicos. Es el mundo de las calles con sus gentes,

automóviles y buses; el mundo de los almacenes con sus mercancías, sus compradores y vendedores; el mundo de los

barrios, las plazas de mercado, los parques, las veredas. El científico, cuando está en su laboratorio o en su estudio

investigando acerca de diversos problemas que se relacionan con el Mundo de la Vida, está alejado de éste por la

sofisticación de las preguntas que está tratando de responder; cuando está en el laboratorio, o en general en su sitio de

trabajo, el científico vive más bien en el mundo de las ideas científicas acerca del Mundo de la Vida. Pero cuando sale de

él y va a su casa, o pasea el domingo por el parque con su familia, vuelve al Mundo de la Vida y lo comparte con los

transeúntes, con las demás personas que pasean en el parque o que compran en el almacén.

Estos dos mundos se suelen contraponer: el Mundo de la Vida y el mundo de las teorías, de las ideas científicas, de las

nuevas hipótesis; en este último sólo pueden habitar los "iniciados": los científicos, los especialistas de alguna área. El

Mundo de la Vida es un mundo de perspectivas: cada quien lo ve desde su propia perspectiva, desde su propio punto de

vista. Y, como es de esperarse, desde cada una de estas perspectivas la visión que tiene es diferente. En el mundo de la

ciencia, los científicos intentan llegar a acuerdos intersubjetivos y para ello deben llegar a consensos. En otras palabras,

deben abandonar sus propias perspectivas situándose en diversos puntos de vista que permitan llegar a una síntesis

objetiva o mejor, intersubjetiva.

Partimos pues del Mundo de la Vida y, es importante no olvidarlo, volvemos a él desde las teorías científicas. Olvidar ese

retorno es eliminar el sentido que tiene el conocimiento científico. Pero, y de aquí la importancia de esta reflexión, a

menudo la escuela no solamente olvida el retorno al Mundo de la Vida, sino que lo ignora como origen de todo

conocimiento. En efecto, enseñamos geometría, para retomar el ejemplo tan bellamente tratado por Husserl, con una

gran preocupación por los conceptos, el rigor en las deducciones y el uso de las definiciones -lo cual es enteramente

lícito y deseable-, pero olvidamos que todos los conceptos y los axiomas son descripciones idealizadas, purificadas

matemáticamente, de nuestra experiencia cotidiana del espacio físico que nos rodea (la cancha de fútbol o el salón de

clases, por ejemplo), en el que nos encontramos las personas y los objetos con los que interactuamos. Los rectángulos

geométricos sólo existen en nuestra mente; sólo en ella pueden tener la perfección de ser figuras cerradas formadas por

cuatro

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