Magister En Educacion Parvularia

INTRODUCCION:

BASADO EN EL MARCO JURIDICO CONSTITUCIONAL Y LEGAL VIGENTE COMO RETO A LA FORMACIÓN Y EJERCICIO PROFESIONAL DEL DOCENTE UNIVERSITARIO EN INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

La Constitución de la República del Ecuador, a partir de octubre del 2008, el Plan Nacional del Buen Vivir y la Ley Orgánica de Educación Suprior –vigentes-, establecen retos que debe enfrentar el sistema de educación superior del país para cambiar cualitativamente su funcionamiento y responder a las demandas sociales, por tanto, ser pertinente y mejorar su calidad. Es decir, asumir el rol que le corresponde desde una perspectiva reflexiva y crítica de su quehacer, distinta en lo fundamental de cuanto hasta aquí se ha hecho, para superar la mediocridad y baja calidad de sus resultados.

En efecto, las funciones tradicionales de la universidad, esto es, docencia, investigación y vinculación con la sociedad, en nuestro contexto, son apenas un enunciado. En el discurso, la universidad ecuatoriana es avanzada, en la práctica, obsoleta y carente de autocrítica.

La evidencia de nuestra afirmación se fundamenta en la ausencia de vinculación entre docencia e investigación, que ha sido una constante en el ejercicio profesional de la docencia universitaria ecuatoriana, a pesar de las estipulaciones –formales y generales de carácter legal-, recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales, y de la propia lógica del funcionamiento de la educación superior.

Cabe formularnos algunas interrogantes ¿La función principal de la universidad es formar profesionales?, ¿Durante la formación de pregrado, los futuros profesionales de la docencia universitaria, reciben un nivel adecuado en principios y metodología, que los prepare para generar conocimiento?¿Cuál es la realidad - a nivel institucional e individual- de la docencia universitaria, en el campo de la investigación científica?¿Qué contradicciones se evidencian entre el discurso universitario y su praxis?

Hemos de admitir que las respuestas no son halagadoras, y por ello, desde la perspectiva de la rendición de cuentas -en esta dimensión- la universidad ecuatoriana no cumple satisfactoriamente con la preparación de los y las estudiantes del tercer nivel en función de su futuro desempeño, peor aún, en cuanto a las expectativas del desarrollo nacional, regional y local, en materia de investigación. El claustro universitario, lamentablemente, no contribuye –con las pocas excepciones del caso- a la solución de la problemática económica, social, cultural y educativa del país, por no encontrarse preparado, y, en muchos casos, ni siquiera interesado en asumir su responsabilidad de capacitarse para el efecto.

Las categorías A, B, C, D y E, en que se encuentran las universidades y politécnicas del país, luego de la evaluación realizada por organismos anteriores como el CONESUP y el CONEA (2009), responde entre otros componentes, principalmente, al bajo puntaje obtenido en materia de investigación científica, para el caso de la ULEAM, la calificación “C” en gran parte corresponde a que tuvimos cero en esta área del conocimiento.

ARGUMENTACIÓN

Referencia básica del presente trabajo, a nivel internacional, constituye las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Educación Superior (1998), que entre otros señalamientos señalaba que: “La misión de educar, formar y realizar investigaciones, reafirmando la necesidad de preservar, reforzar y fomentar aún más las misiones y valores fundamentales de la Educación Superior…”

En lo que concierne a nuestro país, el nuevo marco jurídico-político se encuentra en la Constitución aprobada en Consulta popular, misma que a su vez establece la estructura y atribuciones de los órganos del aparato estatal.

El Plan Nacional de Desarrollo, sus doce estrategias y doce objetivos nacionales, que rigen para el período 2009-2013, determina las líneas maestras de la planificación nacional a corto plazo.

La Ley Orgánica de Educación Superior, fruto de la voluntad política del gobierno antes que de la decisión de las universidades y politécnicas, opuestas a la innovación, al cambio y con ello al mejoramiento, regula al sistema de educación superior.

La situación, por tanto, para bien de la educación y del país, ha cambiado. En efecto, por una parte, el sistema de educación superior está articulado al sistema nacional de educación y, por otra, al Plan Nacional de Desarrollo. Además, y a fin de impulsar su desarrollo, se encuentra en marcha el proceso de evaluación externa –por etapas- a cargo del CEAACES. El 2012 ha sido declarado por parte de los directivos de SENESCYT como el año universitario, y los estamentos del sistema conocen y comprenden el momento crucial que atraviesa la educación universitaria y politécnica en nuestro país, por cuanto los resultados que se obtengan determinarán la pervivencia o no de diversas casonas universitarias, públicas y privadas, en el ámbito nacional.

Así entonces, y en el afán de contextualizar nuestro enfoque, es preciso señalar que la Constitución de la República del Ecuador, en su sección primera relativa al ámbito de la educación (Art. 343), establece que: “El sistema nacional de educación tendrá como finalidad el desarrollo de capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que posibiliten el aprendizaje, y la generación y utilización de conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura… “

El texto de la Carta Magna concreta en forma precisa el fin a alcanzar mediante el proceso docente-educativo, que se concreta en la obtención de lograr aprendizajes tanto en sujetos cuanto en colectivos poblacionales, así como empleo y producción de conocimientos, además de técnicas, saberes, arte y cultura. Ello implica, desde luego, que el profesorado, en particular, se encuentre preparado tanto en el ámbito científico cuanto en el de carácter pedagógico, para hacer posible la consecución del objetivo propuesto.

Por otra parte, la Ley Orgánica de Educación Superior, expedida en el Registro

...