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Resumen La Muerte Y Sus Ventajas


Enviado por   •  11 de Abril de 2014  •  12.269 Palabras (50 Páginas)  •  995 Visitas

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INDICE

 COMITÉ DE SELECCIÓN

 EDICIONES

 DEDICATORIA

 INTRODUCCIÓN

 I. LA MUERTE DE LAS CÉLULAS

 II. LA MUERTE DE LOS ORGANISMOS

 III. LA MUERTE DE LOS SERES HUMANOS

 IV. PSICOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO

 V. EL PAPEL DE LA MUERTE EN LA VIDA PSÍQUICA

 VI. Y TÚ, ¿QUÉ EDAD TIENES?

 APÉNDICE I

 APÉNDICE II

 APÉNDICE III

 APÉNDICE IV

 APÉNDICE V

 APÉNDICE VI

 APÉNDICE VII

 APÉNDICE VIII

 APÉNDICE IX

 EPÍLOGO

 BIBLIOGRAFÍA

 CONTRAPORTADA

INTRODUCCIÓN

Tú morirás y en este libro trataremos de explicarte por qué y cómo. Pero aun en el caso de que no te interese de manera personal, el tema de la muerte es tan imprescindible para comprender el funcionamiento de la vida, la mente y la sociedad, que sería aconsejable que lo incorpores a tu visión del mundo. Permítenos justificar dicho consejo, a través de algunos ejemplos:

Primer ejemplo. La diversidad de organismos que habitan el planeta es exuberantemente exagerada: así, hay bichos que vuelan por los diáfanos aires tropicales y bichos que reptan por las obscuridades del intestino de los cerdos, que viven a decenas de grados bajo cero en los casquetes polares o a temperaturas cercanas a la ebullición del agua en las bocas de fuentes termales, que pesan menos de un miligramo o que desplazan ciento cincuenta toneladas, que atraviesan el Atlántico a nado o pasan su existencia enclaustrados en la grieta de una roca, organismos que tienen savia, hemolinfa o sangre, que observan con ojos una realidad estereoscópica y a colores o que no tienen la menor sensibilidad a la luz, que pueden consumir hidrocarburos de petróleo o que se intoxicarían con ellos, que siguen desde hace cientos de millones de años sin cambiar casi su estructura o que adoptaron la actual hace menos de un siglo, que son hembras o machos, que celebran el Día de las Madres o que las devoran en cuanto nacen, que meditan sobre metafísica o que no tienen siquiera una neurona. Pero, a pesar de esas diferencias tan extremas, todos ellos comparten la característica de ser mortales.

I. LA MUERTE DE LAS CÉLULAS

SEGÚN COMO SE LO MIRE, HAY ORGANISMOS INMORTALES

Hay organismos como las bacterias, levaduras y amebas, que están formados por una sola célula, y que son virtualmente inmortales. Por supuesto podemos matarlos usando antibióticos, hirviendo el caldo en que viven, o calentando a 200ºC las gasas e instrumentos de cirugía en cuyos resquicios se podrían haber metido. Pero si bien puede morir por esas causas ajenas a su funcionar biológico, normalmente un organismo unicelular no muere: cumplido su ciclo vital, simplemente se divide en dos hijas que continúan viviendo y no queda ningún "cadáver". Algo así como si tu abuela no hubiera muerto, sino que se hubiera dividido en tu mamá y tu tía. Cuando en cambio una célula forma parte de un organismo multicelular, su destino final no es necesariamente el dividirse en dos hijas, sino que puede morir programadamente.

LOS CÓDIGOS DE LA VIDA

Las células contienen larguísimas moléculas de ADN, enroscadas una sobre otra como si se tratara de un collar de dos cadenas que giran sobre ellas mismas, constituido por piedras preciosas.

Ahora conviene abandonar la analogía, porque el ADN no contiene gemas preciosas, sino moléculas llamadas Adenina, Tímida, Gitocina y Guanina, pero que obedecen las mismas reglas de ensarte y complementariedad (A con T y C con G). Tampoco hay joyeros moleculares, sino que la tarea está a cargo de varias enzimas y de una hueste de moléculas ayudantes, en cuyo detalle no nos detendremos. También conviene tener en cuenta que en nuestro ejemplo nos hemos limitado a fragmentos muy breves de una larguísima doble cadena, y que si el ADN estuviera hecho realmente de piedras preciosas llegaría al cielo; pero por suerte las ATCG son tan pequeñas que todo el ADN de una célula cabe enrollado en su núcleo.

Es fácil advertir que, si separamos las dos cadenas, se las damos a dos joyeros, y les pedimos que hagan una cadena complementaria a la que le entregamos, obedeciendo siempre la regla de enfrentar A con T y C con G, el artesano al que le demos la cadena 1 nos hará la complementaria 2, y al que le entreguemos la 2 nos enhebrará la complementaria 1. Algo parecido hacen las células con sus cadenas de ADN cuando se dividen: separan sus dos cadenas de ADN y hacen una copia complementaria de cada una, de modo que las dos células hijas reciben réplicas exactas de las que tenía la madre. Gracias a este legado de generación celular en generación celular, el huevo fecundado da origen a todas las células del organismo, que tienen por eso exactamente el mismo mensaje inscrito en el ADN.

Resumiendo: el ADN tiene codificados los genes que especifican los péptidos que los ribosomas habrán de fabricar. La célula tiene luego todo un aparato de organelos subcelulares y enjambres de enzimas que actúan sobre los diversos péptidos, agregándoles y quitándoles azúcares, lípidos, etcétera, y los convierten en proteínas que controlan todas las reacciones químicas de las que depende la vida y constituyen piezas clave del andamiaje y maquinaria celular.

¿CÓMO SE IDENTIFICA AL GENE QUE CODIFICA UNA PROTEÍNA DETERMINADA?

Los biólogos moleculares enfrentan básicamente tres situaciones. A veces conocen una proteína y necesitan encontrar el gene que la codifica en la molécula de ADN; otras veces conocen una característica de un bicho o una planta. Pero hay una tercera situación, en la que se las ingenian para anular un gene, para ver qué función celular se pierde, como cuando jugamos con las llaves de luz para ver si con ello encendemos

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